Sale Alzati, ¿y Lino?
Tortilleras y jotolones
Zapopan: por ser indios
Julio Hernández López / Astillero
Una extraña ola de hackeo afecta a cuentas de funcionarios peñistas en jaqueo tuitero. Mostrando el camino de la evasión presuntamente indolora, Erwin Lino, el secretario particular del ocupante principal de Los Pinos (¿principal o principesco, por aquello del palacio flotante que está por estrenar como una especie de homenaje viajero a la Cruzada contra el Hambre?), ya había utilizado el infantil recurso de adjudicar a otro u otros lo que en su cuenta se había publicado (en el caso, una burla discriminatoria contra hondureños). Ayer tocó el turno (fallido) de tratar de escurrir el bulto al luego destituido director de Televisión Educativa de la SEP, el súbitamente de nuevo tan mentado Fausto Alzati, quien tranquilamente tachó de ‘‘falso’’ lo que en su cuenta de Twitter se había publicado y de lo cual ayer se reprodujo aquí lo esencial. Dijo, sin dar pruebas de las presuntas hechuras en su contra, que ‘‘mi cuenta fue hackeada. Ya aclaré mi postura’’. La ‘‘aclaración’’ fue la siguiente: ‘‘No censure (sic) poema alguno. Su lectura no estaba programada. Me molestó ser sorprendido. Es todo. Inauguré la exposición y me retiré’’.
No fue todo. Con voz destemplada, adjudicable a las complicaciones prosódicas usualmente asociadas a la ingesta excesiva de bebidas con contenido alcohólico, el doctor Alzati improvisó un sentido acto de desagravio al lic. Peña, al que consideraba proféticamente agraviado desde 1948 a causa de un poema de Aurora Reyes, la difunta chihuahuense a la que se ¿honraba? con una exposición de otra vertiente de sus obras, las pictóricas.