jueves, febrero 23, 2012

85 mil muertos de hambre

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Gregorio Ortega Molina es periodista y narrador. Ha colaborado en Revista de América, El Nacional, El Universal, unomásuno, Páginauno, donde se desempeñó como editor, Ovaciones y TV Azteca, donde fue jefe de información de noticieros. Recibió ...
inShare

Felipe Calderón es omiso en su mandato constitucional. A quienes se quejan del alto costo de la energía eléctrica, les aconseja consumir menos, aunque ello implique que se produzcan carencias de otro tipo; a quienes se muestran descontentos por su guerra contra no se sabe quién, responde que no podía invitarlos a tomar café; a los que no son del PAN, les da la espalda.

Lo que ocurre en México lleva directamente a las páginas de Ensayo sobre la ceguera, donde José Saramago describe magistralmente un modelo político como el que hoy gobierna a este país, en el que los titulares de los tres poderes, a nivel federal y estatal, escurren el bulto a su verdadera responsabilidad y han facilitado que las agencias de seguridad estadounidenses subordinen a las mexicanas, y el Departamento de Estado se entrometa en asuntos internos de México, e incluso imponga decisiones que postergan las posibilidades de desarrollo, de salir de esta recesión que ya nadie puede detener.

Los hechos cotidianos descalifican el discurso presidencial. La idea que Felipe Calderón tiene de su gobierno difiere totalmente de los resultados, pues la sociedad nada ha ganado en diez años de panismo, y mucho ha perdido en 60 meses de cruenta guerra que únicamente es espantajo para ocultar las auténticas, las verdaderas intenciones acerca de la modificación del modelo político, de la transición hacia el espejismo de una democracia que en realidad aspira a convertirse en dictadura.

Cuando el hambre de la sociedad se manifiesta es cuando se hace necesario abrir los ojos, porque a los tarahumaras no se les pueden dar pasteles para saciarla, como tampoco puede negarse que el robo de 40 toneladas de frijol es un síntoma, una alarma que se enciende, porque lo que se necesita es dar de comer a esos millones de mexicanos en condiciones de pobreza alimentaria y de pobreza extrema. Allí están las cifras, en 10 años murieron de hambre 85 mil mexicanos.

Este gobierno sumergió al país en la decadencia moral, ética, porque nada se compara al resultado patético de que los gobernados fallezcan porque su presidente no pudo garantizar el abasto de lo esencial en las mesas de cada familia.

Escribió Saramago: “Le dices a un ciego, Estás libre, le abres la puerta que lo separa del mundo, Vete, estás libre, volvemos a decirle, y no se va, se queda allí parado en medio de la calle, él y los otros, están asustados, no saben a dónde ir, y es que no hay comparación entre vivir en un laberinto racional, como es, por definición, un manicomio, y aventurarse, sin mano de guía ni traílla de perro… pues sólo será capaz de mostrar la imagen de los lugares y no los caminos para llegar”.

Así fue, prometieron la transición, enseñaron la foto, pero nunca cómo llegar al sitio donde esa imagen se convierte en realidad.

No hay comentarios: