Pepe Flores / Vía: Vivir México
Mientras casi todos vemos las consecuencias del triunfo del PRI en Estado de México rumbo a las elecciones presidenciales, hay otro feudo importante en juego para el año entrante: el Distrito Federal. La Ciudad de la Esperanza renueva Jefe de Gobierno, una plaza ocupado siempre por un perredista desde que se instauró la elección —Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, con interinatos de Rosario Robles y Alejandro Encinas—. A estas alturas, pocos se aventuran a predecir la caída del PRD, pero ¿podría el tricolor arrebatarles la capital en un futuro cercano?
Por lo menos, el dirigente Jaime Álvarez considera que sí es posible. No se trata sólo del optimismo derivado por el triplete priísta de este domingo —Estado de México, Coahuila y Nayarit—, sino que afirma que las encuestas le dan la razón. De acuerdo con sus declaraciones, los últimos estudios reflejan que el PRI se encuentra de tres a cinco puntos porcentuales de distancia. Además, según sus cifras, la votación por el partido se elevó 80% en los comicios de 2009.
Por supuesto, el PRD goza de bastante popularidad en la Ciudad de México, y suena difícil que en un año las condiciones puedan cambiar. Sin embargo, también es cierto que el PRI se ha fortalecido mucho con su último triunfo, por lo que podría llegar embalado a la elección de la jefatura de gobierno. Por estructura, el triunvirato político-mágico-musical entre Televisa, el SNTE y el Revolucionario Institucional han consolidado un sistema efectivo para ganar votos (aunque sea recurriendo a las mañas de antaño).
Las posibilidades también pasan por los candidatos. Hombres como Cárdenas, López Obrador o Ebrard ya eran personajes conocidos cuando se lanzaron a la elección. Del lado del PRD, el desfile de nombres es importante: Carlos Navarrete (Senador), Mario Delgado (Secretaría de Finanzas), Alejandra Barrales (coordinadora del PRD en la ALDF) y Miguel Ángel Mancera (Procuraduría de Justicia del DF) son políticos con peso específico. Aunque algunos señalan que Delgado es el delfín de Marcelo Ebrard, cualquiera de los cuatro tiene oportunidades de contender.
Del lado del PAN también hay caravana: Mariana Gómez del Campo (coordinador del PAN en la ALDF), Demetrio Sodi (Jefe de la Delegación Miguel Hidalgo), Carlos Orvañanos (Jefe de la Delegación Cuajimalpa) y José Luis Luege (Comisión Nacional del Agua) son los más interesados en la posición, con Gómez del Campo y Luege como los más probables para abanderar a Acción Nacional. ¿Y en el PRI quién suena? Prácticamente nadie. Salvo el nombre de Beatriz Paredes, quien iría en fórmula con Peña Nieta por 2012, no hay otro nombre que circule con fuerza.
Resta un año para la elección en el Distrito Federal, pero un eventual efecto dominó en los comicios presidenciales podrían darle oportunidad al PRI de recuperar ese terreno. Yo lo veo muy complicado, pero es cierto que están más cerca que nunca de lograrlo. Si bien los ojos de México estarán sobre la sucesión en Los Pinos, hay que estar muy pendientes de lo que se jugará ese año en la capital del país.
Mientras casi todos vemos las consecuencias del triunfo del PRI en Estado de México rumbo a las elecciones presidenciales, hay otro feudo importante en juego para el año entrante: el Distrito Federal. La Ciudad de la Esperanza renueva Jefe de Gobierno, una plaza ocupado siempre por un perredista desde que se instauró la elección —Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, con interinatos de Rosario Robles y Alejandro Encinas—. A estas alturas, pocos se aventuran a predecir la caída del PRD, pero ¿podría el tricolor arrebatarles la capital en un futuro cercano?
Por lo menos, el dirigente Jaime Álvarez considera que sí es posible. No se trata sólo del optimismo derivado por el triplete priísta de este domingo —Estado de México, Coahuila y Nayarit—, sino que afirma que las encuestas le dan la razón. De acuerdo con sus declaraciones, los últimos estudios reflejan que el PRI se encuentra de tres a cinco puntos porcentuales de distancia. Además, según sus cifras, la votación por el partido se elevó 80% en los comicios de 2009.
Por supuesto, el PRD goza de bastante popularidad en la Ciudad de México, y suena difícil que en un año las condiciones puedan cambiar. Sin embargo, también es cierto que el PRI se ha fortalecido mucho con su último triunfo, por lo que podría llegar embalado a la elección de la jefatura de gobierno. Por estructura, el triunvirato político-mágico-musical entre Televisa, el SNTE y el Revolucionario Institucional han consolidado un sistema efectivo para ganar votos (aunque sea recurriendo a las mañas de antaño).
Las posibilidades también pasan por los candidatos. Hombres como Cárdenas, López Obrador o Ebrard ya eran personajes conocidos cuando se lanzaron a la elección. Del lado del PRD, el desfile de nombres es importante: Carlos Navarrete (Senador), Mario Delgado (Secretaría de Finanzas), Alejandra Barrales (coordinadora del PRD en la ALDF) y Miguel Ángel Mancera (Procuraduría de Justicia del DF) son políticos con peso específico. Aunque algunos señalan que Delgado es el delfín de Marcelo Ebrard, cualquiera de los cuatro tiene oportunidades de contender.
Del lado del PAN también hay caravana: Mariana Gómez del Campo (coordinador del PAN en la ALDF), Demetrio Sodi (Jefe de la Delegación Miguel Hidalgo), Carlos Orvañanos (Jefe de la Delegación Cuajimalpa) y José Luis Luege (Comisión Nacional del Agua) son los más interesados en la posición, con Gómez del Campo y Luege como los más probables para abanderar a Acción Nacional. ¿Y en el PRI quién suena? Prácticamente nadie. Salvo el nombre de Beatriz Paredes, quien iría en fórmula con Peña Nieta por 2012, no hay otro nombre que circule con fuerza.
Resta un año para la elección en el Distrito Federal, pero un eventual efecto dominó en los comicios presidenciales podrían darle oportunidad al PRI de recuperar ese terreno. Yo lo veo muy complicado, pero es cierto que están más cerca que nunca de lograrlo. Si bien los ojos de México estarán sobre la sucesión en Los Pinos, hay que estar muy pendientes de lo que se jugará ese año en la capital del país.
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