martes, septiembre 20, 2011

El miedo no anda en burro

Jorge Diaz

Las cosas al interior del PAN se empiezan a calentar. Aquel detalle por parte de Felipe Calderón hacia Josefina Vázquez Mota, llamándola “Pina” (con todo el amor que esto sugiere) y todo lo que en su momento fue interpretado como un cambio de señal del Presidente, ha quedado atrás.

Basta con revisar la nota que dio ayer la precandidata para entender que el miedo no anda en burro y que la apuesta presidencial fue, ha sido y será por: Ernesto Cordero, por lo que empezaremos a ver o por lo menos percibir, un trabajo fuerte (¿rudo?) dentro de ese Instituto político, para imponerlo cueste lo que cueste.

Parte de la declaración: “Felicito a quienes han acompañado la posibilidad de una elección abierta. Creo que esto permitirá en nuestro partido modernizarnos, reconstruir de manera más cercana con la ciudadanía y poder tener una candidatura con un liderazgo mucho más fuerte y claro rumbo a 2012”.

Además, reiteró la necesidad de una elección abierta que incluya a simpatizantes y ciudadanos en la definición del candidato.

Basada en las encuestas, la precandidata reacciona intempestivamente a declarar lo anterior, puesto que con toda seguridad ha leído y pronosticado la tormenta que le tienen preparada para borrarla del imaginario panista. Es un poco la situación de Marcelo Ebrard, pero sin los argumentos de buen Gobierno con los que cuenta el Jefe de Gobierno Capitalino.

¿Como se explica la terquedad presidencial? Quizá es la última demostración del primer mandatario para por lo menos, tratar de disimular el gran fracaso que ha resultado su administración y enviar el mensaje de seguir contando con el apoyo de sus correligionarios, al demostrar que su voluntad se impone entre ellos y que no se repita la historia de Fox, quien fue prácticamente echado por los suyos al final de su actuación como Presidente y que el mismo Calderón protagonizó.

Desde el punto de vista de la apuesta a conservar el poder y línea de Gobierno por parte de Calderón, podría tener cierta lógica la obstinación por Cordero, siempre y cuando los números le dieran ciertas posibilidades.

Sin embargo; considerando las mismas encuestas en las que Josefina Vázquez Mota se está cobijando para proponer una elección abierta y desde la idea práctica de ser competitivo y novedoso para hacerle frente a la locomotora priista, la obstinación del Presidente por su delfín es absurda.

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