domingo, junio 05, 2011

Políticos delincuentes

Marco A. Vázquez

Ciudad Victoria, Tamaulipas.- “Busquen a Chuy para entrar por atrás, allá (en la puerta principal) deben estar todos los perros de la prensa”. La voz era de un ex alcalde al que muchos acusan de haberse robado incalculable cantidad de dinero, de haber construido obras chafas como un puente que costó casi 400 millones y que ya se cayó en menos de tres meses, también el haber dejado a su municipio con la deuda de mil 500 millones de pesos para ser la más alta de todos los ayuntamientos del país, exacto, era Ramón Garza Barrios.

Se le veía pálido al ex alcalde de Nuevo Laredo, con ganas de que lo observaran los que veían con el dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira Valdez, pero que ningún reportero le preguntará sobre su pasado, menos sobre toda la presunta corrupción en la que vivieron sus tres años de administración.

El evento se prestaba para eso, para que se mezclaran los priistas decentes con individuos que solo en la cárcel representan votos para el tricolor porque su fama pública es de ladrones, saqueadores, y a veces hasta de delincuentes en potencia… el caso es que sobraban de unos y de otros y por ello la fiesta.

Quizá por esa razón el evento le gusto al dirigente nacional del PRI, tanto, que Moreira presumió lo que mejor sabe hacer, bailar el chúntaro style y utilizar la retórica para bombardear al gobierno del PAN del que dijo no ha hecho otra cosa que aumentar el número de pobres, incrementar los servicios que presta, y provocar que la tortilla haya subido de precio en más de un cien por ciento en apenas cinco años.

Moreira también se dio tiempo para recordar a Rodolfo, para recordar al hombre bueno que los tamaulipecos hicieron gobernador en julio del año pasado aun después de que un grupo de delincuentes habían acabado con ese sueño, en ese sentido, exigió justicia, exigió resultados a un gobierno federal que ya casi tiene un año con la investigación y no ha sido capaz de descubrir siquiera a los autores materiales de tal evento.

En ese tenor fue bueno escuchar a Egidio Torre de paciencia, hablar que todo tiene límites y que están en la misma tonalidad de la dirigencia nacional tricolor, pero fue bueno más por la acción de respaldar al PRI por la acción de recordar que fue para Tamaulipas el agravio, y no hablamos de los priístas, sino para todos.

El discurso de Lucino paso sin pena ni gloria, es imposible ganar reflectores hablando tibiamente de lo que dijo el dirigencia nacional con datos puntuales, ganar la elección del 2012.

Y sin embargo para muchos políticos y periodistas fue más importante la conferencia de prensa que ofreció el dirigente nacional del PRI posterior al evento central, el morbo por saber el futuro de Eugenio Hernández Flores y de Ricardo Gamundi invadía el ambiente, Moreira les dio alimento para esas suspicacias, habló de que nunca hubo invitación para el ex gobernador de Tamaulipas y por lo tanto no será el Secretario Técnico del Consejo Político Nacional del PRI, y aceptó que “El Negro de todos los moles” estaba trabajando a su lado.

¿Significa eso la muerte política de Eugenio Hernández y su equipo?, para muchos que todavía hace seis meses le rendían pleitesía y hasta lo pintaban como el mejor gobernador de todos los tiempos sí, pero para los que se dedican al marketing y para los políticos (para los viejos políticos sobre todo) solo es cuestión de rentabilidad, de no exponer demás al tricolor en una carrera presidencial que van ganando hasta por 30 puntos de ventaja según las encuestas, no son tiempos de cometer errores, dicen.

“Lejos de todo lo que se diga y haga en este momento, hay que esperar que inicie la contienda, faltan seis meses para que se definan los equipos de trabajo, luego de eso restaran nueve meses más para que el Presidente nombre a su gabinete sin que nadie le ponga peros, ahí veras quien aparece”, dice un geñista, y quizá tenga razón.

Pero de qué hablamos, de que el PRI piensa en ganar y sabe que el gobierno federal no se tocará el corazón para exhibirle sus piezas como delincuentes y no porque lo sean o no lo sean sino en busca de votos.

Algunos le dicen cacería de brujas, la verdad es que sería una buena acción si cada detención se hiciera con pruebas suficientes y sin la menor duda de que se actúa en la legalidad, en ese sentido todos debemos aplaudir que atrapen a políticos delincuentes sean del color que sean, lo triste es que ahora el gobierno del PAN solo los encuentre tricolores como si los propios, o los de otros partidos, no anduvieran en lo mismo y eso es otro agravio para México.

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