martes, enero 10, 2012

Los radicales según Peña Nieto

Jorge Diaz

A partir una de las declaraciones más recientes de Enrique Peña Nieto donde afirma que no hay reformas debido a la alianza del PAN con los “radicales”, adjetivo que sugiere que las fuerzas de izquierda son algo así como irracionales y que se dejan llevar más por el odio que por otra cosa, me surge la duda de si en realidad López Obrador está acertando con el discurso pacifista que nos viene recetando desde que le tendió la mano a televisa.

Luego, en una entrevista a Diego Fernández de Cevallos, se le provoca para que dispare un: “AMLO es una víbora con el mismo veneno”, a lo que el tabasqueño lejos de reaccionar como en sus épocas de gloria manifestó: “respeto a Diego, no es mi enemigo”, y sigo pensando que probablemente no es la estrategia que esperan muchos mexicanos.

Es indudable que la mayoría quiere que en México dejen de correr los ríos de sangre, pero también es cierto que un predicador no logrará detener esto con mensajes cristianos, inclusive, la promesa de empleos y educación para detener la violencia no es suficiente ni promete una solución de corto plazo, hay muchas aristas en el tema a las que se les tiene que abordar desde una postura de estadista, más que con sermones.

Nadie desea la violencia verbal ni física; sin embargo, es deseable escuchar en el discurso de los políticos que aseguran ser el cambio, un eco del hartazgo popular a la situación actual en materia de impunidad en la que se revuelca la clase política, así también se ganan simpatías y AMLO lo sabe bien.

No será poniendo la mejilla como se le cautivará al posible elector desencantado. En las respuestas de AMLO se proyecta inacción en lugar de observar una reacción bien pensada, decidida y convincente (de rebeldía al sistema actual), creo que para muchos es deseable ver que se alza la voz y se pone el acento de la inconformidad de la mayoría, para que con ello, entonces sí se aspire a prender al elector que; por ejemplo, está pensado seriamente en anular su voto o abstenerse, porque en ninguna oferta ve reflejadas sus demandas.

Creo que la lectura que hizo López Obrador sobre el rechazo de muchos hacia la violencia que impera, fue la de que queríamos líderes mansos y no creo que esa sea la lectura correcta, ni siquiera para ganar un poco más de votos. Tampoco se le pide ligereza en el discurso e irresponsabilidad en las promesas, pero se aspira a una revolución de ideas con el coraje necesario para generar una esperanza real y no a conformarnos con seguir con los políticos y la política de antaño, solo que con la cara lavada.

Lo anterior es algo que no se le puede pedir al PAN y al PRI, es por eso que la única vía sería la izquierda mexicana, si AMLO hiciera un sondeo para ver qué tanto le ha funcionado su estrategia actual y comprobara que no mucho, quizá podríamos empezar a verlo entrar a un terreno que él conoce mejor, entonces el reto sería el de hacer honor al mote de “radicales” que Peña Nieto propinó; es decir, radicalizar la política para que ésta, lleve beneficio a todos y no sólo a unos cuantos. ¿Corregirá el rumbo a tiempo?

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