Otto Schober / La Línea del Tiempo
La periodista Ana Luisa García escribió en el diario Hoy de Ciudad Victoria, Tamaulipas, que la mayor parte de los presidentes de México han tenido en su vida privada o en la familiar, tema para el desarrollo de una historia picaresca, por la presencia de hermanos incómodos, amantes, hijos o entenados.
“Miguel Alemán y su romance con María Félix, que terminó con la salida de ésta en aquel salvoconducto que le facilitó el matrimonio Perón en Argentina, historia que La Doña contaba a su manera cuando se congratulaba del recibimiento que le hizo Eva Perón en el aeropuerto de Buenos Aires.
No menos donjuanesco fue Adolfo López Mateos; Gustavo Díaz Ordaz quizá el de mayor ruido por aquella visita de la Tigresa a Los Pinos, que terminó con un corte de cartucho de la guardia tras la bofetada que Irma Serrano le estampó al presidente, luego de que lo hizo salir en bata al llevarle serenata con dedicatoria a la esposa de Díaz Ordaz.
El sobrino de Luis Echeverría, Rodolfo Echeverría Ruiz fue dos veces diputado federal siendo él presidente, durante luego obtendría por tercera ocasión la curul federal durante el salinismo, no desaprovecharon las oportunidades que da tener a uno de los suyos en Los Pinos.
José López Portillo fue quizá el que dio más material en este tema, su debilidad por Rosa Luz Alegría, a la que hizo secretaria de Turismo; su acendrado amor a la familia que lo llevó a declarar a su hijo Ramón, como el orgullo de su nepotismo, a construir en los terrenos de la residencia oficial una casa más para doña Refugio su señora madre; conservar a su hermana Margarita en la nómina, si bien ella ya tenía antecedentes en el servicio público.
Para colmo, solapó en doña Carmen Romano su “gusto por el arte”, y eso incluyó el afecto de un amigo de la primera dama para el que se creó el Conaculta, una dependencia que quedó tan desprestigiada que cuando arribó al poder Miguel de la Madrid, la desapareció.
Carlos Salinas, tuvo en Raúl al hermano incómodo y aunque el padre no figuró en ningún puesto, sí fluyeron recursos para darle el confort digno del progenitor de un jefe de Estado y muchos Salinas del entorno de Agualeguas se convirtieron de la noche a la mañana en hombres de fortuna bajo la sombra protectora de Raúl padre.
Ernesto Zedillo fue un hombre tan gris, que ni siquiera en este tema dio de qué hablar. Vicente Fox es el presidente que más involucró a su familia en la vida pública, lo hizo desde la noche de la elección y el propio día de su toma de protesta en que su hija Cristina le entrega un crucifijo; luego vendría el acoso de Marta Sahagún hasta conseguir el matrimonio, pero por lo pronto queda asentado en la historia, que es el primer presidente que públicamente se lleva a vivir a su amante a Los Pinos.
Luego vendrían los hermanos Bibriesca Sahagún a escribir el capítulo de nepotismo e influencia con un saldo de enriquecimiento inexplicable. En el caso de Felipe Calderón Hinojosa, la historia se está escribiendo...”
La periodista Ana Luisa García escribió en el diario Hoy de Ciudad Victoria, Tamaulipas, que la mayor parte de los presidentes de México han tenido en su vida privada o en la familiar, tema para el desarrollo de una historia picaresca, por la presencia de hermanos incómodos, amantes, hijos o entenados.
“Miguel Alemán y su romance con María Félix, que terminó con la salida de ésta en aquel salvoconducto que le facilitó el matrimonio Perón en Argentina, historia que La Doña contaba a su manera cuando se congratulaba del recibimiento que le hizo Eva Perón en el aeropuerto de Buenos Aires.
No menos donjuanesco fue Adolfo López Mateos; Gustavo Díaz Ordaz quizá el de mayor ruido por aquella visita de la Tigresa a Los Pinos, que terminó con un corte de cartucho de la guardia tras la bofetada que Irma Serrano le estampó al presidente, luego de que lo hizo salir en bata al llevarle serenata con dedicatoria a la esposa de Díaz Ordaz.
El sobrino de Luis Echeverría, Rodolfo Echeverría Ruiz fue dos veces diputado federal siendo él presidente, durante luego obtendría por tercera ocasión la curul federal durante el salinismo, no desaprovecharon las oportunidades que da tener a uno de los suyos en Los Pinos.
José López Portillo fue quizá el que dio más material en este tema, su debilidad por Rosa Luz Alegría, a la que hizo secretaria de Turismo; su acendrado amor a la familia que lo llevó a declarar a su hijo Ramón, como el orgullo de su nepotismo, a construir en los terrenos de la residencia oficial una casa más para doña Refugio su señora madre; conservar a su hermana Margarita en la nómina, si bien ella ya tenía antecedentes en el servicio público.
Para colmo, solapó en doña Carmen Romano su “gusto por el arte”, y eso incluyó el afecto de un amigo de la primera dama para el que se creó el Conaculta, una dependencia que quedó tan desprestigiada que cuando arribó al poder Miguel de la Madrid, la desapareció.
Carlos Salinas, tuvo en Raúl al hermano incómodo y aunque el padre no figuró en ningún puesto, sí fluyeron recursos para darle el confort digno del progenitor de un jefe de Estado y muchos Salinas del entorno de Agualeguas se convirtieron de la noche a la mañana en hombres de fortuna bajo la sombra protectora de Raúl padre.
Ernesto Zedillo fue un hombre tan gris, que ni siquiera en este tema dio de qué hablar. Vicente Fox es el presidente que más involucró a su familia en la vida pública, lo hizo desde la noche de la elección y el propio día de su toma de protesta en que su hija Cristina le entrega un crucifijo; luego vendría el acoso de Marta Sahagún hasta conseguir el matrimonio, pero por lo pronto queda asentado en la historia, que es el primer presidente que públicamente se lleva a vivir a su amante a Los Pinos.
Luego vendrían los hermanos Bibriesca Sahagún a escribir el capítulo de nepotismo e influencia con un saldo de enriquecimiento inexplicable. En el caso de Felipe Calderón Hinojosa, la historia se está escribiendo...”
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