jueves, junio 23, 2011

Mensaje con copete

Fraude miltifactorial
Encuestas inductoras
Dialogar sin ataduras
Julio Hernández López

Julio Hernández López / Astillero


El poder inductor de las coincidentes encuestas de opinión publicadas ha asentado ya la percepción de que las próximas elecciones del estado de México serán solamente un trámite para formalizar el triunfo del priísta Eruviel Ávila. Según tales sondeos, el principal opositor, Alejandro Encinas, tendría menos de la mitad de intención de voto que el tricolor, que ganaría incluso si se sumaran los porcentajes acumulados en esos ejercicios por el aspirante del sol azteca y el rezagado panista Luis Felipe Bravo Mena.

El uso faccioso de presuntos métodos de indagación de tendencias ciudadanas forma parte del paquete de adulteración electoral que con especial énfasis se practicó en 2006, para aparentar un increíble repunte del retrasado Calderón (es decir, que aparecía muy atrás en los primeros sondeos), y que se ha seguido practicando con im- punidad en comicios estatales. Puestas al servicio de sus clientes, y argumentando tanto una inverificable objetividad como una coartada de cientificidad, la mayoría de las casas encuestadoras se han prestado en distintas ocasiones a la fabricación de escenarios virtuales que convalidan resultados electorales igualmente manipulados.

En el estado de México, el arsenal disponible hace pensar en un triunfo a como dé lugar del candidato oficial a la sucesión, el chapeado presidente municipal de Ecatepec (con licencia definitiva), que así sería un escalón necesario en el ascenso de Enrique Peña Nieto rumbo a Los Pinos. Para garantizar ese obligado triunfo se han utilizado ríos de dinero provenientes de diversas fuentes (incluso, en pequeñas porciones, de las asignaciones partidistas legales), en un proceso de blanqueo monetario que ha hecho posible el apabullamiento propagandístico, el control de medios de comunicación, el reparto de efectivo entre organizadores electorales y votantes bajo cuota y la sujeción del órgano oficial de asuntos electorales. Tal como ha advertido el siempre avispado politólogo Fox, el desenlace previsto en el estado de México es muy ilustrativo de lo que puede suceder en 2012. Es decir, los mismos abusos darían similar resultado: el retorno del dinosaurio, ahora encopetado, gracias a sus sabidas mañas, incorregibles pero sí aumentadas.

Aparte del naufragio panista, llama la atención que el esfuerzo de unidad de las izquierdas realizado en el estado de México no hubiese producido resultados tan favorables como en principio se sugería. Incluso, habrá parque disponible contra el lopezobradorismo al tratar de culparlo del fracaso de la alianza entre PRD y PAN que originalmente se contemplaba y que supuestamente habría sido la fórmula eficaz para enfrentar con probabilidades de victoria al peñanietismo desbordado. Encinas logró juntar a su alrededor, en términos fotográficos, a las diversas corrientes de la izquierda electoral, largamente confrontadas entre sí; pero ese éxito visual no trascendió ese plano, pues continuaron las patadas bajo la mesa y la siembra de trampas internas.

De consumarse el multifactorial fraude electoral en el estado de México (pues esos fraudes no se consuman solamente el mero día de la emisión del voto), se habrá dado un paso adelante en el proceso de desmoralización nacional rumbo a 2012, pues parecerá implacable el avance de la sucia maquinaria tricolor. La izquierda partidista podrá ganar debates televisados, e incluso presentar candidatos únicos, pero el peso concentrado de las operaciones de política mafiosa parecería diluir cualquier oposición tradicional. La alternativa felipista de confrontación al PRI tampoco ofrece asideros positivos: usar el factor judicial para frenar al adversario político es una fórmula que agravia a todos y que termina por degradar y exhibir lastimosamente a sus torpes ejecutores, como se acaba de ver en Tijuana.

Astillas

Incongruente sería que, en su encuentro con Javier Sicilia, Felipe Calderón diera marcha atrás en puntos sustanciales de la política bélica que ahora presume a escala internacional y que pretende convertir en modelo de trabajo para otras regiones, sobre todo en Centroamérica, donde acaba de recibir apoyo de personajes locales y de la propia secretaria de Estado, Hillary Clinton. Sin pretensión alguna de modificar el fondo de su actuar, orgulloso del máximo logro de su administración (la numeralia macabra) y obligado a seguir adelante en su estrategia sin retorno, Calderón tratará hoy de aprovechar el empuje de quienes le critican para confirmar su discurso guerrero y, si acaso, hacer concesiones secundarias, cosméticas, que le permitan aparentar que escucha y atiende ciertos reproches populares. Por lo pronto, ayer se anunció unilateralmente el cambio de la sede del presunto diálogo: ya no en el Museo de Antropología, sino en el Castillo de Chapultepec, presumiblemente por razones de seguridad. Ya se verá hoy si, además, el poder ejecutante logra imponer el burocratizado orden del día, que pareciera buscar la presentación de ponencias de parte de los visitantes y la emisión de un mensaje supremo del anfitrión. Un diálogo verdadero no puede circunscribirse a un formato rígido como el que Los Pinos y el movimiento por la paz han negociado. El mayor triunfo de la sesión de hoy sería que las voces recogidas por la caravana de Sicilia sean capaces de obligar al desdeñoso panista a escucharlas sin condiciones ni ataduras y a responder con claridad a los reclamos... Un lector, cuya identificación será guardada, reporta: en Ciudad Neza, donde vivo, una vecina me ofreció 300 pesos por poner una manta de Eruviel en mi casa y que quitara la de Encinas, y me dijo que cuánto me habían dado (por colocar la manta de Encinas ni pedí ni me ofrecieron dinero a cambio). Le contesté que mi voto es por convicción y, aunque claro que tengo la necesidad del dinero, porque en el colegio donde trabajo no me pagan vacaciones de verano, no soportaría ver su cara todos los días. Por donde vivo hay demasiadas mantas tanto en coches como en casas. ¿Cuánto gastarían solamente aquí?... ¡Hasta mañana!

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