jueves, octubre 14, 2010

El SalinIFE

Jenaro Villamil

Obsesionado por “normalizar” su presencia en la vida pública del país y ser identificado como el artífice del retorno del PRI a la Presidencia de la República, el expresidente Carlos Salinas de Gortari embaucó a los consejeros integrantes del Instituto Federal Electoral que invitaron al artífice de los “mitos geniales” para que este martes 12 fuera el orador principal en la celebración de los 20 años de creación del organismo, en la ceremonia del Palacio de Minería.

Salinas no perdió la oportunidad para pontificar sobre la alternancia y la democratización del país, llevando agua para su molino. “Si la alternancia es la prueba de la democracia… bienvenida para el 2012”, afirmó en un claro mensaje anticipado de campaña a favor de su partido y, por supuesto, de su principal candidato, Enrique Peña Nieto.

Salinas también utilizó el foro para autoelogiarse, sin que nadie lo increpara por la evidente manipulación de las fechas, de los procesos políticos y del contexto político de alta crispación y ruptura que dejó al abandonar Los Pinos.

Según Salinas, “el acuerdo político hizo posible la fundación del IFE hace 20 años”, durante su gobierno. Gracias a la reforma electoral de 1990, afirmó, en los comicios presidenciales de 1994 “no hubo disputas poselectorales”.

Convenientemente, Salinas no mencionó que aquellas elecciones presidenciales estuvieron teñidas por el asesinato político de Luis Donaldo Colosio, por la irrupción del EZLN, por un clima de ruptura en el seno del PRI y de miedo en amplias capas de la población, y por una parcialidad evidente del Instituto, cuya autonomía plena no se logró sino hasta dos años después, en 1996.

En realidad, la primera prueba de fuego del IFE como organismo independiente de los tentáculos del poder presidencial fue durante los comicios federales de 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas triunfó como candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal y el PRI perdió, por primera vez, la mayoría en la Cámara de Diputados.

El cinismo de Salinas lo llevó a homenajear a su exadversario, Cuauhtémoc Cárdenas, a quien lo persiguió y aisló durante todo su sexenio. ¿Acaso ya se olvidaron los más de 300 militantes perredistas asesinados? Conmovido, Salinas también deseó que su socio y amigo, el panista Diego Fernández de Cevallos, retorne a la vida normal, después de su prolongada y sospechosa desaparición.

El afán pontificador de Salinas está presente en sus más recientes apariciones públicas. Su presencia en el Palacio Nacional, el pasado 15 de septiembre, acaparó la atención de los festejos del Bicentenario. Fue su retorno en medio de fuegos artificiales, 16 años después de haber abandonado el poder presidencial, lo que llamó la atención de los comentaristas políticos.

Salinas pontificó sobre la necesidad de la “unidad política” y recordó que en 1942 el expresidente Manuel Ávila Camacho, en plena Segunda Guerra Mundial, convocó a sus antecesores para dar la imagen de una clase política que enfrentaba cohesionada las adversidades.

Fue entrevistado por Canal Once, en plena cadena nacional de los festejos del 15 de septiembre. Dio declaraciones a la prensa. Saludó a todos los artistas y hasta la exmiss Universo, Lupita Jones, que se le acercaron en Palacio Nacional como si fuera una especie de fantasma revivido.

La referencia histórica de Salinas no fue casual. Él mismo prepara un libro donde quiere presentarse como “factor de unidad”. Lo paradójico es que será durante el gobierno de Felipe Calderón, el segundo mandatario panista, cuando el verdadero grito de Salinas podrá concretarse: ser el factor decisivo en la sucesión presidencial de 2012.

Salinas no sólo quiere ser el político priista vivo más poderoso y representativo de su partido. Su rehabilitación busca que lo identifiquen como el más eficaz, el más temido, el más exitoso y, ¿por qué no?, el más querido. El auténtico modernizador del país.

Para los priistas conocedores de la historia del régimen, la “normalización” de la figura pública de Carlos Salinas significa convertirlo en una especie de Plutarco Elías Calles, el “Jefe Máximo”, que retorna del exilio. Lázaro Cárdenas expulsó a Calles del país en 1934 para que su propio gobierno pudiera sobrevivir, e inauguró la larga etapa del presidencialismo mexicano, la “monarquía sexenal”, como la definió el historiador Daniel Cosío Villegas.

Sin embargo, Zedillo no fue Cárdenas ni Fox se convirtió en el fundador de un nuevo régimen, y Salinas retornó desde principios de 2003 a la escena pública, en pleno gobierno “del cambio”.

Conocedor de lo que significa la débil legitimidad, ha aprovechado los espacios de poder vacíos durante el gobierno de Felipe Calderón para llenarlos y convertirse en el gran broker.

Lo más patético es que el IFE, una institución cuyas glorias máximas se alcanzaron durante la alternancia de 2000, haya prestado el foro, el escenario y su aniversario, para que Salinas se apropiara de los festejos con un claro mensaje de campaña anticipada para el 2012.

Habría ofrecido “la Tuta” “todo el apoyo” a Godoy Toscano

Servando Gómez Martínez alias “la Tuta”, líder de la organización criminal La Familia Michoacana, sostuvo una conversación con el hoy diputado federal Julio César Godoy Toscano, a quien habría ofrecido “todo el apoyo” para ganar una elección.

En una conversación telefónica dada a conocer por W Radio, “la Tuta” dice: “le deseo que gane y cuente con todo el apoyo, usted va a ganar, muy discretamente porque (…) por abajo toda la gente por usted, todo mundo por usted, sin amenazar a ningún culero de los otros partidos (…). Usted gana, compa, primeramente Dios”.

Antes presuntamente Godoy Toscano manifiesta su inquietud de que el hijo de “la Tuta”, Luis Servando Gómez Patiño, detenido en 2009, lo estaría relacionando con el grupo, pero Gómez Martínez le aclara que aquél no ha revelado nada y le promete mostrarle declaraciones para comprobarlo.

En cambio le señala que una persona a la que se identifica como “el Cede”, supuestamente Rafael Cedeño Hernández, ex jefe de plaza del grupo criminal en Lázaro Cárdenas, Michoacán, se habría acogido a un programa de testigo protegido, “aceptó todo” y dijo “hasta lo que no”.

Hacia el final de la conversación, la voz que se atribuye a Godoy Toscano sugiere a “la Tuta” echarle ganas y andarse con cuidado “porque la cosa anda caliente”.

Difunden conversación entre Godoy Toscano y La Tuta

De acuerdo con la conversación telefónica que cuenta la PGR, confirma que el diputado federal y el líder de La Familia Michoacana se llamaban con familiaridad durante las conversaciones

La Procuraduría General de la República (PGR) tieen en su poder una conversación telefónica entre el actual diputado federal del PRD, Julio César Godoy Toscano, y Servando Gómez, alias La Tuta, líder del cártel de La Familia Michoacana.

Esta plática forma parte del expediente que en contra del legislador se tiene en San Lázaro.

En septiembre pasado, el hermano del gobernador de Michoacán también negó que conociera a 'La Tuta', tras declarar que "dicen que el señor vive en Arteaga yo vivo en Lázaro Cárdenas, creo que nuestras cuadras quedarían muy distantes".

En la conversación, difundida por W Radio, se escucha al presunto líder de La Familia decirle "compadre" y "mijo" (sic) al medio hermano del gobernador de Michoacán, Leonel Godoy, mientras que el diputado federal le responde como "tío".

La conversación, según se aclaró, data del 12 de julio de 2009.

En la plática vía telefónica, La Tuta le dice a Godoy Toscano " dígale a su primo que es la última vez". Un poco antes, Servando Gómez le menciona a un "primo Benito" a Julio césar.

En la conversación La Tuta le afirma al entonces candidato del PRD que es seguro que él va a ganar “usted gana compadre primera mente dios, no hay vuelta”.

En los 5 minutos y 20 segundos que dura la conversación, Julio César Godoy acusa a uno de reporteros pagados por el grupo de La Familia que desde hace varios días les está “metiendo putazos” asegurando que el PRI en ese entonces iba a interponer una demanda contra de ellos, a lo cual “La Tuta” le pidió que una de las personas de Godoy vaya a ver al reportero de Quadratín para darle un ultimátum y que los deje en paz.

A lo cual Godoy respondió que “ya le han dicho de una y mil formas compadre. “El chamo ya le dijo”. Para lo cual “La Tuta” pidió que lo llamen y lo pongan directamente al teléfono con él para que sea quien le dé la última oportunidad para que se calme.

En la parte final de la conversación tocan el tema del integrante de La Familia que fue detenido y que se acogió en el programa de testigos protegidos, quien es conocido bajo el nombre "Emilio" y quien reveló en primera instancia el vínculo entre Servando Gómez y Godoy Toscano.

"La Tuta" admite que durante el interrogatorio ese testigo protegido "dijo hasta lo que no" y hasta Godoy respondió "se acuerda que recién cuando lo detuvieron dijo que era esto y aquello, a ese wey casi le querían pegar para que se callara".

La Tuta: "Hay compadre yo no puedo encomendarme a Dios, cuando sé que estoy obrando culeramente, es una basura".

Godoy Toscano: "Pues si compa" (...) "Sale compa pues échele ganas y hay que andar con mucho cuidado porque la cosa anda caliente".

La Tuta: "Usté no se preocupe compadre primeramente Dios usté va a ganar".

Godoy Toscano: "Ándele pues, pues échele ganas" (fin de la conversación)

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