Evaluar resistencias
Alinear gobernadores
¿Quién sustituirá a EEG?
Julio Hernández López / Astillero
El golpe también ha sido evaluatorio. Una siniestra variante de la famosa prueba Enlace. Gracias a esa exploración colateral ha sido posible ver a la clase política titubear y refrenarse ante el mazazo dado a uno de sus más labrados personajes. Incluso, el aparato de control sindical elbista prefirió acogerse a los beneficios del pasmo, de la espera, de la lealtad declarativa a la jefa en prisión pero también, y sobre todo, de la cultural disponibilidad anhelante de la orden del superior en turno.
La restitución del presidencialismo atropellador, por la vía policiaca y judicial, no tuvo contrapeso. La versión pinolera de los hechos fue inserta en los medios de comunicación como verdad incontestable, machacona en los puntos de fácil explotación propagandística relacionados con vestimentas, bolsas y gastos irritantes. Los partidos de oposición prefirieron emitir boletines y hacer declaraciones cuidadosamente pensadas para dejar que corra el curso de la estrategia peñista. Morena y su máximo líder quedaron fuera de foco, ineficaces en esta coyuntura práctica y rutinarios en lo discursivo. En general, mucho parloteo, sin entrar al fondo de un asunto que va más allá de la persona específica que fue detenida y que puede ser la puerta de acceso autorizado para una oleada de autoritarismo prevista pero ahora con pase de viabilidad.