jueves, junio 23, 2011

La pretensión priísta

La pretensión priísta
El DF, una de sus prioridades

Miguel Ángel Velázquez / Ciudad perdida


Parece increíble, y si no fuera por el momento, por ambiciones y por lo estratégico que resulta el DF para el PRI, lo que nos contaron sería simplemente política ficción.

Bien, como todo mundo sabe, el Revolucionario Institucional no ha logrado recuperarse en la ciudad de México como en otras entidades del país, en las que parece que los ciudadanos decidieron que lo malo conocido es mejor que lo que se tiene y no dan opciones a ninguna nueva propuesta, porque perdieron con eso que se dio en llamar transición.

Por ello la preocupación es el Distrito Federal, y la estrategia va más allá de todo lo imaginable, si, como dijimos antes, es verdad lo que nos han contado. Por lo pronto, la estructura priísta en el DF prácticamente no existe. No hay representación partidista por ningún lado. El priísmo que queda es absolutamente vergonzante. Muy pocos en esta capital aceptan ser simpatizantes y, menos aún, militantes.

No obstante, las mediciones más recientes lo colocan como la segunda opción electoral para los votantes de la ciudad, lo que parece lógico si se piensa en el desastre que significa para el país, y para el DF, el gobierno del PAN. Así, lo menos cuerdo sería continuar en el sendero de seguir llenando las páginas de Forbes con nombres de mexicanos, y las calles de pobres cada vez más desprotegidos, política que, por cierto, inauguró el PRI.

En fin, el asunto es que en la sede del PRI se dice que con un esfuerzo mayor se podría derrotar al PRD, y ese esfuerzo empezaría con una estrategia que, al parecer, ya se aprobó, la cual tendría como eje central la operación delegación por delegación, pero no con las formas que hasta ahora se conocen, sino con representaciones de peso que fueran atractivas para el electorado.

¿De qué se trata? Al parecer, en el análisis priísta se tiene por cierto que no es nada más la campaña de quien vaya a ser candidato, o más bien candidata, sino quienes puedan ser su acompañantes. Y no es suficiente con el llamado efecto Peña; para ganar el DF se requiere de algo más.

En ese tenor, se pretende que para cada una de las demarcaciones políticas de la ciudad exista un delegado especial, cuyo nombre signifique algo para los habitantes de esos lugares. Por ejemplo, se dice que Iztapalapa puntea en el interés del Partido Revolucionario Institucional. Allí, quien estaría a cargo de levantar ese partido sería nada más ni nada menos que el ex gobernador de Veracruz Fidel Herrera Beltrán, quien, dicen, ya aceptó la encomienda.

Esa parece ser la línea. Los priístas de alto rango, ex secretarios de Estado, ex gobernadores, legisladores y todo lo que se pueda y se deba, es decir, todo el aparato y todo el dinero para comprar voluntades, que es lo que mejor les sale, con tal de ganar la jefatura de Gobierno de la ciudad de México.

Lo que preocupa de esa estrategia es que no se encuentra a los 16 delegados especiales con buen nombre que pudieran cumplir con esa tarea que, para algunos, resulta menor. Y lo peor, que a fin de cuentas y sin opciones nos lleguen con priístas tan prestigiados como el góber precioso, Mario Marín, o como el ex de Oaxaca, Ulises Ruiz. ¡Újule!

De pasadita

Por cierto, otro de los más interesados en la vida del DF es el candidato priísta al gobierno del estado de México, Eruviel Ávila. Nadie sabe qué hacían sus simpatizantes en el local del News Divine unos días antes del aniversario de la tragedia sucedida en aquel lugar. Hay documentos gráficos que muestran un vehículo con propaganda del mexiquense estacionado exactamente frente a lo que fue aquel antro, en el que viajaban algunas personas con camisetas de una organización que pugna por el total esclarecimiento de aquel suceso nefasto.

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