lunes, junio 13, 2016

El gobierno se juega sus últimas cartas al reprimir a la CNTE

Cuauhtémoc Ruiz

Ayer el gobierno golpeó al movimiento magisterial, especialmente al de Oaxaca: detuvo a dos altos dirigentes de la sección 22 y desalojó a los maestros que tenían tomado el IEEPO. Al mismo tiempo, el gobierno federal envió a 4,000 policías a Chiapas y la policía de Tabasco reprimió a profesores.

¿Son estos hechos las señales de que viene una fuerte represión que liquide la resistencia magisterial a la “reforma educativa”? Nuestra conclusión es que esto no es necesariamente así. Pensamos que si el magisterio oaxaqueño no se amedrenta y continúa sus movilizaciones, derrotará esta contraofensiva gubernamental (que, por lo demás, apreciamos débil).

Si miramos los hechos con perspectiva veremos que desde el 15 de mayo, cuando inició este movimiento, los maestros han tenido la iniciativa y se han mostrado a la ofensiva. Los gobiernos, tanto federal como de los estados, hasta ahora, no han lanzado una fuerte represión. Han echado mano de la policía para contener a los maestros, para evitar que hagan tal o cual acción. Caracterizamos que Peña Nieto carece de margen para llevar a cabo una represión masiva y sangrienta. Sabe que una represión con algunos muertos, heridos y detenidos podría ocasionar una reacción masiva, popular y nacional. En pocas palabras, podría tener un costo político muy grande. Por eso la represión en Oaxaca no implicó sangre, fueron las detenciones de dirigentes y un desalojo más bien “pacífico”.