domingo, diciembre 18, 2011

Líder republicano opuesto a rebajar impuestos en EE.UU.

Prensa Latina

John Boehner manifestó hoy su oposición al plan del Senado de extender el recorte de impuestos de nómina durante dos meses.

El Congreso debe continuar con las negociaciones y llegar a un acuerdo antes de suspender sus actividades por el fin de año y luego ampliarla anualmente, según defendió el legislador este domingo ante el programa "Meet the Press", de la cadena televisiva NBC.

El Senado aprobó la víspera ampliar solo por dos meses, a partir del 1 de enero, la exención de gravámenes a la clase trabajadora, así como las prestaciones por desempleo, pues diferencias bipartidas impidieron un acuerdo global para extenderlo hasta octubre próximo, al finalizar el año fiscal.

Al parecer, el líder republicano cambió de opinión en apenas 24 horas, pues el sábado era el único de los legisladores de su partido que apoyaba la postura del Senado, indicó la televisora CNN.

Sin embargo, los comentarios de Boehner demostraron los desencuentros entre ambas fuerzas políticas, así como el rechazo de los conservadores a la extensión de la reducción de gravámenes, medida a la que se oponen en el fondo, comentó la fuente.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, elogió ayer la prórroga decidida en la Cámara alta, aunque exigió al Congreso trabajar por ampliar el recorte durante todo el año, una vez que reinicie sus labores en enero de 2012.

La iniciativa supone un ahorro de unos mil dólares para las familias de clase media estadounidenses, una de las prioridades de la administración que busca incrementar el poder adquisitivo de la clase media norteamericana, a fin de mejorar los indicadores de la alicaída economía estadounidense.

Mientras los del denominado partido azul defienden además un incremento de las tasaciones a los más ricos, los republicanos rechazan esa idea y abogan por extender los impuestos a los trabajadores pues, aducen, hacer lo contrario incrementaría el gasto federal.

Las enconadas divergencias entre ambos partidos en el Capitolio amenazaron con un cierre de las dependencias gubernamentales ante la falta de consenso para determinar el gasto gubernamental en 2012.

Los del llamado partido rojo, no obstante, lograron rubricar una disposición que impone a la Casa Blanca un máximo de 60 días para que fije una postura sobre la construcción del controversial oleoducto Keystone XL, de dos mil 700 kilómetros entre Alberta, Canadá, y la costa del Golfo de México, en Texas.

Un vocero del gobierno indicó que aunque la medida exige un pronunciamiento, "ello no obliga a la construcción del ducto".

El mandatario expresó en varias ocasiones que vetará cualquier moción que lo obligue a decidir al respecto antes de las elecciones presidenciales de noviembre próximo, si bien ayer, al saludar la votación en el Senado, eludió el tema.

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