domingo, octubre 31, 2010

El ajedrecista

Raymundo Riva Palacio / Estrictamente Personal

Si hubiera sido una partida de ajedrez la que libró en Madrid hace unos días, Alonso Lujambio habría movido en el segundo movimiento a su alfil para amenazar al rey de Enrique Peña Nieto. Ahí lo acusó de rehuir al debate abierto, de dialogar sólo en spots y no deliberar, de encerrarse en lo que pueda pagar sin arriesgar un solo pelo. La intención fue provocarlo. El alfil pretendía descolocar su defensa, ponerlo nervioso, que empezara a mover sus piezas para ir sobre de él, hacia el jaque mate.

¿Provocación? Por supuesto, respondió Lujambio, quien arremetió contra el gobernador del estado de México porque canceló su participación en un foro donde debatirían. “Hay que decirle las cosas”, agregó. “Basta de protección. Tiene que responder y cuando empiece a hablar, lo vamos a acabar”.

Amenazante, Lujambio ya no hablaba como secretario de Educación, sino como un político metido de lleno a la lucha electoral. Antes de Madrid se le veía como un lejano aspirante a la candidatura panista a la Presidencia de 2012, detrás del favorito, el secretario de Hacienda Ernesto Cordero, y del caballo negro, el secretario de Desarrollo Socia Heribert Félix. Pero el primero, no da color público, mientras que el segundo ya se integró al grupo de secretarios de Estado más clandestinos que el EPR.

En Madrid, Lujambio se renovó y volvió a volar. No se le escuchaba un discurso político tan articulado desde que en noviembre pasado habló en el ITAM en el homenaje al ex rector Javier Beristáin, que estaba próximo a morir. Fue el ponente que sorprendió al público por su profundidad y alcance, superior a otro anterior alumno de Beristáin, quien también habló, Agustín Carstens, en ese entonces aún secretario de Hacienda.

Lujambio sabe muy poco de educación, cuya inexperiencia y desconocimiento ha demostrado reiteradamente ante la falta de un programa educativo propio –el que mantiene en la SEP es heredado de su antecesora Josefina Vázquez Mota-, en sus continuos desencuentros con los rectores de las universidades mexicanas, y en su relación a trompicones con la maestra Elba Esther Gordillo, presidente vitalicio del magisterio. Pero políticamente no es un improvisado.

Nacido en el seno de una familia conservadora, panista, es viejo amigo de Felipe Calderón, Lujambio cruzó en la última década por los pocos organismos de la transición democrática, el IFAI y el IFE, donde solidificó su relación política con su sinodal, Juan Molinar, y se le recuerda como un funcionario meticuloso.

Lujambio se educó y refinó políticamente bajo la tutela de Juan Linz, el teórico del autoritarismo, quien le dirigió su tesis de maestría en la Universidad de Yale, una de las instituciones del cerrado círculo de las Ivy League. La influencia de Linz en el pensamiento político de Lujambio es permanente, y en las condiciones actuales por las que atraviesa México, donde hay un debate sobre si el régimen presidencialista debe caminar hacia el parlamentarismo, es el mejor equipado dentro del gobierno calderonista, para discutirlo.

Su maestro, que inició la discusión en 1987, terminó inclinándose por el parlamentarismo, pero Lujambio pareció apuntar al fortalecimiento del régimen presidencialista. En Madrid sostuvo una elegante escaramuza con el ex consejero presidente del IFE, José Woldenberg, y desmenuzó la reforma política propuesta por el Presidente, de la cual es uno de los autores intelectuales, y refutó humor preguntas ingeniosas sobre el futuro del voto nulo y candidatos independientes.

A Lujambio no lo conocían muchos en el foro, y los dejó sorprendidos. En México se le respeta como teórico, pero no como secretario de Educación. Últimamente ha tenido que cargar con el lastre de la organización de los festejos del Bicentenario, y pagado el costo político de un despilfarro –que él no lo considera de esa forma, pero abrió al mismo tiempo auditorías- que le heredó su amiga, la ex jefa de Oficina de la Presidencia, Patricia Flores.

El Lujambio de Madrid, en términos del equipaje político y académico que tiene, no es diferente. Lo que sí ha cambiado significativamente desde que su carrera política comenzó a tener una nueva dirección y altura, es su comportamiento público, que pasa por su imagen personal. Se fueron las gafas y cambió aquellos trajes, entre académico y burócrata, por finos cortes hoy en día.

Para ser hay que parecer, es cierto, pero a veces se le pasa la mano a Lujambio y camina un poco fingido, con el pecho siempre erguido y la mirada alta, sin ver nunca para abajo. Esa sensación de lejanía, que veces parece déspota, no corresponde realmente a su trato ordinario, donde es relajado y amable, a veces hasta simpático.

En el establo de Calderón empieza a figurar por comportamiento en público. El secretario Félix lleva mucho tiempo perdido escondido, y cuando sale nadie lo conoce. El secretario Cordero, uno de los funcionarios más afables y humanos que se recuerdan en la administración pública en una generación, es demasiado bonachón e institucional para, cuando menos hasta ahora, crecer.

Lujambio los aventaja en prestancia y oficio político. No significa, por supuesto, que se haya convertido en el delfín de Calderón, o que sus momios hayan subido en las últimas semanas. Pero no va por mal camino. Institucional en lo formal, Lujambio dijo en Madrid, cuando lo presionaron sobre sus aspiraciones presidenciales, que se siente halagado –en ese tipo de respuestas, priistas, perredistas y panistas son uno mismo-, y que esperará los tiempos de su partido –exactamente lo que dicen todos los que quieren ser-. Pero en privado, Lujambio también se cuida.

Es uno de los panistas a quienes convocó el presidente Calderón para decirles que tienen que esperar los tiempos del partido -¿suena familiar?- antes de que arranquen su campaña presidencial. A los secretarios de Estado presentes en la reunión, les dijo que aguardaran y pararan sus motores. Pero advirtió que si alguno quería comenzar en ese momento, que lo hiciera, que la puerta era muy pequeña de entrada, pero muy grande de salida.

Lujambio, como todos los miembros del gabinete convidados a esa sesión para la sucesión presidencial, entendió el mensaje. Lo repitió en Madrid, aunque comenzó la pelea con Peña Nieto. Sabe bien. Si quiere subir en conocimiento nacional que lleve a preferencia electoral del 14% donde se encuentra ahora, no tiene que perder el tiempo con todos sus adversarios, sino con el puntero Peña Nieto, que es al único que le podría quitar puntos si es exitoso, y con el único rival con el cual puede probar, en preferencia electoral, si este secretario tiene alas para volar.

Rescata Ejército a tres familiares de 'El Mayo' Zambada secuestradas

Tía, prima y sobrina del número dos del cártel de Sinaloa fueron plagiadas hace 20 días en Tijuana.

AFP


Tijuana, BC. Soldados liberaron a tres mujeres familiares de Ismael El Mayo Zambada, uno de los líderes del cártel de Sinaloa, en un operativo en la fronteriza Tijuana en el que murió un presunto secuestrador, informó una fuente militar.

"Las tres víctimas son familiares directas de El Mayo Zambada. Las habían secuestrado hace unos 20 días luego de llegar a Tijuana", confirmó la fuente, que pidió permanecer en el anonimato.

Las liberadas son tía, prima y sobrina, esta última menor de edad, del considerado número dos del cártel de Sinaloa, que lidera el narcotraficante más buscado del país, Joaquín El Chapo Guzmán.

El de Sinaloa es uno de los siete cárteles mexicanos a los que se atribuye una ola de violencia en el país que ha dejado más de 28 mil muertos en los últimos casi cuatro años.

El operativo tuvo lugar la tarde del sábado después de que un aviso anónimo alertara de la presencia de hombres armados en una vivienda de Tijuana, limítrofe con San Diego (California).

La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) ha ofrecido 5 millones de dólares y la fiscalía mexicana 2.3 millones por información que lleve a la captura de Zambada, de unos 60 años.

San Lázaro, la desvergüenza política

Jesusa Cervantes

Cada vez que el secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas, comparece ante los legisladores federales, más de uno lo acusa de “cínico”, pero lo ocurrido la noche del jueves pasado en la Cámara de Diputados no puede ser más que un gran monumento a la desfachatez, en donde los diputados, quienes hacen las leyes del país, recurrieron a una “chicanada” jurídica para violar la ley.

Tan cínicos han sido varios de lo secretarios de Estado del actual gobierno panista cuando comparecen ante senadores y diputados, como los propios legisladores que ayer, al no llegar a un acuerdo para “agandallarse” espacios en el Instituto Federal Electoral (IFE), como ha ocurrido desde 2003, decidieron no respetar la ley.

De los doce meses del año, la Cámara de Diputados sesiona solamente seis, tiempo más que suficiente para buscar consensos entre los diferentes grupos parlamentarios. Sin embargo, ante la falta de conciencia política de muchos de los legisladores, su desinterés por lo que el país requiere y el centrarse en sus propios beneficios o los de su partido durante los procesos electorales, todo lo dejan para el último momento.

Esto ocurrió, como en dos ocasiones anteriores (2003 y 2007), sólo que ahora con otros agregados: cinismo, irresponsabilidad y desvergüenza política.

De acuerdo con la ley, tres de los nueve consejeros del IFE deben dejar el cargo a la medianoche del 30 de octubre, por lo tanto, y es de lógica elemental, quienes los han de sustituir deben ser designados cuando menos un minuto antes.

Pero como la ley no lo dice expresamente, los diputados federales decidieron recurrir a una “chicanada leguleya” y considerar que lo que no está prohibido esté permitido. Es decir, si no está prohibido rebasar el día 30 de octubre para nombrar a los tres nuevos consejeros, pues está permitido elegirlos cualquier día del año, cuando a los diputados se les antoje, cuando “lleguen a un acuerdo”, a “un consenso”.

Incluso, justifican su actuación invocando “la responsabilidad” para “el diálogo” y la “construcción de acuerdos”.

Nada más grotesco que argumentar que como la ley sólo dice que el 30 de octubre deben dejar el cargo los consejeros a relevar, los diputados no están obligados a elegir a quienes habrán de sustituirlos. Lo absurdo proviene de que, en derecho, ante este tipo de circunstancias que el legislador no previó cuando realizó los cambios a la ley, debe hacerse una interpretación a contrario censu, es decir, al dejar el cargo --por ley-- un integrante de un órgano colegiado, se debe prever el nombramiento de quien lo habrá de sustituir por lo menos unos minutos antes.

El Poder Legislativo está obligado a mantener la conformación de un órgano colegiado con todos sus integrantes, no sólo con dos terceras partes.

Uno de los legisladores, el vicecoordinador panista Carlos Pérez Cuevas, dijo que no había problema en que el IFE se quedara con seis y no los nueve consejeros que lo integran, primero “porque son días de asueto, no trabajará el instituto”; y no sólo eso, justificó el actuar de los diputados que aprobaron la suspensión de la elección de los funcionarios electorales al exponer que si hubiera necesidad de reunirse, el IFE cuenta en este momento con seis integrantes, suficientes para hacer quórum.

No se trata de tomar decisiones de última hora ni de establecer que se está de vacaciones, que el IFE no va a trabajar, o decir, “qué importa, si hay quórum”. Lo destacable aquí es la falta de cumplimiento del marco legal de quienes hacen las leyes en el país, las salidas fáciles, la distribución de cuotas, la utilización del IFE como si fuera propiedad de los partidos políticos y no de una institución que tuvo como preámbulo marchas, muertes, abusos y robos de elecciones. Es, en síntesis, una bofetada a uno de los órganos clave para avanzar hacia una democracia efectiva, no sólo formal.

El cinismo con que actuaron los diputados no es menor que el que exhibieron los secretarios de Estado en sus comparecencias ante los legisladores. En suma, cayeron en lo mismo que tanto le han criticado al gobierno en turno.

Esa falta de respeto a sí mismo aumenta más cuando los partidos políticos dicen ante la ciudadanía que ya no quieren caer en los mismos errores de las dos últimas elecciones, el reparto de cuotas, y que ha dado como consecuencia la falta de credibilidad del IFE, e incluso su burla.

En esto momento, según encuestas diversas que se han publicado, la percepción de la gente es que el IFE dejó de ser “autónomo”. La actuación de los diputados del pasado jueves lleva a suponer que esto continuará.

Así, los diputados no sólo violentaron sus propias leyes, sino que además evidenciaron las luchas internas que tienen en sus partidos; por ejemplo, el PRI que pretendió nombrar a dos de los tres consejeros, uno de ellos respondería a los deseos del gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto y el otro a los del senador sonorense Manlio Fabio Beltrones, ambos posibles aspirantes a la candidatura priista a la Presidencia.

Pero al interior del PRI surgió un tercer bloque, el que dijo no a ese reparto sin que se les incluya a ellos. Se trata de quienes tienen simpatías con el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera. Esos diputados de Veracruz, Oaxaca y Puebla también actuaron por intereses partidarios y no por un afán de “democratizar” al IFE. Incluso amenazaron con votar en contra si se les dejaba fuera.

Por esto también es que se suspendió la elección: por desacuerdos al interior del PRI, por desacuerdos entre uno y otro partido.

Meses tuvieron los diputados para ir preparando la elección, meses para hacer un proceso limpio que no creará suspicacias entre la población o, ya de perdida, entre la clase política, pero las prioridades electorales hicieron de los legisladores actuar sin ética, hicieron que mostraran su incapacidad política.

Bien pudieran decir que convocarían a sesión extraordinaria para tratar de llegar a un acuerdo, lograr consensos al interior de sus partidos y luego hacia fuera, y consumarla elección el 30 de octubre. Pero en lugar de eso prefirieron, además de todo, irse de “puente” y elegirlos cuatro días después. La falta de tacto político, de todos por aceptar este retraso, lo único que logró fue minar aún más la credibilidad el IFE.

Y el tema no es si los 17 que acordó la Comisión de Gobernación son buenos o malos para ocupar este cargo, no, el asunto es la evidencia con que actuaron quienes elegirán a los próximos tres nuevos consejeros que saldrán de esa lista. Bastante trabajo tendrán a quienes elijan para remontar el estigma con el que llegarán a un ya de por sí desvencijado instituto. Y en esto, todos los partidos que votaron a favor y los que se abstuvieron tienen ya responsabilidad.

Trick or treat?


Sicarios dan muerte a dos presuntos porros en Oaxaca

Pedro Matías

Cuatro individuos que viajaban en dos motocicletas ejecutaron en pleno centro de esta ciudad a dos presuntos “porros” de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, Rubén Marmolejo Maldonado, El Dragón, y José María González Porras, a quienes se les vinculaba con funcionarios de la UABJO y del gobierno del priista Ulises Ruiz.

Al estilo de los sicarios de Colombia, el atentado ocurrió este viernes alrededor de las 13:45 horas en las escalinatas del templo de Santo Domingo de Guzmán, en la esquina que forman las calles de Allende y Gurrión.

Al lugar acudieron elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones y de la Procuraduría General de la República (PGR), peritos y el Ministerio Público, quien ordenó el levantamiento de los cuerpos que presentaban impactos de armas calibre 38 especial.

Según las primeras versiones, El Dragón y su acompañante iban caminando cuando llegaron cuatro individuos que viajaban en dos motocicletas, una roja y otra negra, y les dispararon por la espalda.

En una entrevista concedida a Apro, El Dragón, reconoció que su grupo de porros operó para que ganara la rectoría Rafael Torres Valdés.

“Nosotros fuimos el bloque de choque para que llegara a la (rectoría), posición en la que está y ahora no se acuerda (Torres Valdés)”, afirmó en septiembre de 2008.

En esa ocasión, El Dragón acusó al rector de incumplir con sus promesas de campaña: “A mí me prometió (Torres Valdés) la dirección deD, 15 plazas para mis jóvenes y espacios en la universidad (con tal de apoyarlo)”.

Aunque contaba con varias órdenes de aprehensión, ninguna se ejecutó porque se jactaba de tener “padrinos” en el gobierno de Ruiz Ortiz.

En esa ocasión, denunció el “nepotismo” del secretario particular del rector, Eduardo Martínez Helmes, y de su hermano, ya que presuntamente seguían las instrucciones de su padre, el exrector de la UABJO, Abraham Martínez Alavés, “pues quieren perpetuar su poder”.

El entonces director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Jesús Villavicencio Jiménez, denunció que “Rubén Marmolejo Maldonado, el porro conocido como El Dragón, está al servicio de funcionarios de la UABJO y del gobierno del estado”.

A El Dragón se le vinculaba con el actual secretario general de Gobierno, Evencio Nicolás Martínez Ramírez; al diputado federal Manuel García Corpus, y al rector Rafael Torres Valdés.

A Rubén Marmolejo también se le acusó de participar junto con la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) en la toma de las bodegas del periódico Noticias, Voz e Imagen de Oaxaca, en el 2004.

Además, enfrentaba una demanda interpuesta ante la PGR por amenazas de muerte a varios periodistas.

Después del desastre aéreo...

Alberto Barranco

Después del desastre aéreo provocado por la actuación errática de la autoridad, cuyo signos distintivos son la degradación de México en materia de seguridad aérea; la caída a pique de Mexicana de Aviación, y la saturación del aeropuerto capitalino, se intenta tapar el pozo.

Colocada la casa en ruinas, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes está convocando a los sectores interesados a un debate público para fijar una nueva política aeronáutica nacional.

Borrón y cuenta nueva, pues, frente a la política empresarial depredadora que provocó la quiebra de la empresa aérea más antigua del país; frente a la inútil obra faraónica de la terminal II del aeropuerto Benito Juárez, y frente a los señalamientos de desorden y negligencia de las autoridades aeronáuticas de Estados Unidos.

Iniciada la cuenta desde cero, se está replanteando el viejo dilema del inicio del sexenio foxista: Tizayuca o Texcoco para una nueva terminal que descongestione la principal del país.

Como recordará usted, la apuesta apuntó a la segunda alternativa, con la novedad que primero se hicieron los planos y luego se intentó conciliar la venta de terrenos ejidales, lo que provocó la rebelión de los machetes de San Salvador Atenco, a cuya furia se arrugó el gobierno.

El fiasco intentó paliarse con parchecitos, como el enviar 30 mil operaciones anuales de aviación general hacia la terminal de Toluca, apuntalada ésta con una inversión privada de 240 millones de dólares.

Adicionalmente, se amplió la parte internacional del aeropuerto de la Ciudad de México, para incrementar de 24 a 35 los puestos de abordaje, ampliándose en paralelo los espacios y servicios de migración, sanidad y zonas operativas, en este caso con un gasto de 100 millones de dólares aportados, otra vez, por el sector privado.

En paralelo, se construyó a costo escandaloso la terminal dos con 23 posiciones fijas de abordaje, con la novedad de que en este caso el sector privado no quiso apostar, cargando el gobierno con una inversión de seis mil millones de pesos, cuya mayoría se obtuvo al bursatilizarse ingresos a futuro de Aeropuertos y Servicios Auxiliares vía el TUA o derecho de uso.

El caso es que la obra faraónica, incluido un absurdo trenecito en remedo del que corre en el zoológico de Chapultepec, sólo le permitiría al aeropuerto capitalino ampliar 10 años su vida útil de los cuales ya corrieron cinco.

Y el caso es que, descuidado el problema sustantivo, es decir la existencia de sólo dos pistas cuya operación no puede ser simultánea, los congestionamientos en horas pico se multiplicaron al infinito.

Estamos hablando de un tráfico anual de 2.4 millones de pasajeros y 360 mil 600 aterrizajes y despegues, que representan el 40 por ciento de las operaciones aéreas en el país.

De hecho, el fenómeno provocó la caída del Lear Jet en que viajaba el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, al ser jalado éste por el remolino de un colosal avión que iba delante de él en ruta hacia la pista por más que según la autoridad aeronáutica de Estados Unidos el piloto carecía de la certificación profesional reclamada.

Por lo pronto, la recolocación de la baraja, será melón, será sandía, ya levantó una espesa polvareda en la industria.

De entrada, quienes invirtieron en la ampliación de la terminal capitalina, cuyo negocio se desmorona ante la salida del aire de Mexicana, ya pusieron el grito en el cielo ante la imposibilidad de convivir la actual terminal y otra a instalarse en Texcoco.

A su vez, el socio mayoritario privado del aeropuerto de Toluca, es decir la firma española OHL, cuyo negocio a su vez lo abolló el cambio de la mayoría de los vuelos de Interjet hacia el aeropuerto capitalino, lo que redujo 40 por ciento sus operaciones, tiene lista ya su propia protesta.

Y aunque la alternativa salomónica podría ser Tizayuca, cuyo escenario sí permite la convivencia, hete aquí que abierta en la zona una terminal de carga, ésta no ha empezado a funcionar ante la falta de permisos de la autoridad.

El alegato habla de incompatibilidad de operaciones con la cercana base militar aérea de Santa Lucía, cuya actividad creció al infinito al fragor de la guerra sin estrategia contra el narco declarada por el presidente Felipe Calderón.

Como lee usted, pues, estamos otra vez en el principio, por más que para expertos como Fernando Gómez y Suárez, la salida sería desconcentrar las operaciones del aeropuerto capitalino hacia terminales alternas como Toluca, Cuernavaca y Puebla, además de detonar los aeropuertos de Cancún, Monterrey, Guadalajara y Tijuana como centros de distribución de vuelos regionales.

El 20 por ciento de los pasajeros que llegan a la capital tienen vuelos de conexión.

Por lo pronto, ya se perdió una década.

Indagan injerencia de los Beltrán en Tepito

La masacre de jóvenes en Tepito está relacionada con la hegemonía del tráfico de drogas que disputan células del cártel de los Beltrán Leyva con otros grupos criminales, según una de las líneas de investigación de la procuraduría capitalina.

Tras la muerte del capo Arturo Beltrán Leyva, El Jefe de Jefes, organizaciones antagónicas han intentado obtener el control del narcotráfico en el barrio y otras actividades ilícitas, como piratería, extorsión y robo de transporte de mercancía.

Se trata, según la indagatoria, de un reacomodo en el barrio que llegó a ser controlado por los Beltrán Leyva.

De acuerdo con autoridades de la PGJDF, la matanza fue antecedida por levantones, que en algunos casos terminaron en ejecución.

Tal es el caso de Teresa Fortis, La Teresa, y Jessica Crisóstomo, La Jessy, quienes presuntamente se dedicaban a vender droga en la calle de Libertad y se negaron a pagar una “renta” que exigió el autodenominado grupo La Unión, por lo que fueron secuestradas y asesinadas.

Junto a sus cadáveres, los homicidas dejaron el mensaje: “Esto les va a pasar a todos los ke estan trabajando con Genaro y Adriana y los Villafan… sigues tu fortis X puerco att. ya saben kienes somos. Las dejaste morir solas fortis”.

De acuerdo con investigaciones de la policía capitalina, las mujeres formaban parte de la organización delictiva de Los Villafán.

Con base en un documento interno de la SSP-DF, Carlos Raúl y María del Rocío Villafán Ríos controlaban la venta de droga en los números 52 y 62 de la calle de Peralvillo, en la colonia Morelos.

Ambos enfrentaron proceso penal en 2005 y 2004, respectivamente por delitos contra la salud. Eran considerados piezas clave en el narcomenudeo que opera en el corazón de Tepito, bajo las órdenes de los Beltrán Leyva.

La procuraduría capitalina dio a conocer que ninguna de las siete personas atacadas por un comando en Tepito fue amenazada anteriormente a los hechos ocurridos la noche del miércoles.

En la base de datos de la institución tres de los agraviados estuvieron presos por la comisión de los delitos de de robo agravado y robo calificado.

De acuerdo con los testimonios recabados por el Ministerio Público todas las víctimas tenían actividades comerciales en Tepito.

Los antecedentes del único sobreviviente, Irving Martínez Olvera, de 22 años, refieren que estuvo internado por el delito de portación de arma de fuego cuando era menor de edad.

Respecto a Eduardo Daniel Ocampo Arévalo, de 21 años, la PGJDF informó que lo consignó al Reclusorio Oriente por el delito de robo calificado agravado y permaneció tres años preso. Hace tres meses quedó en libertad.

Otro de los occisos identificado como Evert Isaac Hernández Martínez, de 23, años salió hace un año de la penitenciaría de Santa Martha Acatitla, donde purgó una condena de cinco años por robo a transeúnte.

Saúl Don Hernández, de 23 años, estuvo sujeto a tratamiento en externación cuando era menor de edad, por el delito de robo agravado.