martes, septiembre 14, 2010

Andrés Manuel cabalga de nuevo

Martha Anaya / Crónica de Política

Andrés Manuel López Obrador es incansable. No sé si terco o tesonero, pero a pesar de todo lo que le han tundido –dirigido desde el propio gobierno en funciones–, de altas y bajas tras el desenlace del 2006 que provocó en un momento dado que apenas reuniera un puñado de simpatizantes frente al hemiciclo a Juárez hace dos años, hasta llenar de nuevo el zócalo capitalino hace apenas un par de meses, el tabasqueño no sigue en lo suyo.

Ayer convocó a conferencia de prensa con el propósito de hacer un “Llamado al pueblo de México” para llevar a cabo una consulta nacional sobre el Proyecto Alternativo de Nación cuya primera versión se presentó el pasado 25 de julio en la Plaza de la Constitución.

Se trata, según indicó, de elaborar un documento más afinado, enriquecido con experiencias y propuestas de ciudadanos de todo el país, que se integraría a la primera versión del Proyecto Alternativo de Nación propuestas de cuantos ciudadanos deseen participar.

De las participaciones, sugerencias y demás se hará cargo un grupo de trabajo que está integrado por ciudadanos e intelectuales destacados y cuyos nombres citó sin cortapisas: Arnaldo Córdova, Enrique González Pedrero, Luis Javier Garrido, José María Pérez Gay, Víctor Flores Olea, Lorenzo Meyer, Rogelio Ramírez de la O, Adolfo Hellmund, Juan José Paullada, Luciano Concheiro, Héctor Díaz Polanco, Elena Poniatowska, Laura Esquivel, Víctor Manuel Toledo, Cristina Barros, Víctor Suárez, Armando Bartra, Ignacio Marván, Julio Scherer Ibarra, Jaime Cárdenas, Jesusa Rodríguez, José Eduardo Beltrán, Agustín Díaz Lastra, Antonio Gershenson, Jorge Eduardo Navarrete, Claudia Sheinbaum Pardo, Asa Cristina Laurell, Raquel Sosa Elízaga, Martha Pérez Bejarano, Bertha Elena Luján Uranga, Irma Eréndira Sandoval, Rolando Cordera, David Ibarra Muñoz, Carlos Tello, Roberto Morales, Jesús Ramírez Cuevas, Héctor Vasconcelos, Luis Linares.

Fue precisamente uno de estos personajes, Héctor Vasconcelos –entre otras cosas fue director del Festival Cervantino–, quien dio lectura a la convocatoria para esta consulta nacional “Por el renacimiento de México”.

Entre las razones de la convocatoria destacan:

-Llevar a cabo una revolución de las conciencias que significa, sobre todo, asumir una voluntad de cambio personal, familiar y social y el fortalecimiento de valores morales, solidarios y comunitarios;

.Llamamos al pueblo mexicano a defender sus derechos, a reconstruir la nación desde sus cimientos, para hacer realidad la libertad, la fraternidad, la justicia y la democracia.

- Invitamos a mujeres y hombres a unir voluntades y esfuerzos colectivos, para crear la organización ciudadana que lleve a cabo las transformaciones que el país necesita y haga posible que las instituciones constitucionales, estén realmente al servicio del pueblo y de la nación.

- Aspiramos a sumar a la mayoría de los mexicanos a este propósito de cambio, porque defendemos una razón fundada en la justicia, en un espíritu democrático, en la igualdad, en el respeto a la diversidad y el amor a los semejantes.

- Como punto de partida, ponemos a consulta la propuesta de Proyecto Alternativo de Nación, elaborado por un grupo amplio y plural de intelectuales y especialistas, comprometidos con el cambio democrático. Esta propuesta servirá como referencia para el debate nacional sobre qué México soñamos, queremos y podemos construir.

De ahí, pues, la convocatoria a la Consulta Nacional sobre el Proyecto Alternativo de Nación sobre las siguientes Bases:

1.- Podrán participar libremente todas las mexicanas y mexicanos que así lo deseen;

2.- Los elementos de la discusión, que son punto de partida, están contenidos en el documento Proyecto Alternativo de Nación (la síntesis del proyecto y la versión completa se podrán consultar en la página del Gobierno Legítimo: www.gobiernolegitimo.org.mx; en el periódico Regeneración: www.regeneracion.mx; así como en el blog de la consulta: http://consultaproyectodenacion.wordpress.com/).

3.- Cualquier ciudadano, ciudadanos, organización, pueblo o comunidad, puede hacer propuestas y expresar su opinión sobre el contenido del Proyecto Alternativo de Nación o proponer nuevas o diferentes temáticas;

4.- A partir de la publicación de esta convocatoria y hasta el 31 de diciembre de 2010, se recogerán las aportaciones individuales, colectivas y de los foros de discusión que se realicen; mismas que serán procesadas y, en su caso, incorporadas.

5.- El resultado de la consulta nacional será presentado el 20 de marzo de 2011. Ese día se hará público el nuevo Proyecto Alternativo de Nación, programa base de la transformación democrática de México.

En cuanto a la organización de la Consulta se realizarán actividades y debates en todos los municipios del país, habrá foros, asambleas, discusiones a nivel estatal y delegacional en todo el país. Y se llevará a cabo a partir del 13 de septiembre hasta el 31 de diciembre del 2010; y los resultados de la misma serán dados a conocer el domingo 20 de marzo de 2011.

El calendario de foros en las distintas entidades ya está listo (son un montón de lugares y fechas). Sólo añadiremos que López Obrador se veía ayer exultante; bien diríase que Andrés Manuel cabalga de nuevo.

Grito secuestrado

Alejandro Encinas

Cuando la madrugada del 16 de septiembre de 1810 Hidalgo recorría las calles de Dolores incitando al levantamiento en contra de la autoridad virreinal, no imaginaba el impacto que causaría el llamamiento a la independencia de México desde el atrio del templo de esa población y el tañer de su campana. Hidalgo realizaba el acto fundacional de la nueva nación mexicana.

A partir de entonces, la celebración del Grito se ha convertido, más que un acto ritual, emblemático de nuestra historia, en un indicador político y en un acto de legitimación del gobierno en turno.

La primera vez en que se festejó el Grito fue el 16 de septiembre de 1812, cuando en Huichapan, hoy Hidalgo, Ignacio López Rayón realizó la ceremonia. Un año más tarde, Morelos estableció en los Sentimientos de la Nación: “Que se solemnice el día 16 de septiembre todos los años como el día del aniversario en que se levantó la voz de la Independencia y nuestra santa Libertad comenzó”. El emperador Maximiliano de Habsburgo, en traje de charro, dio el Grito en Dolores, y sólo en 1847 la celebración se suspendió a causa de la invasión estadounidense.

A lo largo del siglo XIX, el Grito se conmemoró el 16 de septiembre, cuando se acostumbraba realizar una verbena popular que iniciaba la noche del día anterior y terminaba a las seis de la mañana del 16 de septiembre, hora en la que se daba el Grito. Sin embargo, Porfirio Díaz cambió la celebración para hacerla coincidir con la fecha y hora de su cumpleaños: el 15 de septiembre, a las 23 horas con 15 minutos.

En la etapa revolucionaria, la celebración se convirtió en un acto de apoyo a los caudillos revolucionarios y más adelante en el refrendo al presidencialismo absoluto. Fue hasta 1968 cuando una generación de jóvenes rebeldes cuestionó la ausencia de libertades políticas de un régimen autoritario y, en una imperdonable afrenta, Heberto Castillo dio el Grito en la explanada de Ciudad Universitaria.

Pese a todo, en los setenta, la ceremonia prevalecía como fiesta popular. “El pueblo” —como reseñaban los locutores de radio y televisión— se congregaba a refrendar su patriotismo y transitaba libremente por el Centro Histórico y la Plaza de la Constitución, celebrando sin puestos de control, vallas metálicas, arcos detectores, “cacheos”, ni francotiradores.

Los ochenta marcaron un hito. Tras los años de “administrar la abundancia”, la crisis económica sacudió al país y convirtió al Zócalo en foro de reclamo popular ante la incapacidad del gobierno, evidenciada en los sismos de 1985, así como por la inflación, la devaluación y el desempleo que trajo consigo la política privatizadora del priísmo.

En 1988, el reclamo a la crisis económica se transformó en demanda política. Las rechiflas a Salinas cuestionaban el fraude electoral y la brutal represión al descontento que dejó una estela de cientos de perredistas y otros disidentes asesinados.

El Grito de 2006 evitó el riesgo de un estallido social. Tras 47 días de plantón en el Paseo de la Reforma y una tensa negociación, el movimiento que surgió contra del fraude electoral se levantó —sin represión y sin que se hubiese roto un solo vidrio— tras un acuerdo que llevó, por primera vez en la historia, al Ejecutivo a ceder la plaza y dar el Grito en Dolores, Guanajuato, en tanto que el jefe de Gobierno, desde el Palacio del Ayuntamiento, reivindicó en el Grito la soberanía popular.

En el festejo bicentenario, la conmemoración se ha transformado. El derroche de 2 mil 900 millones de pesos pretende crear un ambiente festivo ajeno al interés de la gente. La violencia y el temor revisten la conmemoración. El clima de inseguridad provocó que en 14 ciudades del país se suspendan los festejos y en otros municipios se limiten o reprogramen.

El Grito ha sido secuestrado. El oropel del banquete que se servirá a la oligarquía en palacio se extenderá a la plancha del Zócalo, a la que habrá acceso restringido, luego de sortear cercos y retenes. El vulgo deberá encontrar acomodo en su casa o fuera del perímetro de seguridad para seguir a través de las televisoras la imagen del espectáculo preparado “igual al de las olimpiadas”, mientras elementos de las fuerzas armadas controlan la plaza. La verbena popular y el acto de legitimación de la autoridad de antaño han desaparecido entre la parafernalia y la debilidad del régimen y sus instituciones.

¿Y se celebra el Bicentenario en México?: Torturan y dan el tiro de gracia a tres mujeres en Guanajuato

Verónica Espinosa

Los cuerpos de tres mujeres fueron encontrados este mediodía en el municipio de Pénjamo, Guanajuato. Las víctimas presentaban el tiro de gracia. Los cadáveres estaban amarrados de pies y manos y con huellas de tortura.

Extraoficialmente se dio a conocer que sobre los cuerpos fue hallado un mensaje, presuntamente escrito por el cártel de La Familia Michoacana contra Los Zetas. Hasta el momento sólo una de las víctimas ha sido identificada. Se trata de Mireya Castro, de 19 años de edad, originaria de La Piedad, Michoacán.

Los tres cuerpos fueron trasladados al Servicio Médico Forense en Irapuato, para practicarles las autopsias.

En tanto que en Celaya, presuntos artefactos explosivos fueron reportados en un par de maletas muy cerca de las instalaciones de la Dirección de Transporte y Tránsito Municipal.

Personal de la Policía Municipal notificó de la localización de las dos maletas alrededor de las 14:30 horas. Elementos del Ejército expertos en el manejo de explosivos se presentaron en el lugar y luego de una verificación que se prolongó por varias horas, recogieron las dos maletas y las transportaron a las instalaciones de la Sedena en Sarabia.

¿Hacia el colapso eléctrico?

Miguel Ángel Granados Chapa

El jueves murieron los ingenieros Jorge Díaz Estrada y Fernando Macías, al estallar el equipo de control de una subestación eléctrica en el Distrito Federal. Se trata, probablemente, de las dos primeras víctimas de la crisis de suministro eléctrico que ha venido agravándose desde hace once meses, cuando fue declarado extinto el organismo público Luz y Fuerza del Centro. Se tuvo noticia de que en enero habría muerto por un estallido que lo derribó del poste del que pendía, un empleado de una empresa contratista de Comisión Federal de Electricidad en la colonia Jorge Negrete de la delegación Gustavo A. Madero, del DF, y de otro trabajador que habría caído de lo alto de una torre de alta tensión en San Lorenzo Sayula, una comunidad en Cuautepec, Hgo. Pero no hay registro formal de lo acontecido.

En cambio es inequívoco el deceso de los ingenieros Díaz y Macías, como es también cierta la causa de su fallecimiento. De todos modos, la Procuraduría de Justicia del Distrito Federal realiza la averiguación correspondiente, y la CFE anunció que el Instituto de Investigaciones Eléctricas realizará una pesquisa para determinar con precisión la circunstancia en que se produjo el estallido mortal. Desde el día del trágico acontecimiento se sabe que hacia las 15 horas se produjo un primer episodio en esa instalación, y que el segundo, el que causó las muertes mencionadas y lesiones a dos personas más, ocurrió mientras reparaban la falla inicial. La información difundida esa misma noche dio cuenta de que probablemente un error humano en la operación habría provocado la tragedia.

Es lamentable de suyo el fallecimiento de dos personas que realizaban las tareas que les fueron encomendadas. Lo es en mayor medida, y es también preocupante, que esas muertes tengan como causas remotas por un lado la pésima situación en que funcionan buen número de las subestaciones de distribución eléctrica y, por otra parte, el que se encarguen de reparar las averías empresas contratistas de la CFE y no ese organismo público, como es debido a la luz del decreto de extinción de Luz y Fuerza del Centro.

Es preciso determinar la situación laboral de los trabajadores fallecidos y lesionados en Coyoacán. La CFE implicó que se trataba de personal a sus órdenes y ponderó su experiencia de 28 años. El dato es inexacto al menos en el caso del ingeniero Díaz, que tenía 40 años de edad, lo que suprondría que comenzó a los doce su vida laboral. Desde las primeras informaciones, en cambio, se habló de que eran contratistas, es decir empleados de una de las empresas a las que la CFE ha confiado tareas que debería realizar directamente su personal. Cualquiera de nosotros puede ver en las calles de las ciudades servidas hasta el once de octubre pasado por Luz y Fuerza del Centro, brigadas de muchachos que con notable dificultad se afanan en reparar averías, y que son trasladados por vehículos sin identificación o con la de empresas privadas, a menudo con placas de entidades distintas del Distrito Federal. Me inclino a pensar que los ingenieros Díaz y Macías trabajaban para el Grupo Arteche, que al día siguiente de su deceso lo lamentó en una esquela mortuoria. Ese grupo, cuya matriz se halla en España, provee a sus clientes –eventualmente la CFE- de servicios de generación, transmisión y distribución.

El problema estructural delineado en los meses recientes y que tuvo su más impactante evidencia en la subestación Coyoacán, es la incapacidad de la CFE para sustituir a LyFC y con su personal propio o contratado reemplazar a los electricistas afiliados al SME. Desde hace tres años, ha recordado ese sindicato, advirtió sobre el riesgo de un colapso en el sistema eléctrico del centro del país, concentrado en 24 zonas críticas, una de las cuales era la delegación Benito Juárez en la Ciudad de México, donde se ubica la instalación que padeció el accidente la semana pasada.

Si ya había dificultades extremas en la operación de la red eléctrica antes de la liquidación de Luz y Fuerza, se han agravado a partir de entonces. La CFE o quien ella contrate han podido mantener en general la continuidad del servicio, pero menudean las interrupciones. Y no se ha dado mantenimiento a instalaciones que lo requieren con urgencia por su vejez, como se hace evidente en el Centro histórico del DF, afectado de más en más por percances que de no evitarse pueden poner en peligro vidas humanas y bienes de los usuarios y aun de los transeúntes. El sindicato dijo que de 50 subestaciones la actual administración ha revisado sólo doce, y de ellas menos de la mitad, cinco apenas han sido limpiadas de maleza.

La CFE se ufana de haber resuelto una de las fallas que se atribuyó a LyF en la lista de sus defectos, consistente en negar la conexión a multitud de personas físicas y morales solicitantes del servicio. Ese incremento de la demanda, sin haber resuelto los problemas de la oferta agrava la situación, que se requiere enfrentar de modo resuelto antes de que se multipliquen los accidentes y se llegue al colapso de esa industria.

El presidente Calderón reconoce que inició la lucha contra el narcotráfico sin contar con un diagnóstico de la situación, y se comparó al cirujano que ya en el quirófano advierte las verdaderas dimensiones del mal que debe remediar.

Semejante imprevisión irresponsable parece repetirse en el suministro eléctrico del más poblado conglomerado urbano del país. LyF fue liquidado sin prever las consecuencias en la operación de tal servicio.

Imparable violencia en México: Comando masacra a cuatro afuera de un billar

Ezequiel Flores Contreras

Un comando ejecutó a cuatro hombres y al intentar escapar del lugar del crimen se enfrentó con policías municipales de Temixco, Morelos, dejando a un agente herido.

Reportes oficiales indican que los hechos ocurrieron cerca de la una de la tarde de este martes, cuando un grupo de aproximadamente 30 sujetos armados irrumpió en un billar ubicado en la colonia Rubén Jaramillo. Los sicarios sacaron del establecimiento a cuatro personas y las acribillaron en plena calle.

Al lugar arribaron policías municipales del Grupo Especial de Operaciones y fueron recibidos a tiros por los sicarios, desatando un enfrentamiento que se convirtió en una persecución a balazos por las calles de Temixco.

El saldo del choque entre policías y sicarios fue de un agente herido. En el poblado de Acatlipa fue localizada una camioneta abandonada marca Suzuki con impactos de bala.

Carta con claves

Astillero / Julio Hernández López

El inseguro escenario de las celebraciones burocráticas de la Independencia nacional fue cargado ayer con un elemento más de turbiedad y elucubraciones cuando, con un inexplicado sentido de la oportunidad conmemorativa, fue actualizado el recuerdo de que uno de los más connotados miembros de la élite derechista nacional permanece secuestrado y que el desenlace del episodio puede ser fúnebre. Por la misma vía de correo electrónico utilizada cuando dieron a conocer su primer comunicado con fotografía del cautivo, los autodenominados Misteriosos Desaparecedores enviaron un nuevo texto que entre manejos verbales presuntamente ingeniosos o desparpajados pareciera filtrar una de dos posibilidades: que para hablar hoy del ex candidato presidencial panista debe utilizarse el tiempo pasado, o que mediante este artificio epistolar de internet los secuestradores pretenden acelerar el pago de un rescate por parte de familiares y amigos del político queretano que, según la versión de los captores, lo habrían abandonado.

El tercer boletín de prensa de los M.D. fue acompañado de una fotografía de Diego Fernández de Cevallos en condiciones similares a las antes difundidas, como si se tratara de una imagen tomada exactamente el mismo día, aunque con algunos detalles distintos. Esta vez, por ejemplo, el privilegiado político de barba tiene en sus manos un ejemplar de la revista Proceso, de mayo del presente año, abierta en la página en que fue publicado un reportaje de Carlos Acosta, http://bit.ly/aQ2DL1 titulado Diego y sus millonarios litigios con el poder del poder./

Algo parecieran indicar la fotografía y el reportaje seleccionados para esta ocasión, aún cuando las palabras usadas por los Misteriosos Desaparecedores en su nueva incursión pública parezcan decididas a no dar pista sobre los motivos reales del secuestro, jugando con la ennumeración de las causas que han sido mencionadas en distintos ámbitos, aunque a fin de cuentas reduciéndolas a tres, lo que finalmente tampoco dice nada: narcotráfico, guerrilla o “algún grupo poderoso del gobierno”. La fotografía utilizada en el reportaje de Carlos Acosta fue tomada de la revista Caras, de Televisa, y muestra cercanos, sonrientes y de corbata de moño a Diego Fernández de Cevallos y a Carlos Salinas de Gortari, éste con expresión de complacida picardía y el primero con aires de acompañamiento feliz en la jugarreta o broma que el Jefe de Jefes estaría haciendo en presencia del solamente Jefe.

Podría ser, desde luego, que el acento de los M.D. estuviera no en la imagen sino en el texto, y éste describe con detalle algunos de los negocios hechos por Diego al amparo del poder, en abierta utilización de influencia política para la obtención de jugosos -y no sólo por Jugos del Valle- triunfos jurídicos. Pero también se menciona allí la sabida animadversión de los Calderón Hinojosa hacia el comportamiento profesional de su compañero de partido, sobre todo en relación con el caso Ramos Millán, cuyo desenlace significó para el Estado mexicano el pago de más de mil doscientos millones de pesos que, en 2002, significaban más de lo presupuestado para el ejercicio de la Secretaría de la Reforma Agraria. El diputado Felipe dijo entonces que aún cuando el Estado tuviera dinero para pagarle a los clientes de Diego, quien obviamente se llevaría una gran tajada a título de honorarios profesionales, debería jerarquizarse ese cumplimiento “de acuerdo no sólo con criterios jurídicos o políticos, sino éticos”.

Desmonta riesgos de derrota el candidato de Salinas de Gortari a la sucesión presidencial que no quiere soltar a otro partido el bélico Calderón. Amenazado por las anunciadas alianzas interpartidistas que desde Toluca pretenden cerrarle el paso a Los Pinos, Enrique Peña Nieto ha movido sus piezas legislativas locales para impedir las candidaturas comunes a gobernador y para establecer otras medidas electorales favorables a su proyecto.

Lo único cierto es que nadie sabe, nadie supo, respecto a la situación actual del llamado jefe Diego, de las motivaciones de quienes lo secuestraron, y del momento y condiciones en que se dará el grito informativo del desenlace. Sólo es posible tomar nota de que hoy, en medio de la oscuridad y el temor, el caso del secuestro más impactante de México ha vuelto a ser actualizado, en un mensaje con claves políticas./ e que hizo a Mike expresar: “Gracias por dármelo a conocer”... ¡Hasta mañana!

Alud sobre SCT

Alberto Barranco / Empresa

La sorpresiva creación de un Comité de Coordinación para apoyar el proceso de reestructura de Mexicana de Aviación representa un intento de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de lavarse la cara frente a una actuación errática, por no decir absurda, frente al conflicto.

De entrada, la dependencia no debió autorizar que la línea aérea suspendiera sus operaciones, dado que es un servicio público concesionado. De acuerdo con la ley, la posibilidad sólo es válida frente a una causa justificada, por ejemplo el carecer de mantenimiento la flota o envejecimiento de las naves, en cuyo caso habría que ubicar los medios para librar el obstáculo, incluso por la vía de la subvención provisional.

Como usted sabe, en caso de huelga de una firma de servicio público el gobierno puede recurrir a la figura de la requisa, es decir mantener las operaciones sin menoscabo del derecho de los trabajadores.

Y aunque días después de la suspensión, concretamente el siete de septiembre pasado, el juez de la causa concedió a la compañía la posibilidad de un concurso mercantil o procedimiento de quiebra ordenada, tampoco ello justificaba el haber cerrado los hangares.

Muchas empresas entran a la alternativa sin paralizar sus operaciones.

Más aún, la dependencia encabezada por Juan Molinar Horcasitas autorizó también la parálisis de las filiales de la empresa aérea, Click y Link, sin que ni siquiera hubieran solicitado la posibilidad de concurso mercantil, por más que Mexicana las había incluido en el paquete.

De acuerdo a sus estados financieros, las dos empresas operaban con números negros, lo que ni jurídica ni éticamente justificaba su suspensión.

El problema es que la pifia de la SCT se llevó de corbata al 42 por ciento de las operaciones aéreas del país, en un escenario en que México estaba en el centro de la atención mundial por el Bicentenario del inicio de la lucha por la independencia.

Y aunque el formidable boquete intentó cubrirse con la asignación de los slots, es decir espacio para despegue y aterrizaje, de las tres líneas aéreas a la competencia, es decir Aeroméxico, Interjet o Volaris, éstas se lanzaron al abordaje en materia de tarifas.

La carambola, pues, fue de tres bandas: el país, el público usuario y el valor de la marca Mexicana de Aviación, con más de 80 años de existencia.

Digamos que olímpicamente la SCT renunció a sus obligaciones.

Ahora que el autismo de la dependencia se había reflejado desde el inicio del conflicto, cuando le cedió los trastos, acaso por mandato presidencial, a la Secretaría del Trabajo para intentar desesperadamente salvar a la empresa de la quiebra.

El resultado, como usted sabe, fue desastroso, dado que culminó con un acto de simulación orquestado por el fondo Advent Internacional, instancia contratada para plantear una reestructura de la compañía con miras a venderla, quien se sacó de la manga un supuesto comprador, la Tenedora K.

Esta le inyectaría, en el papel, 12 millones de dólares a la firma, por más que de ser efectivos su destino será el renglón de cuentas perdidas.

La suspicacia pensaría que la dependencia encabezada por Juan Molinar Horcasitas le puso el pie para una zancadilla a su compañero de gabinete, Javier Lozano Alarcón, a quien se ubica como carta para jugar por la grande.

Por lo pronto, el Comité creado tardíamente por la SCT se encuentra en la encrucijada: Intentar el rescate de la línea aérea por la vía de los recursos públicos, lo que provocaría un alud de críticas, o pactar arreglos con un nuevo comprador a futuro para inyectarle recursos a cambio de condonar deudas oficiales.

Lo inaudito del caso es que el presidente del Comité sea el subsecretario de Transportes de la dependencia, Humberto Treviño, es decir el funcionario que mayor responsabilidad tendría en el desastre de la línea aérea, al no detectar a tiempo lo que apunta hacia un fraude empresarial.

En el exceso, la dependencia no alertó al Banco Nacional de Comercio Exterior de los riesgos que corría la compañía en la fase previa al préstamo de 900 millones de pesos otorgado por éste.

Más aún, tampoco colocó focos rojos ante la posibilidad de que el gobierno avalara una colocación jumbo de deuda de la firma, cuya alerta que impidió el absurdo la colocaría la Secretaría de Hacienda.

Treviño es el responsable de la degradación, dictada por Estados Unidos, de la seguridad aérea de México, al no otorgar la información solicitada por la AAF en relación a los 600 pilotos egresados de una escuela patito que exigía el país del norte.

La caída a la categoría II le impide a Aeroméxico, Volaris o VivaAerobus tener nuevas rutas a ese país, o mantener códigos compartidos para que sus usuarios puedan volar en otras aerolíneas.

La iglesia, pues, en manos de Lutero.

Se diría, pues, que en afán de salir del pantano la SCT se metió a terrenos más profundos.

89 reos se esfuman, pero México no es Colombia

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Todavía azora lo que ocurre en México, porque la sociedad no ha perdido el concepto de identidad, porque desea renovar el contrato de esperanza como en cada elección presidencial, y porque a pesar de la globalización en los mexicanos anida una idea idílica, o quizá mítica, de la patria. Hay anomia, es innegable, pero eso no significa que hayan perdido el deseo de irse al monte o a la selva, como en los setenta o en los noventa. Es característica del estado de ánimo de la nación: acá, a todos, la calavera les pela los dientes, de allí el sincretismo con el culto a la muerte.

Alarma entonces la fuga de 89 internos del penal de Reynosa, del que dos guardias fueron reportados como desaparecidos. Las cifras y los hechos fueron informados por Antonio Garza García, titular de la Secretaría de Seguridad Pública del estado; por su parte, la Secretaría de la Defensa Nacional informó en la ciudad de México que desplegó 700 efectivos como parte de los operativos de revisión y búsqueda de los internos. Se cree que la fuga pudo haber sido planeada por el cártel del Golfo como parte del reclutamiento de sicarios para combatir al cártel de Los Zetas.

Guadalupe Reyes Ortega, director del penal, y otros 43 trabajadores entre custodios, personal de mantenimiento y enfermería, fueron detenidos por elementos de la Policía Federal que llegaron a las siete de la mañana para tomar el control del reclusorio, cuya capacidad es de mil 400 internos y alberga a casi 2 mil. Estos fugitivos se suman a los 12 del 5 de abril y a los 12 del 7 de julio. En Matamoros también ocurrió la fuga de 41 de sus internos el 26 de marzo.

Es tiempo de que las autoridades federales y estatales informen el por qué los reos pueden evadirse de las cárceles, como ocurre desde que Joaquín “El Chapo” Guzmán huyó sin mayor contratiempo de Puente Grande; que informen también por qué además de evadirse pueden usar una cárcel, como ocurrió en Coahuila -¿o fue en Durango?-, de casa de seguridad, de la cual pueden salir por las noches a cumplir su tarea de sicarios para ejecutar a quienes fueron señalados por el dedo flamígero de sus patrones; que nos informen por qué en una cárcel sucede lo que era considerado ficción por los teleadictos de Capadocia -la serie que regresa el próximo domingo-, y la directora de un penal puede sacar a uno de los reos, llevarlo a su casa para satisfacer sus necesidades sexuales y emocionales, y al día siguiente regresarlo a su celda, como si nada.

Algo ocurre en el caletre de quienes tienen a su cargo ciertas responsabilidades de administración pública, de quienes han de cumplir un mandato constitucional, porque las cárceles dejaron de serlo, las ejecuciones parecen crecer geométricamente, los secuestros repuntan, las inversiones languidecen o se cambian de país, y porque los daños colaterales afectan hasta la fe, nada más hay que escuchar lo deslenguado que andan los prelados y hasta los curas de sayal.

La respuesta de lo que sucede en México parece tenerla a la mano el presidente constitucional, Felipe Calderón, pues está cierto, seguro de que la reforma constitucional penal no solucionará la violencia, y además admitió que la “abrumadora” suma de ejecutados rebasa con mucho el ámbito de la justicia.

Aceptó el presidente Calderón que las confesiones de los capos ante las autoridades federales carecen de cualquier valor probatorio, debido a que no las ratifican ante el juez; dijo que el nuevo sistema de justicia penal no resolverá por sí sólo el problema de la violencia que vive el país, ya que la cifra de casi 30 mil ejecuciones en lo va del sexenio resulta tan “abrumadora que rebasa con mucho la mera problemática de la justicia”.

Si el presidente sabe cuál es la verdadera situación de la seguridad nacional, por qué rasgarse las vestiduras cuando la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, sostiene que en México la amenaza del narcotráfico se está transformando en algo semejante a una “insurgencia”, en la cual los capos “controlan ciertas partes del país”, lo que hace que nuestra nación se parezca cada vez más a la Colombia de hace 20 años.

“Enfrentamos –consideró- la creciente amenaza de una red bien organizada, una amenaza del narcotráfico que, en algunos casos, se está transformando en, o haciendo causa común, con lo que nosotros consideraríamos una insurgencia en México y en Centroamérica.”

En su apreciación muy personal -y adecuadamente institucional por el carácter con el que emite sus opiniones- sobre lo que ocurre en el país, Clinton dijo que para enfrentar ese problema se requiere de una capacidad gubernamental y seguridad pública mejorada, y, “donde sea apropiado, apoyo militar para esa seguridad pública”, junto con voluntad política. Insistió en que México “tiene capacidad”, y aunque las autoridades del país desean hacer lo más que pueden por sí solas, están “muy dispuestas a aceptar consejos”.

Mientras lo dicho por la señora Clinton provocaba reacciones exageradas por parte del gobierno, de particulares y de intelectuales, por haber usado la palabra insurrección, y mientras el presidente Barack Obama descalificaba a su secretaria de Estado, la entrega completa de los fondos para hacer operativa la Iniciativa Mérida, fue condicionada y fraccionada, con la idea de demostrar que son la DEA, la CIA y el Departamento de Estado los que tienen razón, y el huésped de la Casa Blanca el que se equivoca.

Han sido reiteradamente documentados los focos de insurrección en México, por lo que no resultaría extraño que se dieran idénticas sinergias a las que se dieron en Colombia, y a esto es a lo que se refiere Hillary Clinton, por favor, no le busquen chichis a las culebras y explicaciones a donde no las hay.

México es similar a Colombia de hace 20 años, por las condiciones de inseguridad que se están replicando en este país, no por la política, ni la corrupción, ni la guerrilla, no, simple y llanamente por la inseguridad, porque casi suman 30 mil muertos y porque los daños colaterales pueden empezar a dar al traste con el proyecto económico de México, surgido del TLCAN y la globalización.

Si continúan dramatizando en lugar de avocarse a resolver los problemas, más pronto de lo que se imaginan no sólo vamos a replicar a Colombia, vamos a estar peor que ese país hermano.

Puede ser peor. Que Hillary Clinton piense del país lo que en su momento pensó Malcolm Lowry, en su carta dirigida a David Markson el 20 de mayo de 1954: “México es el lugar más endiabladamente siniestro del mundo para estar en él bajo cualquier forma de zozobra; es una especia de Moloch que se atiborra de almas sufrientes… En todo caso es un buen lugar para estar lejos de él…”; argumentarán que Lowry, como Victoriano Huerta, era dipsómano, pero a diferencia del dictador, el escritor dejó al mundo Bajo el volcán.

La caída de Monterrey

FUENTE: Véase las obras de Sotero Noriega, 1856, y Balbontín, 1974, para la versión mexicana. En inglés existen muchas descripciones de la batalla. Las de Weems, 1974, y Chance, 1991, son dos de las más recomendables.

El capitán Franklin Smith afirmó que fue una verdadera desgracia para los mexicanos haber rendido una plaza tan fortificada: “haber entregado ese lugar a esa mediana fuerza fue verdaderamente deshonroso, sin precedente e inesperado.”

Monterrey celebraba su 250 aniversario el 20 de septiembre cuando los norteamericanos llegaron a arruinar los festejos. La batalla comenzó al día siguiente y concluyó el 24. Existen varios relatos de como se desarrolló el combate, a los cuales remitimos al lector. Los atacantes sumaban alrededor de 6,000, los defensores otro tanto, y todo indica que la lucha fue muy cruenta. Las palabras de Sotero Noriega todavía retumban a través de los años: “Monterrey quedó convertida en un gran cementerio. Los cadáveres insepultos, los animales muertos y corrompidos, la soledad de las calles, todo daba un aspecto pavoroso de aquella ciudad.”

La soldadesca norteamericana se apoderó de Monterrey a partir del 24 de septiembre de 1846, cuando Ampudia entregó la plaza. William Henry, teniente del ejército, recorrió la ciudad y anotó sus impresiones. En cada calle encontró fortificaciones y barricadas que se empalmaban con trincheras en frente. Cada casa era una fortaleza. No se explicaba cómo sus compañeros escaparon de la muerte en la parte oriente de la ciudad, donde los sistemas de baterías se empalmaban para constituir una defensa inexpugnable en esa zona. El lugar parecía tan fuerte como Gibraltar. Henry se asombró de que los mexicanos se hubieran rendido con una ciudad tan fuertemente fortificada. Estas apreciaciones fueron corroboradas por otros testigos presenciales.

Entonces, ¿por qué cayó Monterrey? Parte de la respuesta está relacionada con la suerte que tuvo el gobierno del estado en los días previos a la batalla. La permanencia de Garza Evia en la gubernatura estuvo en entredicho desde el momento en que manifestó su desacuerdo con el nombramiento de Ampudia. El gobernador renunció a su cargo el 31 de agosto cuando se enteró que Dávila y Prieto había sido nombrado desde el centro para sustituirlo a partir del 17 de ese mes. Esta afrenta se agregó a los diversos choques que tuvo con las autoridades militares y su incompatibilidad con Ampudia.

Con todo y su luminoso nombramiento Dávila y Prieto no se sentó en la silla. Ampudia asumió la gubernatura a partir del 1o. de septiembre y mantuvo a Santiago Vidaurri en la Secretaría General. La ruleta dio otra vuelta nueve días después cuando llegó una nueva orden de México: Francisco de Paula Morales sería gobernador del estado. Morales fue localizado el 20 de septiembre en el municipio de Santiago. Con su nombramiento, Nuevo León tuvo cuatro gobernadores en el espacio de un mes. Por medio de una circular, Vidaurri informó a los neoleoneses del nombramiento de Morales, pero agregó que Ampudia había determinado mantener el mando civil porque “Toda variación podría originar graves trascendencias a la defensa de la plaza.”

Al recibir la notificación, Morales marchó inmediatamente a Monterrey y estuvo presente durante la mayor parte de la batalla. A pesar del fragor del combate, sus relaciones con Ampudia fueron frías. Pidió al general que tomara medidas para proteger a los civiles y enviara una comunicación en ese sentido al comandante en jefe del ejército norteamericano. Ampudia no hizo caso. En la madrugada del día 23, Morales redactó la carta al Gral. Zachary Taylor afirmando que había “millares de víctimas que por su indigencia y falta de recursos se encuentran hoy en el teatro de la guerra y que se sacrifican inútilmente…”, y pidió que se permitiera la salida de la población civil. No recibió respuesta; la batalla consumía la ciudad.

Al día siguiente, y de manera sorprendente, Ampudia rindió la plaza y pidió a Morales asumir la gubernatura. El gobernador había expresado su deseo de defender la ciudad hasta que cayera el último combatiente, y la decisión del militar lo llenó de rabia. Poco después de la derrota emprendió su viaje hacia el sur del estado. Desde Galeana puso por escrito sus juicios sobre el desempeño del comandante en jefe en la batalla de Monterrey. Informó al supremo gobierno que Ampudia prometió combatir “hasta el último trance con todas las fuerzas que tenía a su mando,” y no lo hizo, a pesar de que éstas estaban casi integras después de tres días de combate. No fue por falta de parque, porque “el enemigo no pudo trasladar en cinco días el que había en la Catedral.” No fue por falta de víveres tampoco.

Morales, testigo y protagonista en estos acontecimientos, culpó a la jefatura, y concretamente a Ampudia, por la caída de Monterrey. Este juicio coincide con el de Sotero Noriega y con el de algunos oficiales norteamericanos que hicieron un balance de la batalla.

Manuel Balbontín, otro observador de los hechos, amplía el ámbito de las responsabilidades. Asegura que los cambios en los mandos militares tuvieron un efecto siniestro sobre el estado de ánimo de la población y del mismo ejército, y que la inestabilidad del país provocó la desorganización y contribuyó a la caída de Monterrey. En San Luis Potosí, Ampudia se reestableció de las heridas que había recibido y se justificó ante el vicepresidente Gómez Farías.

Imagen: Monumento y Mausoleo al Gral. W.J. Worth en la Cd. de Nueva York. (El Gral. Worth, en honor a quien la Cd. de Fort Worth, Texas fue nombrada, fue pieza clave en la Toma de Monterrey y la Cd. de Mexico).

¡Muera el mal gobierno!

Álvaro Delgado

Nadie ama a su patria por ser grande sino porque es suya, decía Séneca, y por eso, al cumplirse 200 años del inicio de la gesta de Independencia, es válido exclamar que viva México, pero también se impone gritar, con indignación, la proclama de Miguel Hidalgo: “¡Muera el mal gobierno!”

Sí, muera el mal gobierno, porque los sustitutos del priato han dado a los mexicanos en una década más de lo mismo.

Porque, de ser echado el PAN de Los Pinos en 2012, seguirá administrándose la misma dosis.

Porque, como partido de derecha, no tiene proyecto de nación, sino de facción.

Muera el mal gobierno, porque Felipe Calderón comete la insolencia de sentirse la patria.

Porque incumplió su compromiso de moderar la opulencia y la indigencia.

Porque el alza de impuestos y la creación de nuevos, así como los incrementos en precios de gasolinas y la electricidad, perjudican a los más pobres.

Porque se somete a la opulenta élite y le permite no pagar multimillonarios impuestos.

Porque se sigue arrojando al infierno de la pobreza a más de la mitad de los mexicanos y se sigue acumulando fortunas al amparo del poder.

Muera el mal gobierno, porque la corrupción y la impunidad lo han penetrado hasta la médula.

Porque vale más las complicidades con Juan Molinar y el parentesco con Margarita Zavala que la vida de 49 bebés de la guardería ABC.

Porque han empujado al tobogán del olvido y la impunidad los asesinatos de los niños Almanza, de los 15 adolescentes en una fiesta en Ciudad Juárez, de los dos estudiantes del Tecnológico de Monterrey, de la señora Gabriela Pintado Terroba…

Porque la comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM), Cecilia Romero, se mantiene en el puesto sobre los cadáveres de 72 indocumentados asesinados en Tamaulipas.

Porque desprecia a Diego Fernández de Cevallos y no quiere aclarar su secuestro.

Porque su “guerra” ha producido carnicerías cotidianas que ya superan los 30 mil muertos.

Porque mientras combate a cárteles “malos”, como Los Zetas, los que encabezan el “bueno”, Joaquín El Chapo Guzmán e Ismael El Mayo Zambada, pasean por donde les da la gana.

Porque los engaños sobre la captura de Edgar Valdés, La Barbie, sólo ratifican lo que sustenta al grupo gobernante: La mentira.

Muera el mal gobierno porque se entrega el patrimonio nacional a los magnates Germán Larrea, del Grupo México, y Emilio Azcárraga, de Televisa.

Porque Televisa ya no es sólo la secretaría de Educación, sino el suprapoder nacional.

Porque no sólo el crimen silencia a los medios de comunicación, sino el dinero público a carretadas y ha vuelto alcahuetes a periodistas que hasta se muestran como honorables.

Porque la militarización de la República, que la propaganda oficial y oficiosa atribuye a la “valentía” de Calderón, esconde los apetitos de represión.

Porque cada que Calderón convoca a la unidad, hace todo para dinamitarla.

Muera el mal gobierno, porque en la opulenta banalidad del Bicentenario exhibe que confunde lo grandiosos con lo grandote.

Porque, ignorante, quiso liquidar a Pedro Moreno y Víctor Rosales como héroes de la Independencia.

Porque, supremo ignorante de la historia, ha dejado en el olvido y en el abandono a sitios clave de la Independencia y desdeña la Revolución.

Porque, al fin fanático, se somete al clero vociferante que excomulgó a los insurgentes.

Muera el mal gobierno, porque, en vez de editar masivamente Los Sentimientos de la Nación, presentados por José María Morelos y Pavón el 14 de septiembre de 1813, para discutir su vigencia, Calderón hizo escribir la historia a su conveniencia y, sobre todo, sepultar la fraudulenta elección de 2006.

En Historia de México, el libro editada por el Fondo de Cultura Económica (FCE) que se pretende sea la historia oficial del panismo, hay por lo menos un capítulo falaz. Es el titulado “México contemporáneo (1988-2008)”, cuyo autor contratado por el gobierno de Calderón, Enrique Krauze, describe que la elección de 2006 fue impecable:

“En los meses anteriores a la elección del 6 de julio de 2006 el país se polarizó entre los partidarios del Peje (sic) y sus críticos. El propio político tabasqueño, creyendo que su ventaja era definitiva, cometió varios errores tácticos que a la postre, para sorpresa general, determinaron su derrota ante Calderón por estrechísimo margen. Durante el último semestre de 2006 (el periodo de la elección y la toma de posesión) el país vivió momentos de peligrosa tensión, pero la civilidad privó sobre la provocación y las amenazas de violencia. El 1 de diciembre de 2006, Felipe Calderón tomó posesión y dio inicio al segundo periodo presidencial del PAN.”

Y enseguida, el autor colma de elogios a Calderón:

“De un estilo discreto y ejecutivo que contrasta vivamente con el de su antecesor, Calderón se propuso asumir y enfrentar una guerra que México había postergado por demasiado tiempo: La lucha frontal contra el crimen organizado.”

Muera el mal gobierno, en fin, porque la propaganda multimillonaria de Calderón ya tiene hartos a los mexicanos, a los que desprecia.

Aun así, no es hora de guardar silencio. ¡Viva México! ¡Muera el mal gobierno…!