miércoles, enero 25, 2012

Anatema

Gregorio Ortega Molina / La Costumbre Del Poder

Cae entre mis lecturas un texto de Antonio Muñoz Molina, con una observación que fulgura y da luz a lo que ocurre en México: “Otro rasgo de estos años ha sido no tanto el callar lo que se veía como el no mirar lo que estaba delante de los ojos”; en eso se han hermanado teológicamente el PAN y el PRD para convertir en anatema al PRI.

Hoy, ¿quién recuerda la insultante imagen de René Bejarano guardándose los dólares donde le cupieran?, ¿o la de Rosario Robles esforzándose por el “cochinito” para el ingeniero y su campaña?, ¿o la de Gustavo Ponce Meléndez, dejando sobre el tapete verde del Belacchio, en Las Vegas, parte de los recursos financieros del gobierno del Distrito Federal? Andrés Manuel López Obrador no ha tomado la suficiente distancia de esa corrupción que denuncia, pero de la que se sirvió y se sirve.

El caso de Acción Nacional es más complejo, porque ha colocado en la silla del águila las posaderas de dos presidentes de la República, porque insiste en darse baños de pureza y ha orquestado, junto con el PRD, una propaganda política para dividir a los mexicanos, sustentada en el mesianismo de Felipe Calderón, quien considera que llegó a Los Pinos en las condiciones en que Cristo predica, de acuerdo a Mateo 21-23. Esta actitud de los neopanistas, del Yunque recargado, es la que facilitó que los hermanos Bribiesca se salieran con la suya, y Martha Sahagún hoy sufra las consecuencias de que el gobierno instruya a la PGR para arreglar el tiradero propiciado por ella, en el afán de conservar el poder presidencial, que está vacío pero todavía es útil para enriquecer y favorecer a los partidarios.

Hacen al PRI anatema para que no se noten las fechorías de Josefina Vázquez Mota, cuyas artes administrativas quedaron exhibidas por José Reveles, quien en Las manos sucias del PAN explica cómo durante 2005 se desviaron y malversaron 1800 millones de pesos de programas sociales de Sedesol. De dicho desvío destacan 55 millones de pesos que, si atendemos al prólogo de Lorenzo Meyer para el libro, todo se aclara: “Esos recursos, según se sostiene en este trabajo, se desviaron mediante la intervención de una organización fantasma para servir a fines proselitistas del Partido Acción Nacional. Y la investigación no sólo expone los mecanismos del desvío sino los nombres y apellidos de los posibles responsables de ese mal uso de fondos públicos: miembros del grupo parlamentario de Acción Nacional”.

Ahora se entienden las razones por las cuales Felipe Calderón insiste en imponer un candidato distinto, lo que no se comprende es que Josefina Vázquez Mota se empeñe en aparentar lo que no es, carezca de la estatura moral para dar un paso atrás, pues no teme ver a los ojos de los pobres, de los indígenas, porque los desprecia.

Anatematizan al PRI quienes han engañado a los electores al perfeccionar la impunidad y la corrupción que prometieron desterrar. Es el panorama.

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