lunes, enero 30, 2012

Salinas y Camacho

De vuelta al poder
Elogios a Colosio
Estela michoacana

Julio Hernández López / Astillero


Andrés Manuel López Obrador hizo ayer un abierto elogio de Luis Donaldo Colosio Murrieta. En Magdalena de Kino, la tierra natal del candidato presidencial asesinado en Lomas Taurinas, el tabasqueño, que también fue dirigente priísta, consideró que el sonorense habría sido un buen presidente, con una visión distinta al PRI sobre el crecimiento económico. Las amorosas palabras de AMLO estimaron que LDC era una persona que iba a aportar mucho al desarrollo de México, por ello todo mi reconocimiento.

No es el ahora conciliador candidato presidencial progresista el primero en aprovechar los foros de la actual campaña para asirse del recuerdo del político caído un 23 de marzo en Tijuana. Enrique Peña Nieto lo hizo en Huejutla, Hidalgo, al arrancar sus actividades de proselitismo abierto, al igual que en 1994 lo había hecho allí Colosio, en un contexto de grave volatilidad política impulsada directamente por el dedo supremo metido en dudas, Carlos Salinas de Gortari, y acompañadas por Manuel Camacho Solís, quien jugaba abiertamente las contras al sonorense y desarrollaba lo que solía etiquetarse como la campaña contra la campaña.

Salinas de Gortari cree llegado el momento de la vuelta al poder tras el trono mediante la figura decorativa del intelectual y políticamente desvalido Enrique Peña Nieto. Le ha rodeado de cuadros experimentados y abiertamente realiza giras por el país en las que se reúne y llega a acuerdos con gobernadores que apoyan al mexiquense mediante arreglos de élite en los que el Padrino funge como aval y operador. De ganar los proximos comicios, nada de lo que hubiera sido una expectativa de cambio alcanzable con Colosio habrá de ser restituido por la dupla Salinas-Peña, salvo el uso ceremonial y la recurrencia retórica, siempre con el telón de fondo de la turbiedad del proceso político-judicial que impidió al pueblo mexicano estar convencido de que el exterminio de Colosio fue algo ajeno a maquinaciones del más alto poder.

La otra figura central del drama de 1994, Camacho Solís (quien había considerado que la bala que había matado a Colosio lo había aniquilado políticamente también a él) cabalga en plan triunfante entre los saldos de una izquierda electoral mediante alianzas con el PAN en ciertas elecciones estatales, y la cesión de la candidatura presidencial a AMLO a cambio de ganancias extraordinarias para Marcelo Ebrard (entre ellas, la entrega del Distrito Federal). Camacho ha logrado imponer su visión pragmática en el contexto que rodea y condiciona a López Obrador, impulsando sus sabidas maniobras fundadas en la concertación y el centrismo, y despojando a la izquierda electoral de lastres como la definición ideológica y el compromiso social de cambio.

En el fondo, pues, los hermanos gemelos en términos políticos (siameses durante un sexenio), Salinas y Camacho, siguen rigiendo la política mexicana, aunque sea desde trincheras teóricamente opuestas e incluso con discrepancias y resentimientos personales que a la hora del pragmatismo crudo pueden profesionalmerte colocarse a un lado. Frente a esa realidad, el recuerdo y el elogio de Colosio quedan en simple circunstancia de campaña.

Pasando a otro tema: el 19 de octubre de 2010, Cuauhtémoc Cárdenas Batel informó, en su condición de presidente del comité técnico del fideicomiso para la construcción del Teatro Mariano Matamoros, en Morelia, que la obra llevaba en ese momento un avance de 80 por ciento y que en la primavera de 2011 estaría terminada (en http://bit.ly/yRX34W puede leerse la nota firmada por Sayra Casillas). Como la Estela de Luz en el Distrito Federal, los trabajos relacionados con el mencionado teatro en la capital michoacana estaban considerados originalmente para conmemorar el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución, y su costo se ha ido incrementando sin que haya suficientes explicaciones y justificaciones públicas. En principio se había informado que el costo global de la obra (que tendrá un aforo de 900 personas) sería de 150 millones de pesos, de los cuales 90 por ciento sería aportado por la administración estatal, encabezada por Leonel Godoy, y el 10 por ciento restante por los gobiernos federal y municipal capitalino.

Sin embargo, el pasado 17 (15 meses después del anuncio arriba consignado) el mismo Cárdenas Batel informó que el avance de la obra es... del mismo 80 por ciento, y que el costo estimado llegará a 290 millones de pesos. En La Jornada Michoacán, Érick Alba mencionó que el pasado 25 de noviembre, al preguntarle a CCB sobre el retraso en la obra, explicó que el compromiso era hacerlo, y hacerlo bien, nada más (aunque en 2009 él mismo había dicho que los trabajos estarían terminados en noviembre de 2010, como en http://bit.ly/zoTTLO puede leerse), lo que entonces molestó al chofer del entrevistado, quien “pisó el acelerador para enviar la unidad contra una reportera, por lo que Cárdenas Batel gritó ‘¡pérate, pérate, pérate!” En otra declaración, dijo que la obra cuando esté lista, estará lista y, respecto a la falta de licitación para designar a quien encabezaría el proyecto, contestó que es así porque lo permite la ley y porque ésas son las instrucciones que hemos tenido.

El Cine Colonial, ahora en vías de convertirse en Teatro Mariano Matamoros, y la casa del pintor Alfredo Zalce, fueron compradas al final del gobierno de Lázaro Cárdenas Batel y luego entregado el control del fideicomiso del teatro a Cuauhtémoc Cárdenas Batel (quien también es vicepresidente del Festival Internacional de Cine de Morelia) y la presidencia del patronato de la casa a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. En este caso, el artista plástico Marco Antonio López Prado ha pedido que se retire el comodato al patronato de la casa del pintor Zalce, pues la casa Zalce está abandonada (...) y aun cuando el grabador michoacano Octavio Bajonero Gil propuso un centro para la investigación de las artes y residencias artísticas, no fue posible realizarlo porque el patronato pedía varios millones para echar a andar el proyecto, (y se deteriora) cada día el inmueble. ¡Hasta mañana!

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