El domingo pasado, el juego entre Águilas Blancas del IPN y los Pumas, se celebró a puerta cerrada por culpa de Yoloxóchiltl Bustamante. El clásico de escuelas públicas superiores tenía como anfitrión a las Águilas Blancas, pero no fue celebrado en el estadio de Zacatenco del Politécnico, sino en la Universidad del Valle de México, y sin espectadores. La razón práctica es que desde hace nueve años el estadio está cerrado por el pésimo estado en que se encuentra, y ni la directora del IPN, Bustamante, ni el anterior director, José Villa, han dado señal alguna de querer repararlo. La razón de fondo es de seguridad, que no quieren cargar con ella, cuando los juegos sean en su terreno, ni meterse en ninguna situación de alta adrenalina. Con Zacatenco cerrado, la autoridad politécnica prefirió rentar estadios, pero como nunca pudieron controlar a sus porros, que causaban desmanes a donde iban, entonces dejaron de rentarles instalaciones deportivas. La única manera hoy en día que les renten estadios al Politécnico es que los encuentros que sostengan en futbol americano, sean a puertas cerradas para evitar desmanes. Ni Villa ni Bustamante pudieron hacer trabajo político dentro de la institución para controlar a los grupos más radicales, con lo cual han preferido lavarse las manos, dejar que un deporte histórico y tradicional en la institución sea celebrado en forma clandestina porque no pueden garantizar la seguridad de los fanáticos.
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