Pacto supletorio
Diplomacia mercantil
Perros distractores
Julio Hernández López / Astillero
Morena tiende la vista al futuro mientras el peñanietismo consolida la trama de su Pacto por México. Andrés Manuel López Obrador reaviva el discurso de la esperanza en tanto las élites dominantes de los tres partidos que garantizan viabilidad aritmética legislativa instalan un peculiar consejo rector que en los hechos se constituye en un poder no sólo complementario, sino supletorio del legislativo, sobre todo de cara a las reformas energética y hacendaria.
Martí Batres había sido heraldo optimista un día antes, al avisar a los pactistas atrincherados que en México sí hay oposición, y se llama Morena. Y el propio AMLO, a la hora de afiliarse al partido en construcción, habló de defender el petróleo y pelear contra alzas de impuestos, frente a la pandilla de rufianes que forman el gobierno federal. Para muchos seguidores de la izquierda ha llegado el momento de la definición: unos seguirán en la Revolución Democrática, a pesar de todos sus vicios internos; otros se inscribirán en el proyecto lopezobradorista, y otro segmento se mantendrá ajeno a esas estructuras institucionales, desencantado con el curso electoral y en espera de mejores propuestas.