jueves, junio 07, 2012

Mata Hari, región IV

Francisco Rodriguez / Índice Político

Hay una suerte de esquizofrenia en el accionar del PRI, de su candidato presidencial y de sus estrategas en los últimos días, los cada vez más cercanos al día de las elecciones. De una parte, se muestran exultantes, triunfalistas, a través de las encuestas “a modo” que aún los colocan no sólo a la vanguardia, también muy por delante de sus competidores.

Pero, por otro lado, temerosos, disminuidos, patrocinan golpes bajos a través de filtraciones y comentarios “periodísticos”, producen spots que recurren al engaño y a la bajeza para “golpear” a Andrés Manuel López Obrador, y hasta pepenan desechos de otros partidos que, ilusos, creen que van a aportarles un montón de votos.

No parecen los priístas estar seguros ni ellos mismos de lo que les dicen las encuestas. Se convierten así en los principales cuestionadores de la veracidad de esos estudios estadísticos.

Por fin, ¿van ganando o ya entraron irrefrenablemente “en picada”, al despeñadero? ¿Cuál de sus dos facetas es la verdadera?

Todo hace pensar que las últimas tendencias no les favorecen. Que la dinámica de las preferencias electorales ya les dio la espalda. Que ya ni su candidato Enrique Peña Nieto, a quien presentaban como el seguro sucesor del ocupante de Los Pinos Felipe Calderón, se siente tan seguro de siquiera llegar a la esquina del Bosque de Chapultepec.
Por tal es que han revivido la guerra negra en contra de Andrés Manuel López Obrador, adhiriéndose a la que también iniciara Josefina Vázquez Mota, con el tradicional estilo del PAN que tantos éxitos les acarreara a los blanquiazules en el 2006.

Pero ahí también van los priístas cual actores secundarios. Perdieron la iniciativa. Sólo siguen los pasos del PAN.

Recién lo han puesto en blanco y negro dos publicaciones electrónicas, blogdeizquierda.com, que dio a conocer el lunes 4 de junio que fue Elena Achar, una de las asistentes a la cena organizada en casa de Luis Creel, quien grabó, editó y, con la ayuda de priístas filtró al diario El Universal la grabación de un supuesto pase de charola de amigos de Andrés Manuel López Obrador, y la revistaemet.com, que no sólo da a conocer que la publirrelacionista de Josefina Vázquez Mota hizo el trabajo sucio a un operador de Enrique Peña Nieto, también publica fotografías de la página de Facebook de la heredera de la transnacional mexicana Comex, donde en chat con su novio y ex profesor Carlos Casillas, se dice autora de la grabación, y junto a su pareja o relación sentimental, editores de la misma.

¿La intencionalidad? Originalmente, que “Jose”, esto es Josefina Vázquez Mota, pierda dignamente los comicios: "nítido (sic) amor tenemos que dar el paso, los tenemos y jose (resic) será segunda", escribe Casillas (CE Casijazz) a Achar.

Pero éste, Casillas, dice la Revista Emet, es asesor del yucateco Jorge Carlos Ramírez Marín, quien tiene un cargo de coordinador de quién sabe qué cosa en la campaña peñista, y que –engañando a Achar, diciéndole que era para ayudar a “Jose”-- en realidad la envió a hacer el trabajo sucio, y peligroso, para favorecer al mexiquense.

Ramírez Marín y Casillas, pues, habrían engañado y usado, así las cosas, a la Mata Hari Región IV.

Guerra sucia, pues. Campañas negras, una vez más, como en el 2006. Compra de medios y de comunicadores. Todo lo que ya vimos, padecimos y condenamos hace seis años, una vez más en el cotarro.

Cambian la estrategia los priístas. Ya no están seguros de la “inevitabilidad” de que su candidato gane las elecciones. AMLO les pisa los talones.

La tendencia del priísta es a la baja. La del tabasqueño es a la alza. Y dicen los conocedores que, en una campaña, es muy difícil revertir las tendencias.

Ni con guerra sucia. Ni con mentiras.

Índice Político: Hay quien dice que los peñistas se acercaron al señor editor de un diario de circulación nacional para persuadirlo de que su medio se convirtiera en el órgano oficial de la guerra sucia y le entregaron 12 millones de dólares como down payment, pago inicial o “enganche”, como usted quiera llamarlo. Otros dicen que no, que “el convenio” fue de 50 millones de cada vez más tristes pesos por mes. ¿Usted cuál versión cree que es la buena? + + + Son 177 días, ya, los que le restan a esta Administración. Hay que aguantar la respiración.

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