martes, agosto 09, 2011

EU: zozobra el imperio

El ventilador de los ricos
Economía: más pirotecnia

Carlos Fernández-Vega / México SA


El motor del mundo está por reventar, y junto con él caerán todos aquellos que indigna y soberanamente decidieron amarrarse a su destino, a poner todos los huevos y las corvas en la misma canasta, como el gobierno mexicano comprenderá. El orgulloso imperio se sacude y va a pique: dejó de ser el país más solvente del mundo y ha sido degradado por sus propios engendros, mientras China, su principal acreedor externo, descalifica al verde ícono imperial y cuestiona las miopes luchas políticas de Estados Unidos por sus problemas de deuda que arrastran a la economía internacional a un segundo tiempo recesivo, de mayor intensidad que el primero.

Prometieron cambios de fondo, y sólo ofrecieron discursos y más discursos (tecnología mexicana de exportación). Como bien apunta el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN), del Tec de Monterrey campus estado de México, que preside José Luis de la Cruz Gallegos, la incipiente recuperación económica está llegando a su fin, los nuevos eventos de volatilidad e incertidumbre recuerdan la agenda de reformas al sistema financiero global que han quedado pendientes por realizar, y que al no instrumentarse dan paso a la posibilidad de una nueva recesión económica. La reducción de la calificación para la deuda de Estados Unidos era algo esperado; sin embargo, cuando además de ello se le coloca con una perspectiva negativa, lo que puede inferirse es que a corto plazo no se prevé una solución.

Quienes durante décadas obligaron y humillaron a las naciones tercermundistas a practicar draconianos programas de choque y severas reformas estructurales para corregir desviaciones, y de paso quedarse con su riqueza, hoy se encuentran en la picota, y por primera vez en la historia son degradados por sus propios inventos y condenados por sus propios excesos, mientras con el ventilador a todo lo que da, se baten en su propia mierda. Inmisericordes, aplastaron a las naciones deudoras del tercer mundo; hoy, exigen cooperación internacional para resolver su propia crisis de deuda.

De acuerdo con el CIEN, el panorama se conjuga con lo que acontece en la Unión Europea, donde el débito público y privado de la Gran Bretaña alcanza casi 390 por ciento como proporción de su PIB. No se puede contar con España: alto desempleo y bajo crecimiento, ha debido adelantar la elección presidencial para intentar solucionar sus problemas políticos, que es dependiente de la riqueza que se le transfiere de otros países, principalmente del sistema bancario en América Latina (México, fundamentalmente). Italia se viene sumando a los problemas; el riesgo que se le atribuye hoy a su economía y sistema financiero ya da muestra de ello. Grecia, Portugal e Irlanda están fuera de combate; no contribuyen y representan una carga para el motor económico de la Unión Europea, Alemania, nación que difícilmente tendrá el fuelle para poder mantener el crecimiento en esa región”.

El desequilibrio no es algo menor, toma al mundo con un heterogéneo y en algunos casos débil desempeño económico y financiero: no se había podido recuperar de la reciente crisis, cuando en ciernes está la segunda parte. Las cifras de desocupación y crecimiento así lo señalan. En el primer caso Estados Unidos, España, Grecia y Francia registran tasas entre las más altas en 20 años, y no han retrocedido después de la crisis. En este sentido puede precisarse que si bien la actividad industrial aún mantiene un desempeño positivo en algunos de esos países, ello no necesariamente se traduce en una generación de empleo suficiente para atender las necesidades de su población. La consecuencia lógica de lo anterior es que el consumo no se ha logrado reactivar. La debilidad del mercado interno en el mundo desarrollado se encuentra vinculada a la escasa generación de fuentes de trabajo, y resume el tremendo error que se cometió con la orientación predominantemente financiera que tuvieron la mayoría de los planes de rescate que se instrumentaron en años pasados. Fue inyectar dinero bueno al malo, destinar recursos multimillonarios a sectores improductivos, sedientos de ganancias especulativas y que únicamente son recolectores de riqueza, no generadores de la misma.

El sistema económico real (que genera empleos y produce los bienes y servicios necesarios para la vida diaria de las personas) no se benefició de las políticas aplicadas por los bancos centrales y los gobiernos de las economías desarrolladas, apunta el CIEN. Al no incidir en el aparato productivo real, los recursos se fueron al barril sin fondo de la especulación, a un verdadero agujero negro financiero. Un aspecto adicional es que aún con dichos recursos multimillonarios el mercado bursátil, altamente especulativo, no tuvo suficiente. En las naciones desarrolladas el valor de las bolsas de valores es inferior al alcanzado a principios de 2008. Una vez que los recursos canalizados por gobiernos y bancos centrales entraron al sistema financiero, se diseminaron favoreciendo a las naciones emergentes, donde se pueden obtener mayores ganancias con la especulación. Pero ello es un espejismo: con los acontecimientos recientes esas burbujas tenderán a desaparecer y los capitales buscarán refugios seguros, donde el oro ya es una muestra de ello.

Excesos, yerros y vulnerabilidad política de los principales liderazgos del mundo desarrollado, han abierto el camino a una nueva etapa de recesión. Si bien es prematuro pensar en que no hay salidas para evitar una recesión, lo que no se descarta es un periodo de bajo crecimiento económico. Se corre el riesgo de movimientos importantes en el tipo de cambio y las tasas de interés. Deben acotarse la incertidumbre y volatilidad que se están generando. Los bancos centrales tratarán de evitar esta situación, el problema es que la solución de coyuntura podría ser perjudicial para el largo plazo. Si deciden satisfacer la sed de los capitales especulativos (como en 2008-2009) sólo exacerbarán el problema actual de dinero gratis que no tiene impactos productivos. Las economías emergentes y pobres podrían acabar pagando las cuentas de la fiesta de deuda en Estados Unidos y la Unión Europea, al terminar transfiriendo capitales en forma de compra de deuda, especulativos o fuga de dinero doméstico.

Agarraos, pues, que la terrorífica pirotecnia económica, que de artificial nada tiene, lejos está de llegar a su fin.

Las rebanadas del pastel

Un solidario abrazo a los bolivianos, a su comunidad en México, al Coco Manto y a la señora que lo cuida, por el 186 aniversario de su patria, que también es nuestra. ¡Salud!

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