Enrique Méndez y Roberto Garduño / La Jornada
De madrugada y sin la oposición de sindicatos, que ya no mantuvieron su plantón, la Cámara de Diputados culminó el trámite para reformar la Ley Federal del Trabajo (LFT), donde en un acuerdo con el Panal, PRI y PVEM reforzaron el poder de los líderes sindicales, quienes podrán ser elegidos por los agremiados incluso con votación a mano alzada.
Con ello, y en contraste con las medidas que afectarán a millones de trabajadores, quienes estarán sometidos a contratos a prueba y de capacitación, la mayoría de priístas, verdes y aliancistas hicieron aún más cerrados los métodos de elección sindical y el poder de los líderes.
A las 2 de la madrugada, el presidente en turno de la mesa directiva, Francisco Arroyo Vieyra, cantó el inicio de la votación del artículo 371, referente a la democracia gremial, punto que para el PRI significó una de sus principales demostraciones de fuerza en la Cámara y que anticipa cómo se decidirán a partir de ahora las votaciones de reformas polémicas.
Justo al momento en que Arroyo dio la palabra a la coordinadora del Panal, Lucila Garfias Gutiérrez –operadora de Elba Esther Gordillo en San Lázaro–, para presentar una propuesta de nueva redacción del artículo de marras, comenzó un temblor.