Jenaro Villamil
Una columna de Por mi Madre, Bohemios, con el siempre infaltable sentido del humor, de la ironía y de la indignación de Carlos Monsiváis tendría varias “perlas declarativas” de nuestros protagonistas mediáticos del último escándalo de la temporada poselectoral.
Por lo menos, aquí algunas selecciones de los enredos declarativos de voceros del PRI y del peñismo que documentan siempre nuestro optimismo sobre la victoria “contundente y legítima”:
1. De Saber que vendrías te tendría un pastel… un pastel… de Monex.
“Es como si usted hace una fiesta y contrata a alguien para que le haga la fiesta y se compra el pastel en la panadería o en la zapatería, es asunto de quien usted contrato (¿Y qué tal si lo contrató con los Zetas?, pregunta la R.) Usted no contrató ni con la zapatería ni con la panadería.
“Nosotros contratamos a Alkino, que hizo lo que tenía que hacer, y nosotros distribuimos de manera legal, legítima, ordenada y probadamente cada una de estas tarjetas” (¿Para comer un pastel?, la R. dulcera).
Una columna de Por mi Madre, Bohemios, con el siempre infaltable sentido del humor, de la ironía y de la indignación de Carlos Monsiváis tendría varias “perlas declarativas” de nuestros protagonistas mediáticos del último escándalo de la temporada poselectoral.
Por lo menos, aquí algunas selecciones de los enredos declarativos de voceros del PRI y del peñismo que documentan siempre nuestro optimismo sobre la victoria “contundente y legítima”:
1. De Saber que vendrías te tendría un pastel… un pastel… de Monex.
“Es como si usted hace una fiesta y contrata a alguien para que le haga la fiesta y se compra el pastel en la panadería o en la zapatería, es asunto de quien usted contrato (¿Y qué tal si lo contrató con los Zetas?, pregunta la R.) Usted no contrató ni con la zapatería ni con la panadería.
“Nosotros contratamos a Alkino, que hizo lo que tenía que hacer, y nosotros distribuimos de manera legal, legítima, ordenada y probadamente cada una de estas tarjetas” (¿Para comer un pastel?, la R. dulcera).