viernes, julio 15, 2011

Discursos malditos

Raymundo Riva Palacio / Estrictamente Personal

El gobernador Leonel Godoy despide un tufo cuando habla de temas relacionados al narcotráfico en su estado que siempre provoca que las cejas se levanten. Este martes exhortó a la Policía Federal a que respetara la Constitución y los derechos humanos a propósito del despliegue de mil 300 elementos de esa corporación a Michoacán, donde desde el sábado pasado iniciaron una operación que se espera terminal, en contra de Los Caballeros Templarios, escisión de la agonizante Familia Michoacana, y su líder, Servando Gómez, “La Tuta“.

La declaración de Godoy llegó en un momento de definiciones en las cuales se metió extrañamente el gobernador. La operación de la Policía Federal es respuesta directa a los criminales que la semana pasada amenazaron al jefe de Seguridad Regional de la Secretaría de Seguridad Pública Regional, Luis Cárdenas Palomino y a su familia. Informes de inteligencia establecen que hay amenazas reales contra varios jefes más de esa dependencia, en un grado sólo comparable a cuando el cártel de los Beltrán Leyva planeó asesinar a cinco comandantes policiales y alcanzó asesinar a dos. Es decir, el desafío fue respondido inmediatamente.

Pero el gobernador no tocó en su discurso el tema de las amenazas a funcionarios federales o las torturas a las que son regularmente sometidas las fuerzas de seguridad cuando han caído en mano de los cárteles michoacanos. Eso no extraña, ni causa sorpresa, pues ha sido una omisión permanente de Godoy. Lo que llamó la atención en las altas esferas del gobierno es que el lenguaje, en forma y fondo, es el mismo que utilizaron Los Caballeros Templarios en su amenaza contra Cárdenas Palomino y que, un par de años atrás, empleó “La Tuta” en contra de varios de los mismos funcionarios.

La semana pasada aparecieron en varios puntos de Morelia mantas dirigidas a Cárdenas Palomino donde afirmaban: “Su delincuencia uniformada está violando mujeres, están robando en los cateos y están asesinando extrajudicialmente. Las mujeres no se violan, se conquistan, sus animales uniformados están advertidos. Nosotros como pueblo guerrero y orgulloso estamos dispuestos a dar nuestra sangre por nuestras mujeres, y si usted quiere seguir violando mujeres, aténgase a las consecuencias. Así no se ganan las guerras”. Las mantas remataban con la amenaza de actuar en contra de él, de su esposa y de sus hijos.

Godoy retomó el tema de los derechos humanos para los criminales, expuesto por los criminales, por parte de la Policía Federal. No mencionó al Ejército, que mantiene operaciones militares en Michoacán, con lo cual empata con el discurso de Los Caballeros Templarios y “La Tuta” que nunca se refieren negativamente al Ejército . Incluso, “La Tuta” ha repetido varias veces en televisoras que le dieron voz pública que respeta al Ejército y a la Marina “cien por ciento”, y que el problema que tienen es exclusivamente con la Secretaría de Seguridad Pública Federal.

“La Tuta” y Godoy han coincidido en otros dos puntos: que la Policía Federal ha detenido injustificadamente a políticos michoacanos, y que el medio hermano del gobernador, el ex diputado Julio César Godoy Toscano, no está vinculado con el jefe de Los Caballeros Templarios. Godoy Toscano se encuentra prófugo y no ha querido enfrentar la acusación sobre su relación con “La Tuta”, a quien llamaba “padrino“, de acuerdo con grabaciones telefónicas que son del conocimiento público. El gobernador siempre lo ha defendido, aunque es una constante que surgió después de que “La Tuta” le pidiera públicamente que lo hiciera.

El discurso de ambos ha sido coincidente con las manifestaciones públicas en contra de la Policía Federal, que durante varios años fueron organizadas y alimentadas por La Familia Michoacana, cuyo responsable era Rafael Cedeño, “El Cede“, cercano a “La Tuta”, detenido en 2009. Cedeño fue policía estatal en Michoacán, trabajó en la Secretaría de Gobierno -donde el titular en el sexenio de Lázaro Cárdenas Batel era Godoy-, y se convirtió en el principal adoctrinador del cártel. Cuando fue detenido, portaba una credencial de la comisión estatal de derechos humanos.

La manipulación de decenas de personas fue muy recurrente durante el tiempo en que “El Cede” estuvo en libertad. Posteriormente a su arresto, las manifestaciones redujeron su frecuencia, pero las que se dieron, como antes, fueron en respuesta a acciones de la Policía Federal. No se sabe si las actuales son manejadas una vez más por operadores sociales del cártel, pero los mensajes siguen coincidiendo. La última fue el miércoles después del discurso del gobernador, y una semana después de las mantas.

En Apatzingán, la cuna del cártel, más de cuatro mil personas tomaron la calle para protestar contra “abusos” de la Policía Federal. “Nosotros le pedimos al presidente Felipe Calderón que suelte a nuestros maridos porque ellos son inocentes, y que se lleve a la Policía Federal porque solo vienen a levantar gente inocente y a robar cosas”, dijeron a los medios locales las esposas de Pablo Ramos y Apolonio Soberanis, acusados de pertenecer a Los Caballeros Templarios.

La coincidencia de mensajes, tiempos, formas y reiteraciones del gobernador Godoy y los jefes criminales es sorprendente. Si fuera un tema estrictamente político, se podría utilizar la frase de que “es demasiado coincidencia para ser coincidencia“. Pero en este caso no se puede plantear de ninguna manera que la similitud de las palabras del gobernador con los delincuentes, sea producto de una asociación oscura. Sin embargo, muy mal hace el gobernador al mantenerse siempre del lado opuesto a la autoridad federal cuando de operaciones punitivas contra delincuentes se trata, y sólo estimula las sospechas en su contra que puede disipar, si así lo juzgara conveniente, con acciones concretas institucionales.

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