sábado, mayo 26, 2012

PRI: el reto de romper con el pasado

Francisco Garfias

Un ex colaborador de Tomás Yarrington manifestaba ayer su indignación por el comunicado del PRI en el que se pide la suspensión de derechos del ex gobernador de Tamaulipas, mientras se aclara el caso de las propiedades que adquirió en Texas, supuestamente con recursos de origen ilícito.

Está convencido de que Pedro Joaquín Coldwell, presidente del tricolor, se pasó “por el arco del triunfo” el principio de presunción de inocencia, al pedir la suspensión de los derechos del priísta tamaulipeco. “No puede ser que por los dichos de un testigo te despojen de tus derecho partidistas. ¿Y si el caso se cae? ¿Lo van a hacer priísta otra vez?”, preguntó, con sarcasmo.

El ex colaborador del ex gobernador atribuye a Manlio Fabio Beltrones comentarios en los que reprueba el comunicado del CEN del PRI contra Yarrington por considerarlo prematuro.

El tamaulipeco no ha sido detenido, ni juzgado. Mucho menos sentenciado.

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El caso de Yarrington, sin embargo, ilustra la urgencia que existe en el PRI por romper con un pasado de corrupción e impunidad. Ese pasado lo arrastra el tricolor como una rémora. Es su pecado capital. El arma principal del adversario político.

A Peña Nieto y los suyos no les queda otra que deslindarse de los casos que involucran a otrora poderosos militantes.

Lo dijo ayer el candidato presidencial del PRI en la sesión del XXX Consejo Político Nacional. “El PRI no puede actuar inspirado en la nostalgia del ayer. En el México que queremos no tendrán cabida la corrupción ni el encubrimiento y mucho menos la impunidad”, advirtió.

Y más: “”Quien no lo asuma así, simplemente no tiene cabida en este proyecto. Es la hora de romper con el pasado”.

El tricolor ya inició la tarea. Sus dirigentes enfrentan el reto de convencer a los ciudadanos que el partido no será más el defensor de oficio de los militantes involucrados en hechos obscuros. Se ve difícil.

Los casos de Yarrington y de Carlos Romero Deschamps ilustran la tentativa de viraje.

Coldwell ya reconoció que el nivel de vida que reflejan las fotos de Paulina Romero –jets, yates, viajes, ropa, joyas, cachorros consentidos—no corresponden al nivel de vida que debería tener la hija de un líder de trabajadores.

Ya es un avance.

Peña Nieto, sin embargo, no logra sacudirse la sombra de Arturo Montiel. En la entrevista que sostuvo la noche del miércoles con los periodistas de Tercer Grado, en Televisa, el candidato del PRI volvió a evadir el tema con el argumento de que el ex gobernador mexiquense ya fue exonerado por la Procuraduría del Estado de México y la PGR. Mientras no haya un deslinde contundente, esa sombra lo va a perseguir.

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Fernando González, yerno de Elba Ester Gordillo, acuso recibo del pronostico que hicimos en este espacio el día de ayer. Anticipamos que no va a llegar al Senado –es el número dos en la fórmula de Nueva Alianza—a pesar de que el Panal ha tapizado Sinaloa –entidad en la que compite—de publicidad. “Que poca confianza le tienes a tu amigo”, reprochó.

No es desconfianza. Es ubicarse en la realidad. Para que alcance un escaño, Nueva Alianza tiene que ganar los comicios en el estado.

El Yerno está convencido de que la coyuntura le favorece. “Los priístas están muy asustados. Estamos a cinco puntos”, aseguro el abanderado de Nueva Alianza. Prometió enviarnos la encuesta que los pone a esa distancia. Nunca llegó.

González alega que los sinaloenses siempre han repartido su voto. “Tienen muy alta escolaridad. 10.7 años. No se dejan llevar por un solo partido”. Pero también que los pleitos entre priístas sinaloenses le favorecen.

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El promedio de siete encuestas hacia la elección presidencial –Excélsior, Reforma, El Universal, Milenio, OEM, Uno TV, y Consulta Mitofsky – confirman que poco han afectado a Peña las movilizaciones contra su candidatura o las pinza Josefina-López Obrador.

El candidato del PRI mantiene una ventaja de casi 20 puntos frente a su más cercano perseguidor.

El ejercicio, realizado por Consulta Mitofsky, revela, eso si, que el Peje va al alza. Por primera vez desde que la empresa que dirige Roy Campos empezó a promediar las encuestas, hace ocho semanas, el tabasqueño aparece por encima de Josefina.
El priísta recoge el 45.5 por ciento de la intención de voto. El izquerdista alcanza el 26.3; la panista el 24.8 por ciento.

Los pejistas andan alborotados. Uno de los picudos en la campaña del candidato del Movimiento Progresista nos dijo que ya entraron en contacto con panistas inconformes con su dirigencia para promover ¡el voto útil! ante el “desplome” de Josefina. Nos sorprendió el comentario. La diferencia entre uno y otro –en el promedio de encuestas— es de apenas punto y medio. No hay condiciones para que los azules anti-PRI se sumen masivamente al tabasqueño.

Josefina ha bajado, pero no se ha desplomado. En este espacio hemos insistido en que sus estrategas equivocaron el camino. Quieren presentarla como lo que no es: una agresiva guerrrera. Vázquez Mota siempre se destacó como una hábil negociadora. Incluyente. Nada que ver con Josefina la destripadora que nos quieren presentar.

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Moraleja de la semana (Cortesía de Joan Baez, cantante estadunidense): Si no peleas para acabar con la corrupción, acabarás formando parte de ella.

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