miércoles, noviembre 09, 2011

Tres tristes tigres

José Cárdenas

La elección del próximo domingo en Michoacán es clave para el momento de México.

Será la “preliminar” de la pelea por el campeonato nacional, en 2012.

Más allá del resultado, la elección michoacana será también un referéndum de la democracia. O debería.

Pero…

En Michoacán, la esperanza es humo. No por la inseguridad y la violencia exacerbadas. También porque los michoacanos se resisten a votar. Y no es por miedo.

El padrón electoral suma tres millones 400 mil ciudadanos. En las últimas tres elecciones, la participación apenas ha rebasado 40 por ciento. Domina el abstencionismo.

A la indiferencia michoacana por las votaciones ayuda mucho la discordia y la falta de respeto que se han tenido los candidatos a la gubernatura. La furia desatada por los partidos en contienda para desgarrarse por el poder.

Hasta la Iglesia católica ruega para que los michoacanos salgan a votar. El arzobispo de Morelia, Alberto Suárez Inda, publica desplegados en la prensa. Hace un llamado a los “fieles ciudadanos” a “reaccionar con entereza y no doblegarse ante la fuerza bruta que trata de inhibirlos”.

Aunque se pronostique una pobre afluencia de votantes, la elección del domingo será muy competida. De acuerdo con las encuestas, no se vislumbra un rotundo ganador.

Fausto Vallejo (PRI-Verde) quiere sacar al PRD del gobierno porque le ha traído puras calamidades a Michoacán; Luisa María Calderón, alias Cocoa (PAN-Panal), la primera hermana del país, asegura que el PRD está agotado; Silvano Aureoles (PRD-PT-Movimiento Ciudadano) cuenta con la fuerza histórica de una militancia aguerrida y muy intensa.

Lástima que ninguno de los tres aspirantes a la gubernatura haya hablado de incluir en su proyecto de gobierno las propuestas de los otros dos…

Quien de ellos logre la victoria, lo hará por un pequeño margen. Ya lo verá.

La política michoacana es tan grande como el tamaño de los tres tristes tigres que quieren gobernar.

MONJE LOCO: El procurador de EU, Eric Holder, le dio carpetazo al esfuerzo fallido para detener el tráfico de armas a México. Dijo que los resultados de la operación Fast and Furious se verán durante los próximos años. Que no se preocupen. Que se le chispoteó. Que no se volverá a repetir. Menos mal. Con esas declaraciones de allá, podrán descansar en paz los muertos de acá. Ya ve usted cómo se las gastan los gringos. ¿Más rápidos? ¡Ni furiosos! Ahora sólo falta la “dura” reacción de nuestra canciller. ¿No, verdad? Bueno, ¿entonces un boletín? o ¿será que la “condena categórica” saldrá por Twitter? Nadie sabe, nadie supo…

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