Hoy, como ayer
Panismo amnésico
Robles, en jaque
Julio Hernández López / Astillero
El Chayogate jarocho tiene que ver con el presente y el futuro, pero sobre todo con el pasado inmediato. En el hoy y el mañana, con este episodio ahumado se busca pintar un rostro combativo en el armatoste de blanco y azul que se había desdibujado al entregarse al peñismo en el tramo del Pacto por México que, por cierto, con estos escándalos puede darse por terminado, al menos en los términos operativos impactantes que hasta ahora había tenido. El panismo también busca incrementar sus fichas con la intención de canjear a sus prefigurados rehenes judiciales (la ex procuradora Marisela Morales y el ex vicepresidente policiaco, Genaro García Luna, con Felipe Calderón como el verdadero villano, no encarcelable) por la cabeza de la secretaria Pepsi y otros involucrados de rango federal.
Pero en este rodaje de aventuras políticas extremas nadie es inocente. No lo es el panismo que hoy denuncia con pasión amnésica lo mismo que hizo durante dos sexenios y que con la ayuda de los Yunes blanquiazules pretende desmarcarse de sus alianzas y pactos con el PRI al que tanto llegaron a semejarse, según diagnóstico del mismo Gustavo Madero, ahora tan prosopopéyico (Miguel Ángel Yunes Linares, ex director del Issste y sus hijos, Fernando Yunes Márquez, actual senador, y Miguel Ángel junior, ex alcalde de Boca del Río; mientras los senadores priístas son Héctor Yunes Landa y José Francisco Yunes Zorrilla). No el PRD tan lento en despojarse de su ropaje de colaboracionismo con Peña Nieto, practicante de similares ejercicios adulteradores de la función y los recursos públicos en los lugares donde ha gobernado, con el Distrito Federal como añoso ejemplo de la institucionalización del clientelismo con cargo al erario.