Estudiantes contra el Estado Mayor
Amplio repudio a políticos
Temor a organización social
Julio Hernández López / Astillero
El reloj de los políticos profesionales está atrasado. Se quedó en los tiempos anteriores al sismo del pasado martes, y aunque ahora le miren con la esperanza de que les dé la nueva hora, sólo les reporta mediciones anteriores, sin la actualización a las nuevas circunstancias.
Enrique Peña Nieto actuó ayer conforme a esa cronometría obsoleta. Lo hizo desde un museo del peor pasado, el que reconstruye a marchas forzadas Alfredo del Mazo Maza, en el estado de México. Ahí, en Joquicingo, mientras elementos del Estado Mayor Presidencial repelían a estudiantes (de la Universidad Autónoma del Estado de México, según las primeras versiones), Peña Nieto desempolvaba una retórica casi diazordacista, incapaz de leer los nuevos tiempos.
La confrontación entre elementos del Ejército mexicano y estudiantes mexiquenses se produjo, conforme señalaron algunos de los jóvenes involucrados, cuando una persona de edad avanzada gritó a Peña Nieto agarra una pala, mientras éste cumplía con los rituales de la supervisión a conveniencia de acciones gubernamentales en favor de los damnificados por el pasado sismo. De acuerdo con tales reportes, militares maltrataron a quien proclamaba el poder pedagógico de la pala, por encima de la escenografía demagógica, ante lo cual los jóvenes, defendiendo a la persona que había gritado tan entendible consigna herramental, entraron en colisión con el grupo del Estado Mayor Presidencial.