Apro
Los agentes de la CIA que viajaban en el vehículo diplomático que fue baleado por policías federales en Tres Marías eran tres y no dos, según la investigaciones que realiza la Procuraduría General de la República (PGR).
El dato anterior consta en la declaración ministerial que rindió el capitán de la Marina mexicana que acompañaba a los agentes estadunidenses, fragmentos de la cual difunde este miércoles en su portal electrónico el diario 24 horas.
Además, refiere que el ataque fue directo y asegura que los disparos fueron dirigidos a los flancos débiles de la camioneta, blindada, como la parte delantera y lateral y el toldo, donde pocas personas saben que el blindaje es más vulnerable.
“Cuando empezamos a sentir los disparos por el techo, entonces sí, dijimos, ya nos llevó la chingada”, dice el capitán que resultó lesionado en el incidente ocurrido el 24 de agosto último.
De acuerdo con su relato, ese día viajaban en la camioneta Toyota los tres agentes de la CIA y él y se dirigían a la base Naval de El Capulín, centro de entrenamiento y de inteligencia de la Armada.
Aclara que era la tercera vez que viajaban a dicho sitio por lo menos y que en el trayecto fueron emboscados por hombres que identificaron como policías federales, pero estaban vestidos de civil.
“Si hubieran sido policías uniformados en sus patrullas nos hubiéramos detenido, pero eran civiles y sus vehículos no tenían identificaciones”, revela.
Los agentes de la CIA que viajaban en el vehículo diplomático que fue baleado por policías federales en Tres Marías eran tres y no dos, según la investigaciones que realiza la Procuraduría General de la República (PGR).
El dato anterior consta en la declaración ministerial que rindió el capitán de la Marina mexicana que acompañaba a los agentes estadunidenses, fragmentos de la cual difunde este miércoles en su portal electrónico el diario 24 horas.
Además, refiere que el ataque fue directo y asegura que los disparos fueron dirigidos a los flancos débiles de la camioneta, blindada, como la parte delantera y lateral y el toldo, donde pocas personas saben que el blindaje es más vulnerable.
“Cuando empezamos a sentir los disparos por el techo, entonces sí, dijimos, ya nos llevó la chingada”, dice el capitán que resultó lesionado en el incidente ocurrido el 24 de agosto último.
De acuerdo con su relato, ese día viajaban en la camioneta Toyota los tres agentes de la CIA y él y se dirigían a la base Naval de El Capulín, centro de entrenamiento y de inteligencia de la Armada.
Aclara que era la tercera vez que viajaban a dicho sitio por lo menos y que en el trayecto fueron emboscados por hombres que identificaron como policías federales, pero estaban vestidos de civil.
“Si hubieran sido policías uniformados en sus patrullas nos hubiéramos detenido, pero eran civiles y sus vehículos no tenían identificaciones”, revela.
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