Desconfianza extendida
Las cuentas del IFE
Gringos y narco
Julio Hernández López / Astillero
El problema de fondo es que con rapidez se ha confirmado la maquinación como estilo de gobierno. No son solamente los polémicos peritajes técnicos, los discursos pretenciosos o las declaraciones demagógicas a periodistas: es la percepción de que detrás de las posturas oficiales hay segundas intenciones y que éstas no se encaminan al beneficio colectivo. Desde luego, a este cuadro de acelerado fomento gubernamental de la incredulidad ciudadana abona la catadura de quienes hoy ejercen funciones públicas de alto nivel. De alguna manera el peñismo está pagando la cuenta por haber instalado en los principales cargos a personajes cuyo historial garantiza el incumplimiento de sus palabras y la turbiedad de sus propósitos.