jueves, marzo 08, 2012

El bueno, el vano y la bella

Javier Arcadia Galaviz / Cuestión de Debate

Una vez que cada uno de los tres virtuales candidatos presidenciales, Andrés Manuel López Obrador, Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, por separado se entrevistaron el lunes pasado, de manera personal, con el Vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien indistintamente se mostró con mirada afable y escrutadora, no faltaron inmediatamente las críticas dolosas hacia uno de ellos, y también las comparaciones apreciadas como de mala fe.

Obvio que esto sucedió en contra de López Obrador, con un claro propósito de minimizar y descalificar su encuentro con el segundo de a bordo de la Casa Blanca, el señor Biden. Contrario a ello, se pudo constatar que la mayoría de los medios que dieron cuenta de esos eventos, trataron de exaltar y glorificar tanto la entrevista de Peña Nieto como la de Vázquez Mota con el alto funcionario Norteamericano.

Las críticas absurdas, mismas que iban desde señalar, aparentemente, que la actitud de López Obrador al momento de saludar al distinguido visitante, había sido muy tensa y de una mirada un tanto fija e inexpresiva hacia el visitante, olvidándose de posar ante las cámaras fotográficas ahí presentes, y que en cambio, a Peña Nieto y Josefina se les vio mucho más relajados, ya que, según los críticos, en el preciso momento del saludo, respectivamente, habían, actuado con naturalidad exacta ante el importante personaje, pero que al mismo tiempo tuvieron presente el emitir la amplia sonrisa para la foto trascendente.

Pero la cosa no paró ahí, sino que estos críticos furtivos y desmesurados también compararon a los equipos que acompañaban a cada uno de los candidatos presidenciales a esa inédita pasarela de acercamiento y diálogo con el alto representante de la poderosa nación del norte. En este aspecto, como si la cantidad fuera lo importante, destacaron que tanto Peña Nieto como Josefina llegan a la cita con sendos grupos numerosos, y que en cambio a AMLO tan solo fue acompañado nada más de dos personas, los embajadores Jorge Eduardo Navarrete y Héctor Vasconcelos.

Sorprendente la superficialidad de análisis, pero si a esas vamos aquí valdría la pena señalar que no es la cantidad, sino la calidad de los acompañantes.

Por lo que para ello se hace necesario ir por partes y tratar de interpretar de la manera sustancial tales acontecimientos, dando el justo valor que pueda corresponder a lo que se haya derivado de esos encuentros con el notable huésped.

En este sentido y a la luz de lo que abiertamente se vio, una primera lectura sería que para los norteamericanos objetivamente tan solo hay tres candidatos presidenciales, sin que ninguno sea favorito, con las mismas posibilidades de que cualquiera de ellos se pueda convertir en el triunfador, y con el que, en las diversas materias, establecerían los acuerdos necesarios de colaboración recíproca que atañen a las dos naciones.

Aun cuando los temas de conversación podrá decirse que fueron los mismos para los tres, es decir, migración, inseguridad, desempleo y desarrollo económico, entre otros. Sin embargo en cada uno de ellos existieron matices importantes.

Indudablemente que en ese encuentro el bueno habría de resultar ser Andrés Manuel, y quizá así lo percibió Mr. Bidem, ya que AMLO al hacerse acompañar tan solo de dos personas, las idóneas, por ser expertos en el tema de relaciones exteriores, eso reflejó su seguridad en ese momento trascendente y ante la imponente personalidad del interlocutor.

Pero además, AMLO fue acertado en ese acercamiento, ya que aunado al dialogo que sostuvo con el vicepresidente, le entregó también por escrito el esquema general de lo que habría de ser una nueva relación entre los dos países, circunstancia que revela la seriedad y la formalidad que le mereció el encuentro, lo cual es congruente con lo que sostenía Reyes Heroles respecto a la formalidad, al expresar éste, de que en política, la forma es fondo. De la foto ni se preocupó.

En cambio, Peña Nieto se fue por la banalidad de aprovechar la ocasión para lucir su guapura y posar con su mejor sonrisa para los medios, acompañado de su numeroso grupo de pilmamas, que debió de haber sido hasta incómodo para el visitante, no vaya ser que lo fueran a taclear, pero eso denota que Peña Nieto solo se siente seguro cuando va acompañado de la que más bien pareció una porra priista, de lo contrario, como lo refiere el escritor Carlos Fuentes, quizá si va el sólo por su incultura no sería capaz de sostener una conversación interesante. Sí esto es así, pues entonces le faltó incluir a Humberto Moreira, Tomás Yarinton, Eugenio Hernández, Mario Marín, Ulises Ruiz, y posiblemente a la cereza del pastel que en este caso sería el tío, Arturo Montiel, entre muchos otros, para que salieran juntos en una bonita foto.

A Josefina también se le notó que su prioridad en la reunión efectuada con el vicepresidente del país del norte, era ante todo verse bella y con amplia sonrisa ante los medios, porque, qué más podría conversar con ese personaje si él conoce a la perfección el fracaso del régimen del Presidente Calderón en lo referente a seguridad pública, de combate al narcotráfico y del brutal desempleo y pobreza que ponen al país al borde de la desestabilización; y también esta aspirante presidencial se hizo acompañar de sus selectos colaboradores, seguramente para sentirse con más confianza. De ahí en fuera ¿qué podría agregar? ¿Continuar con el desastre en que nos encontramos con nuestros 60,000 muertos caídos por causa de una guerra estúpida?

Finalmente, por el orden en que los candidatos se entrevistaron con Joe Biden, es decir, primero Andrés Manuel, segundo Peña Nieto y tercero Josefina, ¿eso acaso no sería algún presagio de que así quedarían en los resultados electorales del próximo uno de julio? Lo veremos.

Pálida tinta: Una vuelta más a la tuerca que presiona para que se abran las candidaturas ciudadanas, al margen de los partidos políticos. Esto ahora le tocará empujarlo al diputado federal Manuel Clouthier, según lo que él ha declarado. Hace seis años fue Jorge Castañeda quien a nivel nacional enarboló esa bandera y que luego lo hizo en cortes internacionales ante las que invocó y pidió en ese sentido justicia electoral.

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