Alejandra Barrales
Los movimientos que hemos visto a nivel internacional de los indignados, reflejan el fracaso de modelos económicos que ignoraron a un sector de la población que hoy reclama atención, soluciones, pero sobre todo cambios.
Decisiones de Estado que dejaron a la gente sujetos al juego del mercado, de la globalización, de la integración de bloques económicos, por ello el movimiento de los indignados que inició en el mes de mayo en España replica a nivel internacional.
La convocatoria del sábado movilizó a la gente en más de 80 países, en su mayoría jóvenes que reclamaron empleo, externaron su rechazo a la forma voraz en que operan los mercados financieros y exigían un alto a la corrupción.
Son movilizaciones ordenadas, con una capacidad de organización que cuestionan modelos económicos, dicen basta a los malos gobiernos; en México no han tomado la fuerza que en otros países pero es muy importante escuchar estos reclamos y abrirles la puerta antes de las derrumben.
Hay que reconocer que son voces frescas, que están hablando en plazas a nivel mundial, son movimientos sociales que no han requerido de la representación de grupos con intereses políticos. Miremos a los indignados.
Los movimientos que hemos visto a nivel internacional de los indignados, reflejan el fracaso de modelos económicos que ignoraron a un sector de la población que hoy reclama atención, soluciones, pero sobre todo cambios.
Decisiones de Estado que dejaron a la gente sujetos al juego del mercado, de la globalización, de la integración de bloques económicos, por ello el movimiento de los indignados que inició en el mes de mayo en España replica a nivel internacional.
La convocatoria del sábado movilizó a la gente en más de 80 países, en su mayoría jóvenes que reclamaron empleo, externaron su rechazo a la forma voraz en que operan los mercados financieros y exigían un alto a la corrupción.
Son movilizaciones ordenadas, con una capacidad de organización que cuestionan modelos económicos, dicen basta a los malos gobiernos; en México no han tomado la fuerza que en otros países pero es muy importante escuchar estos reclamos y abrirles la puerta antes de las derrumben.
Hay que reconocer que son voces frescas, que están hablando en plazas a nivel mundial, son movimientos sociales que no han requerido de la representación de grupos con intereses políticos. Miremos a los indignados.
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