Marco A. Flota / Grillotina
No lo sueltan. Ahora traen frito a don Enrique Peña Nieto porque en una entrevista con el periódico español El País afirmó que en México el salario mínimo es de 900 pesos mensuales, cuando anda alrededor de los 1,740 (Como saben los que han pagado alguna multa, que no es el caso de Peña Nieto)
Sí, se equivocó por una diferencia de 840 pesos (Resultado de restar a 900 a 1,740, si Pitágoras no es secretario de Hacienda o sea que no miente) ¿Pero qué son 840 pesos? Alcanzan para comprar 2 o 3 botes de gel fijador del cabello, pero no un comercial de televisión
Según la nota que reseña su entrevista con El País, también se equivocó cuando le preguntaron los precios de algunos artículos básicos. ¿Pero le puede importar al interfecto cuánto cuestan los frijoles que les echó a sus asesores después del lapsus -mejor dicho colapsus- de la Feria del Libro?
(Error que, por cierto, ya enmendó: No supo que el autor de la novela “La Silla del Águila” es un escritor llamado Carlos, pero preguntó cuántas Fuentes se cayeron en Toluca a consecuencia del temblor del sábado pasado)
¿Por qué se va a preocupar Peña Nieto por el precio de un litro de aceite si, como arriba se dijo, lo traen frito? ¿O el costo de un kilo de azúcar si está a dieta de dulces porque la tele engorda? Además, como él mismo dijo, no es ama de casa para saber cuánto cuesta un kilo de tortilla. (Dato que también ignoran las amas de casa pues solo compran un cuarto, cuando pueden)
Pero los criticones quieren que el adalid tricolor tenga la respuesta inmediata y perfecta para todas las preguntas. Y eso no es posible. Recordemos, como ejemplo, un chistorete de Los Polivoces. Preguntaba uno al otro:
-¿Cuánto son 100,932 por 18?
-¡Veinticuatro, maestro!
-¡Error!
-¿Y qué quería usted: rapidez o precisión?
Un día le van a preguntar a Peña Nieto cuál es la capital de Dakota del Sur, enigma que no ha podido resolver ni el maestro Catón, alias “don Armando Fuentes Aguirre”, que es un pozo de sabiduría. Quizá porque está muy ocupando consumiendo “las miríficas aguas de Saltillo” que, según él, son más milagrosas que el Viagra.
¡Basta! Ya dejen de hacerle preguntas comprometedoras a Peña Nieto. Mejor interróguenlo sobre temas que él debe conocer.
Por ejemplo: si le inquieren sobre el nombre de la actriz que protagonizó “El Ultimo Cuplé” rápidamente contestará “¡Sarita Montiel!” (Aunque, por cierto, no sea parienta del reaparecido tío Arturo)
Si le piden el nombre del actor de la oscareada cinta “Forrest Gump”, como de rayo responderá: “¡Tom Hanks!” (Aunque, por ciento, no es pariente del legendario Profe Hank, prócer del grupo Atlacomulco)
O pregúntele cómo se obtiene la superficie de una circunferencia e ipso facto les dirá: “Multiplicando 2.416 por tele al cuadrado” (En realidad la fórmula 2.1416 por radio al cuadrado, pero él prefiere la tele. Y muy su gusto)
¡RRIINGG!
-Bueno, Los Pinos...
-¿Es cierto que renunciaron al Gabinete Javier Lozano y Salvador Vega?
-Eh...¿quién es Salvador Vega?
EPIGRILLO
Estos grillos se distinguen:
Heladio pegó un respingo allá desde Chilpancingo:
“¡Por favor no chilpan...cinguen!”
No lo sueltan. Ahora traen frito a don Enrique Peña Nieto porque en una entrevista con el periódico español El País afirmó que en México el salario mínimo es de 900 pesos mensuales, cuando anda alrededor de los 1,740 (Como saben los que han pagado alguna multa, que no es el caso de Peña Nieto)
Sí, se equivocó por una diferencia de 840 pesos (Resultado de restar a 900 a 1,740, si Pitágoras no es secretario de Hacienda o sea que no miente) ¿Pero qué son 840 pesos? Alcanzan para comprar 2 o 3 botes de gel fijador del cabello, pero no un comercial de televisión
Según la nota que reseña su entrevista con El País, también se equivocó cuando le preguntaron los precios de algunos artículos básicos. ¿Pero le puede importar al interfecto cuánto cuestan los frijoles que les echó a sus asesores después del lapsus -mejor dicho colapsus- de la Feria del Libro?
(Error que, por cierto, ya enmendó: No supo que el autor de la novela “La Silla del Águila” es un escritor llamado Carlos, pero preguntó cuántas Fuentes se cayeron en Toluca a consecuencia del temblor del sábado pasado)
¿Por qué se va a preocupar Peña Nieto por el precio de un litro de aceite si, como arriba se dijo, lo traen frito? ¿O el costo de un kilo de azúcar si está a dieta de dulces porque la tele engorda? Además, como él mismo dijo, no es ama de casa para saber cuánto cuesta un kilo de tortilla. (Dato que también ignoran las amas de casa pues solo compran un cuarto, cuando pueden)
Pero los criticones quieren que el adalid tricolor tenga la respuesta inmediata y perfecta para todas las preguntas. Y eso no es posible. Recordemos, como ejemplo, un chistorete de Los Polivoces. Preguntaba uno al otro:
-¿Cuánto son 100,932 por 18?
-¡Veinticuatro, maestro!
-¡Error!
-¿Y qué quería usted: rapidez o precisión?
Un día le van a preguntar a Peña Nieto cuál es la capital de Dakota del Sur, enigma que no ha podido resolver ni el maestro Catón, alias “don Armando Fuentes Aguirre”, que es un pozo de sabiduría. Quizá porque está muy ocupando consumiendo “las miríficas aguas de Saltillo” que, según él, son más milagrosas que el Viagra.
¡Basta! Ya dejen de hacerle preguntas comprometedoras a Peña Nieto. Mejor interróguenlo sobre temas que él debe conocer.
Por ejemplo: si le inquieren sobre el nombre de la actriz que protagonizó “El Ultimo Cuplé” rápidamente contestará “¡Sarita Montiel!” (Aunque, por cierto, no sea parienta del reaparecido tío Arturo)
Si le piden el nombre del actor de la oscareada cinta “Forrest Gump”, como de rayo responderá: “¡Tom Hanks!” (Aunque, por ciento, no es pariente del legendario Profe Hank, prócer del grupo Atlacomulco)
O pregúntele cómo se obtiene la superficie de una circunferencia e ipso facto les dirá: “Multiplicando 2.416 por tele al cuadrado” (En realidad la fórmula 2.1416 por radio al cuadrado, pero él prefiere la tele. Y muy su gusto)
¡RRIINGG!
-Bueno, Los Pinos...
-¿Es cierto que renunciaron al Gabinete Javier Lozano y Salvador Vega?
-Eh...¿quién es Salvador Vega?
EPIGRILLO
Estos grillos se distinguen:
Heladio pegó un respingo allá desde Chilpancingo:
“¡Por favor no chilpan...cinguen!”
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