Cumpleaños desairado
Mancera, ¿se afilia?
Todas las muertes
Julio Hernández López / Astillero
Alejados de los intereses de la sociedad (particularmente en momentos como los actuales, cuando tanto se necesita una vía organizada de lucha popular), enredados en los entretelones palaciegos del Pacto por México (que les ha dado vida artificial pero también les ha resaltado el estigma de colaboracionistas) y alegremente dedicados al reparto de cargos y canonjías entre ellos, los dirigentes del Partido de la Revolución Democrática celebraron ayer de manera casi privada los 24 años de existencia de la organización de izquierdas surgida después de las elecciones presidenciales de 1988.
No estuvo el padre fundador, Cuauhtémoc Cárdenas, ni el otro personaje con el que comparte el casillero de las candidaturas presidenciales perredistas, Andrés Manuel López Obrador. Tampoco los gobernadores que teóricamente le deben su llegada al poder al sol azteca (Distrito Federal, Morelos, Tabasco y Guerrero, aunque formalmente también Oaxaca, Sinaloa y Puebla, éstas en alianzas con el PAN y otros partidos menores) ni los ex presidentes nacionales (salvo Pablo Gómez, quien cubrió un interinato, a la salida de AMLO, para conducir los comicios internos que llevaron al liderazgo a Amalia García). Solamente los Chuchos y los representantes de las corrientes que continúan participando en el juego aparentemente infinito de las rupturas, las reconciliaciones, los repartos y la vuelta a empezar.