miércoles, septiembre 12, 2012

Negocian incorporar “centro tradicionalista” en Nueva Jerusalén

Los líderes religiosos de Nueva Jerusalén han planteado en la mesa de negociación que llevan con el gobierno estatal la posibilidad de que se les otorgue una clave escolar sin cumplir los requisitos.

Vanguardia


La disputa en la Nueva Jerusalén tiene en el fondo la pelea por una clave oficial de la Secretaría de Educación para una escuela que, mientras los llamados “laicos” la lograron hace seis años, los “conservadores” han intentado sin éxito arrebatarla para su “centro de educación tradicionalista”, llamado Juan Bosco.

El maestro Juan Pablo Pineda Ornelas, director de la escuela bidocente José María Morelos, explica que al fusionar dos centros educativos uno de ellos tendría que desaparecer y funcionar administrativamente ante la SEP como uno solo, con lo que tácitamente se eliminaría una clave, que en este caso podría ser cualquiera de las dos.

La Escuela Primaria Rural Federal Vicente Guerrero de la Nueva Jerusalén funciona desde agosto de 2007 bajo la clave oficial 16DPR5298E, mientras que la escuela José María Morelos de La Injertada, esta registrada desde hace 40 años como bidocente, bajo la clave 16DPR1638L.

Para las autoridades de la Secretaría de Educación en Michoacán, la eliminación de una clave escolar en circunstancias extraordinarias como la que viven estos dos centros educativos (el de La Injertada y el de la Nueva Jerusalén) es factible, pero aseguran que no podría ser otorgada a la escuela tradicionalista “Juan Bosco”, debido a que hasta el momento no cumple con los requisitos marcados por la SEP.

No obstante, una fuente autorizada de la Secretaría de Gobierno explicó que los líderes religiosos de Nueva Jerusalén han planteado en la mesa de negociación que llevan con el gobierno estatal la posibilidad de que se les otorgue una clave escolar sin cumplir los requisitos, a fin de avalar los “estudios” que se realizan en esta escuela a más de 150 niños en edad de cursar primaria y secundaria.

La escuela tradicionalista “Juan Bosco”, fundada por los conservadores de la Nueva Jerusalén, no cuenta con registro oficial y los niños que acuden a ella sólo aprenden a escribir, leer oraciones y matemáticas elementales; sobre todo, memorizan rezos y cánticos que tienen que recitar cada hora en una pequeña capilla que hay en su interior.

Las “maestras” de estos menores son “monjitas” designadas por la cúpula religiosa que dirige Martín de Tours, y que tienen prohibido tocar temas de educación sexual, historia, tecnología y otras materias que pongan en entredicho la fe hacia su culto.



Descubren engaño en la educación

Por décadas, los lideres religiosos de Nueva Jerusalén negaron a los habitantes de esta comunidad la instrucción escolar y —pese a que en algunos momentos de su historia intervino el CONAFE para dar educación de adultos y adolecentes— fueron arrancados de los libros de texto gratuito las secciones donde hablaba de cosas como biología, reproducción, civismo.

De hecho, la escuela “Juan Bosco” dejó de funcionar durante algún tiempo debido a que a los niños que aprendieron a leer encontraron la manera de allegarse información cuando iban a trabajar fuera de la comunidad y se enteraban que la educación era distinta a la recibida.

Muchos de ellos son los padres de familia que encabezaron las gestiones administrativas para lograr la clave oficial para la escuela Vicente Guerrero, y tomaron conciencia de que el futuro de sus hijos no debería ser igual al suyo.

Don Hermenegildo Zeferino cuenta que tardó en darse cuenta de la importancia de la educación en su vida, pero advierte que no regresará a la “época oscura” donde la palabra le estaba prohibida y dice con orgullo que ahora sus hijas estudiaran de una u otra forma.

Para él, dejar que desaparezca la clave escolar de la Vicente Guerrero es como “haber tirado el esfuerzo de toda esta lucha que nos ha costado tanto”.

Pero la otra cara de la moneda está en la gente de La Injertada, que ve con buenos ojos que pudiera establecerse en ese lugar porque representaría el acceso a programas de beneficio social como Oportunidades y becas de estudio.

Jorge Cazares Torres, líder de la CNTE en Michoacán, explica que el otorgamiento de una clave escolar implica, sobre todo, la apertura de plazas para maestros y también presupuesto para el mantenimiento de un centro educativo.

Las claves para centros educativos son un bocado apetitoso para quien las persigue y también una buena ventaja social y económica para quien las obtiene.

El subsecretario de Planeación de la Secretaría de Educación en el estado, Sergio Rodríguez Marmolejo, dice: “No a cualquiera se le da una clave. Hay ciertos requisitos que cumplir y que el estado debe velar porque se cumplan”.

Uno de ellos, menciona, es que el plantel se comprometa a implementar el plan de estudios oficiales que marca la SEP; contar con personal docente calificado (es decir, con licenciados en pedagogía o docencia) entre otros requisitos de normatividad física y material.

Sin embargo, una pequeña rendija legal podría dar pie a que la escuela tradicionalista “Juan Bosco” obtuviera una clave bajo la modalidad de “incorporada a la SEP”, y con la que incluso no sólo pudiera contar con validez oficial de sus enseñanzas, sino que incluso podría cobrar cuotas a los padres de familia que tienen a sus hijos ahí.

Sólo de esa forma se explica el hecho de que algunos de los “padres” que forman parte del círculo de Martín de Tours, como el “padre Pedro”, lleve todos los días a bordo de una camioneta Liberty a sus sobrinas a la escuela de La Injertada.

La explicación más clara la sintetiza la madre de otra niña que acude a la primaria José María Morelos y que apenas el año pasado estaba en la “Juan Bosco”: “Me traje a mis niños para acá porque necesito que estudien y tengan un papel reconocido, pero en la ‘Juan Bosco’ sí les enseñaban bien y de todo; cosas buenas. Si tuviera valor el papel que les dan la hubiera dejado ahí”.

Ella y su esposo pertenecen al grupo cercano a Martín de Tours. El esposo de esta joven madre es uno de los guardias del líder religioso extremista.

Los padres de familia de Nueva Jerusalén saben que el grupo de los radicales ansían una clave escolar para tener un método más de control de sus seguidores, con la entrega de beneficios sociales gubernamentales que esto podría acarrear como becas, desayunos escolares y apoyos a madres y familias pobres.

Solo así se explica que desde hace un año se haya desatado una feroz lucha por el control de la escuela Vicente Guerrero, que además de despertar conciencias también haya evocado el deseo por el bienestar social y la libertad.

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