J. Jesús Esquivel / Proceso
El presidente Felipe Calderón manifestó que no tiene claridad respecto a las alternativas que aplicará Enrique Peña Nieto para combatir al narcotráfico y al crimen organizado.
“Seguí la campaña (presidencial mexicana) y muchos candidatos hablaron, enmarcaron de la siguiente manera el asunto: continuaremos con el esfuerzo, con la estrategia, pero haremos unos cambios. Cuando al candidato se le preguntó cuales serían esos cambios, por lo menos yo no vi claramente cuáles serían esas diferencias”, expresó Calderón al participar en un foro organizado por la organización Consejo en Relaciones Exteriores, en Washington.
“¿Usar mas inteligencia y menos fuerza?, ¡pero si es exactamente lo que estamos haciendo!”, subrayó Calderón, quien realiza su último viaje a Estados Unidos como presidente de México.
“Creo que el próximo gobierno va a continuar el esfuerzo, y creo que ellos tienen el derecho y privilegio de analizar otras alternativas”, destacó.
El saliente presidente mexicano explicó que lo mejor es buscar una “regulación” en el mercado global sobre el consumo de drogas, empezando por Estados Unidos.
“La otra alternativa es renunciar ante el poder de los criminales, decir, no me quiero seguir enfrentando a ellos…no lucharé contra ellos. No se puede decir eso porque la primera responsabilidad de un gobierno es preservar el derecho y la seguridad de las familias”, subrayó.
En su discurso ante el Consejo en Relaciones Exteriores, Calderón habló de un México casi perfecto, con un alto nivel de educación, con una economía estable, con un mercado laboral atractivo para los jóvenes, que incluso gracias a la estabilidad económica del país, según él, ha resultado en una reducción importante en el flujo de migrantes a Estados Unidos.
Calderón presumió que en México cada año se gradúan más ingenieros que en Alemania y Canadá, y que además el país está encaminado a ser líder mundial en temas como el cambio climático. El mandatario mexicano nunca habló del problema de la inseguridad que azota al país, ni del saldo de más de 60 mil muertos que deja su gobierno como consecuencia de su lucha militarizada contra el narcotráfico.
En este sentido, Calderón afirmó que la violencia que hay en el país no se incrementó por su determinación de enfrentar con el Ejército al narcotráfico y al crimen organizado, sino por los deseos de los narcotraficantes de apoderarse de territorios.
“Están tratando de cubrir un territorio y para eso comenzaron a pelearse entre ellos, y estas disputas territoriales son el origen de la violencia, no las acciones que tomo el gobierno”, acotó.
Calderón acusó también a Estados Unidos de hacer muy poco para reducir el tráfico de armas y de dinero en efectivo que va a México. Y sostuvo que sólo con una prohibición en la Unión Americana a la venta de las armas de asalto, como la que expiró en 2004, se podría reducir el nivel de violencia en México.
“Confiscamos 150 mil armas en cinco años, y eso es mucho”, añadió Calderón, quien esta semana participará en las sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
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