jueves, febrero 09, 2012

Campaña sangrienta

Francisco Rodríguez / Índice Político

A finales de enero, el semanario New York Magazine publicó un amplio reporte firmado por Joe Hagan –que incluso le mereció la portada– sobre la campaña presidencial que allá se desarrolla y que califica como “la más sangrienta”.

Casi al principio puede leerse parte de la conversación que el reportero sostuvo con uno de los consultores de la campaña del republicano Mitt Romney, “educado en el arte de la destrucción política”, quien entre sorbos de una bebida alcohólica, habla de los imperativos y estrategia de la campaña de este 2012:

“’¿Cómo vamos a darle un puñetazo en la cara todos los pinches días con el mejor mensaje de mierda para conducir a los votantes a nuestro favor?”, pregunta. La cara en cuestión es el del presidente Barack Obama. ‘¿Cómo lo hacemos a nivel nacional? ¿Cómo lo hacemos en los estados? ¿Cómo lo hacemos una y otra y otra vez? Nosotros no vamos a ganar la pelea con un golpe de nocaut, vamos a ganar con golpes al riñón que hacen que el oponente esté tan débil que ya no pueda levantar las manos para cubrir su rostro’.”

¿Le suena a usted conocida esa estrategia de campaña? Claro que sí. Es la misma que tan exitosamente condujo a Felipe Calderón a su ocupación de Los Pinos, en el 2006. Es también muy probablemente la misma que los panistas ya han echado a andar, con el objetivo de mantener a su partido en el poder hasta el 2018, con los mismos o peores saldos alcanzados al término de las gestiones de Vicente Fox y el propio Felipe Calderón: más miseria, más violencia, más descrédito en el plano mundial.

Y es que aquel consultor con quien conversó Hagan en el bar Morton’s de Washington para que le explicara su estrategia en contra de Obama no piensa distinto a como lo hace el también experto en destrucción política Antonio Solá Reche, de origen hispano y “mexicanizado” al vapor en 2009, cuya máxima presunción es la guerra de lodo empleada contra Andrés Manuel López Obrador, misma que exacerbó el encono entre la población y estuvo a punto de llevar a los mexicanos a la confrontación después de las elecciones del 2006 y cuyas heridas aún no se terminan de restañar.

Solá Reche es el estratega estrella de Josefina Vázquez Mota quien, con toda seguridad, va a emplear sus nada recomendables oficios para hacerla remontar en las encuestas y, claro, intentar hacerla ganar en los comicios de julio venidero. ¿Cómo? Con golpes bajos. Al riñón de quien la propia Vázquez Mota identificó cual su oponente real: Enrique Peña Nieto.

La campaña sangrienta en México está a punto de empezar.

Y en los prolegómenos de la batalla, quien va en la vanguardia ha comenzado a ver diezmada su popularidad y con ello, claro, sus posibilidades de triunfo. Peña Nieto ha sido exitoso en darse uno tras otro tiro en el pie.

Tan ha sido así que Ipsos-Bimsa –una casa encuestadora que no está ligada a Televisa– apenas ha dado a conocer que el mexiquense cayó 18 puntos en las preferencias ciudadanas durante los últimos tres meses.

De acuerdo a un reporte aparecido en la página electrónica Informaver, el director general de Ipsos y “según datos de esta encuestadora, Enrique Peña Nieto tiene 36% de la intención voto, su pico más alto fue a final de octubre de 2011 cuando tenía 54%, lo que significa una caída de 18 puntos. En contraparte, Josefina Vázquez Mota subió, en el mismo periodo (tres meses), 9 puntos, logrando 24% de la intención de voto. López Obrador sólo creció en un punto en el mismo lapso”.

Y las hostilidades, apenas, están a punto de iniciar.

¿Qué trae preparado Solá en contra de Peña Nieto?

El priísta y sus asesores han intentado, con poco tino, aplicar las vacunas pertinentes a su fama de mujeriego y hasta de padre desobligado que, junto con los manejos financiero-publicitarios durante su discutible gestión como gobernador del Estado de México parecieran ser lo que peor aqueja a la figura del actual portaestandarte del Grupo Atlacomulco.

Estamos apenas en la víspera de la campaña más sangrienta que, también en México se vaya a desarrollar.

Se trata de darle puñetazos en la cara a Peña Nieto. Todos los días. En lo nacional. Y estado por estado. Igual que la que ya se lleva a cabo en Estados Unidos.

Cada vez más la lucha por el poder se torna más y más encarnizada.

Lo peor es que cuando alcanzan ese poder no sirve para solucionar los problemas del respetable. ¿O sí?

Poder, ¿para qué?

Índice Flamígero: En un seminario sobre estrategias electorales celebrado a principios de noviembre en Punta Cana, República Dominicana, Antonio Solá presumió: “El spot contra AMLO donde se ven caer unos tabiques costó 3 mil 500 pesos”.

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