miércoles, junio 13, 2012

#YoSoy132: Es el momento para definirse

El movimiento enfrenta sus primeras divisiones y busca definir objetivos comunes para más alla de las elecciones

Paulina Villegas


Nació y sacudió al país. Tiene apenas cinco semanas de vida y camina con ciertos tropiezos, pero erguido. Se cae a veces, pero sigue adelante. Habrá que seguirle los pasos.

A 19 días de las elecciones, conscientes de algunos de sus logros e inevitables fallas, hacemos un alto en el camino para analizar a dónde se dirige este movimiento estudiantil #YoSoy132.

Los objetivos

Lo que viene es esperar los resultados del próximo primero de julio para aterrizar su agenda. ¿Institucionalizarse y convertirse en un partido político?
Los jóvenes que se manifestaron en la Ibero en contra de Peña Nieto aquel viernes 11 de mayo, y luego se indignaron cuando se les llamó “acarreados de la izquierda”, son hoy un movimiento nacional con distintos objetivos que pretende ser un contrapunto a los poderes fácticos del país.

Mas allá de la coyuntura electoral, más allá de la posición antipeña de algunos y apartidista de otros, de sus múltiples identidades antineoliberal, ciudadano y humanista, lo cierto es que YoSoy132 apenas inicia el proceso real y difícil de definirse políticamente.

Las ambiciones son grandes. YoSoy132 pretende ser un parteaguas en las elecciones del 2012, y más allá, mantenerse como un referente en la vida política del país. Para que gane quien gane, las cosas no vuelvan a ser como antes.

Quieren ser un watchdog y una influyente voz que redefina el rumbo de México.

El plan inicial era dar un golpe al duopolio televisivo del país, cuyo control y manipulación de la información consideran contribuye al retroceso democrático de México.

Aunado al tema nodal del control de los medios televisivos, ahora el movimiento tiene otros planes y targets: Elecciones libres, un voto libre e informado y un debate de los aspirante a la presidencia con estudiantes, por ejemplo.

Escisiones

La ideología laxa y plural del movimiento se revela en las constantes disputas internas y los pocos acuerdos logrados en asambleas nacionales.

Por un lado los integrantes del ITAM siempre se han resistido a declararse antipeñistas, mientras que la Ibero ha mantenido su afán de pronunciarse en contra del candidato y de su partido que, en su opinión, representa la corrupción y el viejo autoritarismo.

Los jóvenes de la UNAM, por su parte, son fieles a su tradición contestataria. Quieren tomar el control del movimiento y darle una posición mas radical.

Incluso, dentro de esta institución existe un grupo que aboga por revivir el Comité General de Huelga que se conformó en 1999 y fue reprimido por la policía federal en el 2000.

Han propuesto, además, una separación entre universidades públicas y privadas.

Las caras

A pesar de que el movimiento insiste una y otra vez en tener una estructura horizontal, donde no existen figuras de mayor autoridad, la realidad dice lo contrario y contados nombres de integrantes sobresalen en su participación y liderazgo.

De la Ibero: Beatriz Creel, Sandra Patargo, León Castant son tres de 131 fundadores, que desde aquel viernes negro donde repudiaron a Peña Nieto, se asumieron como líderes del comité llamado Mas de 131, que le da dirección política al movimiento.

Del Tec de Monterrey: Carlos Brito y Saúl Alvidrez son los dos jóvenes que destacan por su elocuencia y liderazgo natural. El primero de ellos ha sido seleccionado para ser uno de los tres moderadores del tercer debate presidencial.

El nombre de Alvidrez, por su parte, fue de los primeros citados por la prensa en declaraciones y entrevistas explicando quiénes eran los #132.

Del ITAM: Antonio Attolini, con un talento nato de orador, da entrevistas a medios continuamente para aclarar posiciones y sucesos del movimiento y se perfila como uno de los potenciales cerebros del grupo.

Otras figuras claves en la difusión en medios son los estudiantes de la Ibero, Francesc Messeguer e Ivan Benumea, columnistas de Reporte Indigo.

Y el ex alumno de la Ibero Manuel Cosío, el enlace con el mundo artístico y vínculo con grupos musicales como Calle 13 y Natalia Lafourcade para que promuevan el movimiento, además de administrar y homologar las cuentas oficiales de Facebook y Twitter.

Lo que viene

Los comités de la Ibero y el ITAM son los encargados de organizar, definir y negociar el formato y contenido del tercer debate presidencial del próximo 19 de junio propuesto por los estudiantes y rechazado por Peña Nieto.

Son las células de UNAM, la UAM y el IPN las interesadas en definir y tomar el control de la estructura nacional del movimiento y se ocupan en problemas de representatividad y autonomía de los comités estatales.

Lo que viene es esperar los resultados del próximo primero de julio, para aterrizar su agenda.

¿Institucionalizarse y convertirse en un partido político? Los rumores vuelan y las discusiones internas parecen interminables. Lo cierto es que los esfuerzos en común se dirigen a crear mecanismos de rendición de cuentas para el próximo presidente de México.

La organización

El grupo está organizado en una Coordinadora universitaria con facultades operativas y una Asamblea General Inter-universitaria con máximo poder de decisión, que agrupa a dos representantes de cada una de las 119 universidades adheridas al movimiento.

Por otro lado, cada universidad tiene la libertad de definir su estructura organizativa y la mayoría ha creado comités de logística, seguridad, comunicación, jurídico, con responsabilidades y tareas específicas.

La opción por la que han optado es la más práctica: abrazar su pluralidad y que su debilidad sea también su mayor fortaleza. Dejan así que cada escuela y actúe con base en sus intereses e ideología, para no perder el alcance de la suma de sus elementos.

Las voces de intelectuales

Desde su inicio, intelectuales y académicos adultos no han cesado de analizar e interpretar el alcance y relevancia del movimiento, tachando a sus acciones tanto de heroicas, como ingenuas.

En su columna de opinión, el escritor e historiador Enrique Krauze escribió que #YoSoy132 distaba mucho de los alcances de las huelgas por la autonomía universitaria en 1929, y de las protestas estudiantes contra la represión del Estado en 1968.

Sin embargo, recordó, hoy en día los males del país son mucho “más vastos y complejos y requieren mucho más que protestas, marchas o pancartas.”

Rubén Aguilar Valenzuela, profesor de Ciencias Políticas de la Ibero, elogió en su columna de opinión “la irreverencia, antidogmatismo, su duda metódica”, de los estudiantes de esta universidad y aseguró que pertenecen a clases medias altas con una perspectiva “más amplia y compleja del mundo en el que viven”.

Jorge Castañeda Gutman por su parte, dijo en un programa de televisión que era “muy complicado” interpretar el alcance del movimiento pero lo calificó como un intento “ingenuo, fresco y honesto”.

Los juicios y sentencias sobre el movimiento son apresurados, tomando en cuenta su corta vida.

Pero resulta innegable que su crecimiento exponencial y logros concretos aseguran su trascendencia en el futuro político de México.

Y es que los miles de jóvenes, con perfiles diferentes pero iguales en dinamismo, se autodescubren a lo largo de un camino que no les depara nada fácil.

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