Seth Rojas Molina / Reporte Frontera / MetroNoticias
Tras las declaraciones de Luisa María Calderón y dirigentes del PAN acusando la intervención de la delincuencia organizada para forzar la votación a favor del candidato del PRI-PVEM al gobierno estatal, Fausto Vallejo, el proceso electoral en Michoacán entró en una ruta de alto riesgo.
El domingo anterior, inmediatamente después de cerrarse la elección, igual que lo hicieron el candidato del PRI y el del PRD, con base a los resultados de tres encuestadoras contratadas por ella y el PAN, la hermana del presidente Calderón se pronunció ganadora de la gubernatura.
Curiosamente solo hasta que el Programa de Resultados Preliminares Electorales arrojara la ventaja de Vallejo, vinieron las acusaciones contra el candidato priista y su partido.
Por la gravedad que implican esos señalamientos, “Cocoa” Calderón debió haberlos planteado al momento en que se declaró triunfadora, expresando que a pesar de esa injerencia había ganado la elección.
Lo hizo hasta que los resultados preliminares le fueron adversos.
Ahora, la dirigencia nacional panista también convirtió el tema en su principal estrategia para atacar los resultados de la elección de gobernador en esa entidad.
El secretario de Acción de Gobierno del CEN del PAN, Juan Molinar Horca sitas, dijo que su partido “utilizará los instrumentos legales que el sistema electoral ofrece para defender la limpieza del voto de los michoacanos.”
Independientemente de la utilización de la vía jurisdiccional electoral que la candidata y los dirigentes del PAN anunciaron, resulta obligado que, por lo delicado de sus afirmaciones, presenten las denuncias penales en contra de quienes han señalado como responsables de la manipulación de la elección y, obviamente, de los beneficiarios de esas acciones.
No hacerlo sería de una irresponsabilidad terrible.
En otro contexto, las imputaciones de “Cocoa” Calderón y de miembros del CEN panista, de manera implícita concluyen que la principal acción de gobierno de la administración del presidente Felipe Calderón no ha tenido éxito.
Con sus señalamientos, concluyen que el hermano de la candidata panista al gobierno michoacano está completamente rebasado. Que su estrategia de seguridad pública ha fracasado.
Tras las declaraciones de Luisa María Calderón y dirigentes del PAN acusando la intervención de la delincuencia organizada para forzar la votación a favor del candidato del PRI-PVEM al gobierno estatal, Fausto Vallejo, el proceso electoral en Michoacán entró en una ruta de alto riesgo.
El domingo anterior, inmediatamente después de cerrarse la elección, igual que lo hicieron el candidato del PRI y el del PRD, con base a los resultados de tres encuestadoras contratadas por ella y el PAN, la hermana del presidente Calderón se pronunció ganadora de la gubernatura.
Curiosamente solo hasta que el Programa de Resultados Preliminares Electorales arrojara la ventaja de Vallejo, vinieron las acusaciones contra el candidato priista y su partido.
Por la gravedad que implican esos señalamientos, “Cocoa” Calderón debió haberlos planteado al momento en que se declaró triunfadora, expresando que a pesar de esa injerencia había ganado la elección.
Lo hizo hasta que los resultados preliminares le fueron adversos.
Ahora, la dirigencia nacional panista también convirtió el tema en su principal estrategia para atacar los resultados de la elección de gobernador en esa entidad.
El secretario de Acción de Gobierno del CEN del PAN, Juan Molinar Horca sitas, dijo que su partido “utilizará los instrumentos legales que el sistema electoral ofrece para defender la limpieza del voto de los michoacanos.”
Independientemente de la utilización de la vía jurisdiccional electoral que la candidata y los dirigentes del PAN anunciaron, resulta obligado que, por lo delicado de sus afirmaciones, presenten las denuncias penales en contra de quienes han señalado como responsables de la manipulación de la elección y, obviamente, de los beneficiarios de esas acciones.
No hacerlo sería de una irresponsabilidad terrible.
En otro contexto, las imputaciones de “Cocoa” Calderón y de miembros del CEN panista, de manera implícita concluyen que la principal acción de gobierno de la administración del presidente Felipe Calderón no ha tenido éxito.
Con sus señalamientos, concluyen que el hermano de la candidata panista al gobierno michoacano está completamente rebasado. Que su estrategia de seguridad pública ha fracasado.
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