lunes, octubre 17, 2011

Sí, un rumor, pero un rumor del Presidente

Rubén Cortés

El PRI tiene razón: es “un dicho” la acusación del Presidente a The New York Times de que “hay muchos en el PRI que piensan que los arreglos del pasado (con el narco) podrían funcionar ahora”. Sí, es un dicho, o rumor (da igual) pero que le está clavando el Presidente de la República.

Y Felipe Calderón, aun cuando (como advierte el PRI) vive “el ocaso de su administración” es la máxima autoridad del país, alguien a quien muchos mexicanos le creen lo que expresa porque “si lo dice el Presidente, algo debe saber”.

Es sintomático que, pese a transitar “el ocaso de su administración”, Calderón tuvo en septiembre la aprobación del 50 por ciento de sus gobernados, sólo dos puntos menos que en febrero, según la encuesta que realiza Consulta Mitofsky sobre los mandatarios del continente.

De ahí que el PRI no resultó todo lo contundente que tendría que haber sido, al responder a un rumor con retórica, que eso fue a fin de cuentas el comunicado de ayer, firmado, también retóricamente, por “el CEN del PRI”.

Es un error responder con retórica a un rumor, y eso fue lo que hizo el PRI:

“Lamentamos que, en el ocaso de su administración, el Jefe del Estado Mexicano aventure señalamientos genéricos, tratando de estigmatizar a nuestro partido sin otro sustento que sus propios dichos”, afirma el texto en uno de sus párrafos.

El PRI debió de ser más convincente y asegurar sin cortapisas que la declaración del Presidente al NYT es una provocación (un rumor, pues) porque ya da por hecho que su partido, Acción Nacional, va a perder las próximas elecciones presidenciales, el 1 de julio de 2012.

Como sea, es lo que se esperaría oír hoy del líder tricolor, Humberto Moreira, quien participará en el Foro Regional de Conclusiones del Programa para México, que organiza la Fundación Colosio en Campeche, junto con los notables de su partido.

Lo más atinado del comunicado es el anuncio de que el PRI procederá en breve ante las instancias legales correspondientes para denunciar al Presidente por violar el principio de imparcialidad al que como servidor público lo obliga la Constitución.

A saber, la declaración de Calderón constituye una intromisión en el proceso electoral federal que inició el pasado 7 de octubre. Sin embargo, ninguna denuncia, y ninguna condena del TRIFE, serán más fuertes que el rumor ya sembrado.

Lo más fácil y productivo en política es posicionar un dicho, pues es algo que no hay que probar y, en cambio, crece y se difunde rápidamente como una verdad.

Más en este caso, que viene del hombre que se supone es el más y mejor informado del país: el Presidente.

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