sábado, julio 02, 2011

Elecciones en el Estado de México prefigura escenarios para el 2012

El Zappo vía Homozapping

La campaña y los resultados de las elecciones del Estado de México del próximo 3 de julio prefigurarán los escenarios para el 2012, caracterizado por: el dispendio del dinero público, las encuestas poco confiables, la corresponsabilidad de los propios partidos opositores con reglas electorales beneficiosas para el oficialismo y la debilidad de los árbitros y organismos.

Estos fueron algunos de los puntos analizados en la mesa Dictamen Ciudadano a las elecciones en el Estado de México, convocada por Bernardo Barranco, ex consejero electoral mexiquense e impulsor de la observación ciudadana a través del sitio www.votolimpio.org.

En el foro de la Casa Lamm, realizado el jueves 30 de junio, participaron los analistas y periodistas Alfonso Zárate, Ricardo Alemán, John Ackerman, Jenaro Villamil, José Antonio Crespo, Sergio Aguayo, José Antonio Crespo y Eduardo Huchim.

Alfonso Zárate subrayó que “las elecciones estatales se han convertido en una vitrina de las miserias” de los actores políticos por la irrupción de los gobernadores que juegan a “elecciones de Estado”, por la “captura” de los organismos electorales; por las alianzas que se han convertido más en “alquiler de franquicias”, y por la presencia del crimen organizado.

El director de la Carpeta Púrpura criticó la “exhibición grotesca de los gastos sin límites” en campañas como la del Estado de México.

Por su parte, el especialista John Ackerman destacó que el PRI y el gobierno mexiquense buscan un “alto abstencionismo” en los comicios del próximo domingo porque se pretende “desalentar la participación ciudadana”. La divulgación de encuestas donde se acredita una gran distancia entre el PRI y los otros candidatos forma parte de esta estrategia.

El periodista Ricardo Alemán polemizó sobre este punto. Consideró que al PRI y al equipo de Enrique Peña Nieto no les conviene un alto abstencionismo. Subrayó dos puntos críticos: la responsabilidad de los medios de comunicación y la responsabilidad de los propios partidos de oposición. Señaló que el posible retorno del PRI a la presidencia en el 2012 constituye “el fracaso cultural de la oposición”.

El ex consejero electoral capitalino y periodista Eduardo Huchim insistió en la “desmesura” del gasto en el Estado de México. “Es un insulto gastar tanto, frente a tanta marginación en la entidad”, advirtió Huchim.

Huchim consideró que Peña Nieto “ha lanzado toda la maquinaria” gubernamental para hacer ganar a Eruviel Avila. Se lamentó por el escaso impacto de los debates televisivos en las preferencias electorales.

“Esto quizá demuestra que la cultura de la despensa y de la lámina le gana a la cultura del debate”, sentenció.

Por su parte, Sergio Aguayo, advirtió que es posible que “estemos ante el fracaso ético de la democracia” y lo que suceda en el Estado de México será el “anticipo” de lo que veremos en el 2012.

Aguayo, impulsor de iniciativas como Alianza Cívica, alentó a modificar el “viejo discurso con olor a naftalina” de las demandas del PRD y del PAN para frenar el avance real que se observa del PRI.

Jenaro Villamil siguió con esta línea de argumentación señalando que los comicios del Estado de México tienen como objetivo para el PRI evitar “a toda costa una competencia cerrada que amenace con repetir el escenario del 2006”, cuando la distancia entre uno y otro fue de menos de 1 punto porcentual.

Por esta razón, se construye la percepción del “triunfo inevitable” del PRI, lo mismo a través de encuestas, que del dispendio económico. Consideró que, con una abstención del 60 por ciento, el voto en el Estado de México tendría un costo de 598 pesos por sufragio, “el más caro del mundo”.

El politólogo José Antonio Crespo subrayó que nos vamos hacia la contienda presidencial del 2012 “con la falta de elementos confiables” de análisis. “La pregunta clave es si el fraude incidirá o no en el resultado electoral final”, advirtió.
Crespo recordó que los partidos políticos le dieron el “golpe certero” al IFE en el 2003 y al descabezarlo parcialmente en 2007, tras la reforma electoral, lo debilitaron aún más. A tal grado, que el IFE no tiene tres consejeros porque el PRI insiste en reclamar posiciones de control.

La misma falta de autonomía se observa en el Instituto Electoral del Estado de México, subrayó Crespo. Sólo después del escándalo de Cartonera Plástica, en 2005, durante la elección pasada, se conformó un organismo plural, pero después el gobierno de Enrique Peña Nieto retornó al control del árbitro electoral.

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