jueves, febrero 16, 2012

Reclamos y cinismo

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Gregorio Ortega Molina es periodista y narrador. Ha colaborado en Revista de América, El Nacional, El Universal, unomásuno, Páginauno, donde se desempeñó como editor, Ovaciones y TV Azteca, donde fue jefe de información de noticieros. Recibió ...
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El expolio es método, control, modelo político con vigencia desde que el ser humano explota a sus iguales, tan antiguo como el origen y con pronóstico de vida eterna.

En ocasiones -los sucesivos imperios que han vivido de expoliar a los débiles- deciden lavarse la cara, pedir perdón y retribuir. Todavía está a la moda el regreso de fortunas y obras de arte de las que los nazis despojaron a los judíos, aunque las bóvedas y las cuentas numeradas de los bancos suizos son un hoyo negro que nunca ningún gobierno ha podido revisar.

Pero nadie ha pensado en retribuir el saqueo perpetrado contra las poblaciones de América, como nunca les pasará por el cerebro compensar a las naciones africanas. Resulta pues que las abuelas tuvieron razón: el que nace pa’ maceta no pasa del corredor.

Lo anterior viene a cuento porque desde 2007 los medios informan cómo arqueólogos submarinos de la empresa estadounidense Odyssey Marine Exploration descubrieron, el mes de mayo de ese año, en la zona del golfo de Cádiz, el pecio de la fragata Nuestra Señora de las Mercedes, cuyas 500 mil monedas de plata y oro (reales de a ocho y escudos, todos ellos de la época de Carlos IV y acuñados en Lima, Perú en 1803) y demás objetos fueron extraídos y llevados a Estados Unidos, donde comenzó un litigio entre España y la empresa por los derechos del hallazgo.

El 21 de septiembre de 2011, el Décimo Primer Tribunal de Apelaciones de Atlanta (Georgia) ratificó la orden de un juez de Florida, para que la empresa entregue el tesoro a España. Odissey en respuesta presentó un recurso contra la sentencia, pero en enero pasado, y en un fallo que ya no admite recurso, el Tribunal Supremo rechazó el recurso y obligó a la compañía a regresar a España las cerca de 500 mil monedas.

¿Por qué el gobierno español reclama, con todo cinismo, un tesoro que no es de su propiedad? Debe existir registro puntual acerca del origen de los metales preciosos con los que en Perú se acuñaron las monedas, y aquellos deben regresarse a sus dueños originales, que no es la Corona Española, mucho menos el actual gobierno, sino las naciones que sistemáticamente fueron expoliadas durante 300 años por los muy católicos reyes de España.

El gobierno Peruano no se atrevió a externar un reclamo, mientras la empresa buscadora de tesoros y el Reino de España, como en los juegos de niños, gritaron al unísono: “¡Uca! ¡Uca!, el que se lo encuentra se lo emboruca”, con el cinismo que les es característico.

Baltasar Garzón, harás mucha falta como ejemplo para evitar la impudicia de los gobiernos.

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