viernes, septiembre 16, 2011

Constitución e historia, desdeñadas al festejar el Grito de Independencia el 15 de septiembre

Eduardo Garibay Mares / Cambio de Michoacán

Cometido por gobernantes provenientes de todos los partidos políticos, el flagrante desdén por la historia de México lo muestran al celebrar la noche del 15 de septiembre el Grito de Independencia de 1810, imitando así la arbitrariedad del presidente Porfirio Díaz, quien cambió lo mandado constitucionalmente para efectuar el día 15, que era su cumpleaños, la conmemoración del Grito de Dolores.

Es así que indebidamente ha seguido la arbitraria celebración, en la que don Porfirio igual introdujo los gritados vivas, proferidos por él desde el balcón presidencial ante la gente que los coreaba congregada en la plaza, al neciamente perdurar festejada la noche del día 15 como inamovible evento oficial en la República, aunque desde el 27 de septiembre de 1821, al culminar la guerra con la consumación de la Independencia de México, el 16 de septiembre fue declarado día de fiesta nacional, mediante decreto del 27 de noviembre de 1823.

De ahí que al presidente Guadalupe Victoria le tocó efectuar el 16 de septiembre de 1825 la primera ceremonia del Grito de Dolores, para rememorar que fue el 16 de septiembre de 1810, cuando ante la muchedumbre congregada en el atrio de la iglesia del pueblo de Dolores, en Guanajuato, el grito independentista de ¡Viva México! ¡Viva la Virgen de Guadalupe! ¡Muera el mal gobierno!, exclamado por el cura Miguel Hidalgo y Costilla, fue coreado impetuosamente por los ¡Viva! de la población decidida a seguir, en aquel amanecer, la determinación insurgente de iniciar ya la lucha armada para derribar al mal gobierno, opresor de criollos, indígenas y mestizos, a fin de quitar el poder del México virreinal a los españoles, quienes además en la península europea se encontraban sometidos y dispuestos a entregar el reino de España al expandido imperialismo francés.

Llamado del cura Hidalgo al que se unió la gente que en el pueblo de Dolores vivía atisbos de las anheladas libertad, igualdad y fraternidad, y que entonces fue partícipe del hecho histórico gestado cuando, con urgencia, al acostumbrado repique de llamadas a misa, se sumó el vigoroso toque de la campana de la iglesia, con el que Hidalgo convocó a gente del pueblo y rancherías aledañas; y fue por ello que aquel domingo, las personas que alrededor del templo se ocupaban en instalarse para ofertar sus productos, por igual ser día de mercado, se arremolinaron expectantes en el atrio del templo, y que quienes se disponían para acudir al rito religioso se apresuraron para llegar cuanto antes, para escuchar lo que iba a decirles el venerado cura, quien además los favorecía al impulsar la agricultura y la industria, y al revolucionar las conciencias con teorías avanzadas aplicadas a transformar la región en una próspera comuna.

Rescatar y preservar la historia

Rescate y preservación de antecedentes, contextos y tendencias de hechos y procesos históricos, que respecto al 15 de septiembre demuestran que este día debe ser conmemorable en el país, para recordar el ejemplo de la corregidora Josefa Ortiz de Domínguez, quien tras ser traicionada la Conspiración de Querétaro el 15 de septiembre de 1810, avisó a sus compañeros insurgentes la necesidad de precipitar el levantamiento insurrecto, con lo cual hizo posible que a Hidalgo le correspondiera dar el Grito de Independencia el siguiente día 16, en el curato de Dolores, e iniciar la guerra revolucionaria contra el hispano poder virreinal, cuya celebración también debe rescatarse y preservarse, para que sea el 16 de septiembre el día de fiesta nacional, en el que a los gritados vivas de gobernantes, la gente les responda ¡Viva México!, con impetuoso anhelo por un país mejor.

Propuesta

Dirigida al presidente de México, a los gobernadores de los estados, al jefe de Gobierno del Distrito Federal, y a los presidentes municipales del país, en este septiembre de 2011 la propuesta es que en la República Mexicana, al cumplirse y hacerse cumplir a cabalidad los mandatos constitucionales, y al rescatarse del desdén a la historia nacional, como muestra fehaciente del cumplimiento del compromiso prometido, se deje atrás el arbitrario festejo porfirista, al celebrarse el 16 de septiembre la ceremonia conmemorativa del Grito de Independencia de 1810.

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