miércoles, junio 08, 2011

Imperialismo: Banqueros, Guerras Contra las Drogas y Genocidio

Por el Prof. James Petras en Global Reserarch

El descenso de México al infierno: el genocidio ha sido determinado por el imperio y sus cómplices
Nos llega por el e-mail una colaboración de Herman Littlewood a quien agradezco por enviarnos la traducción:

Recientemente leí este artículo del Prof. James Petras en Global Research y, aunque traducen algunos artículos, este no lo encontré en español. Les envío la traducción que hice (aunque sin permiso) porque considero que abarca la problemática de la “guerra contra las drogas” de una manera muy completa, sencilla y clara. Creo que es material ideal para las personas que aún tienen problemas para conectar los puntos en este terreno. Ojalá la puedan publicar.

Herman Littlewood

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El asunto del genocidio en México ha sido determinado por el imperio y sus cómplices los banqueros y gobernantes cínicos.

El Descenso de México al Infierno

Investigadores mexicanos descubrieron otra tumba clandestina masiva con docenas de cuerpos mutilados; llegando el número total de víctimas a 40,000 muertos desde el 2006 cuando el régimen de Calderón anunció su “guerra contra los narcotraficantes”. La Casa Blanca con el respaldo de consejeros, agentes y armas, ha sido la principal promotora de una ‘guerra’ que ha diezmado totalmente a la sociedad y a la economía de México.

Si Washington ha sido la fuerza motriz de la guerra del régimen, los bancos de Wall Street han sido los principales instrumentos para resguardar las ganancias de los cárteles de la droga. Todos los bancos principales de EU han estado profundamente involucrados en el lavado de cientos de billones de dólares de ganancias en las drogas, durante la mayor parte de la década pasada.

La caída de México a este infierno ha sido diseñada por las principales instituciones financieras y políticas de los EU, cada una apoyando ‘un lado u otro’ de la sangrienta “guerra total” de la que no se salva nadie, ningún lugar y ningún momento en el tiempo. Mientras el Pentágono arma al gobierno mexicano y la DEA (agencia antidrogas de los EU) aplica la “solución militar”, los bancos más grandes de EU reciben, lavan y transfieren cientos de billones de dólares a las cuentas de los capos de las drogas, que luego compran armas modernas, pagan a ejércitos privados de asesinos y corrompen a un número incalculable de políticos y de oficiales de seguridad pública en ambos lados de la frontera.

El Descenso de México al Infierno

A diario veintenas, si no cientos, de cuerpos – aparecen en las calles y/o son encontrados en tumbas sin nombre; docenas son asesinados en sus hogares, automóviles, transporte público, oficinas y hasta hospitales; cientos de victimas conocidas y desconocidas son secuestradas y desaparecen; niños de escuela, padres, maestros, doctores y empresarios son secuestrados a plena luz del día y privados de su libertad para pedir rescate o asesinarlos por represalias. Miles de trabajadores migrantes son secuestrados, robados, liberados por dinero, asesinados y está surgiendo evidencia de que algunos son vendidos para el ilegal ‘comercio de órganos’. La policía esta acuartelada en sus comisarías; los militares, si es que llegan y cuando llegan, desquitan su frustración en ciudades enteras, matando a más civiles que a sicarios de los cárteles. La vida cotidiana gira alrededor de sobrevivir a la cuota diaria de muertes; las amenazas están por doquier, virtualmente las bandas armadas y las patrullas militares hacen fuego y matan impunemente. La gente vive con temor y coraje.

El Tratado de Libre Comercio: Las Chispas que encendieron el Infierno

A finales de los ’80, México estaba en crisis, pero la gente eligió una salida legal: eligieron a un Presidente, Cuauhtémoc Cárdenas, en base a su programa nacional para promover la revitalización de la agricultura y la industria. La élite mexicana, dirigida por Carlos Salinas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) eligió lo contrario y se robó la elección: Al electorado se le negó su victoria; las protestas masivas pacíficas fueron ignoradas. Salinas y los presidentes mexicanos subsecuentes promovieron un tratado de libre comercio (TLC) con los Estados Unidos y Canadá, que rápidamente llevó a millones de agricultores, ganaderos y pequeños empresarios a la quiebra. La devastación provocó la huida de millones de trabajadores inmigrantes. Las movilizaciones rurales de deudores florecieron y declinaron, fueron sobornados o reprimidos. La miseria de la economía legal contrastó con la riqueza creciente de los traficantes de drogas y de personas, que generaron un aumento en la demanda de ayudantes armados bien pagados como soldados de los cárteles. Las organizaciones locales de la droga surgieron de la prosperidad local.

En el nuevo milenio, surgieron movimientos populares y una nueva esperanza electoral: Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Para el 2006 un vasto movimiento electoral pacífico prometió reformas sociales y económicas sustanciales para ‘integrar a millones de jóvenes descontentos’. En la economía paralela, los cárteles de la droga se expandían y beneficiaban de la miseria de millones de trabajadores y campesinos marginados por la élite mexicana, que había saqueado el erario, especulado en bienes raíces, robado a la industria petrolera y creado enormes monopolios privatizados en los sectores de las comunicaciones y de la banca.

En el 2006, nuevamente se les negó su victoria electoral a los millones de votantes mexicanos: La mejor y última esperanza para lograr una transformación pacífica fue aplastada. Con el respaldo de la administración estadounidense, Felipe Calderón se robó la elección y procedió a lanzar la “Guerra contra las Drogas”, estrategia dictada por Washington.

La Estrategia de Guerra Intensifica la Guerra contra las Drogas: La Crisis Bancaria Profundiza los lazos con los Traficantes de Droga

La escalada masiva de homicidios y violencia en México comenzó con la declaración de guerra a los cárteles de la droga por el fraudulentamente elegido presidente Calderón, una política inicialmente impulsada por la administración Bush y después respaldada fuertemente por el régimen Obama – Clinton. Más de 40,000 soldados mexicanos llenaron las calles, pueblos y barrios – agrediendo violentamente a ciudadanos – especialmente a los jóvenes. Los cárteles contraatacaron intensificando sus ataques a la policía. La guerra se extendió a todas las ciudades grandes y por las principales carreteras y caminos rurales; los asesinatos se multiplicaron y México cayó mas adentro hacia un infierno Dantesco. Entretanto, el régimen de Obama ‘reafirmó’ su apoyo a la solución militarista en ambos lados de la frontera: Más de 500,000 inmigrantes mexicanos fueron capturados y expulsados de los EU; se multiplicaron las patrullas fronterizas fuertemente armadas. La venta transfronteriza de armas creció exponencialmente. El “mercado” de EU para los productos industrializados y agrícolas de México se redujo, ampliando mas la disponibilidad de reclutas para los cárteles mientras aumentó el suministro de armas de alto poder. Las políticas sobre armas y drogas de la Casa Blanca fortalecieron a ambas partes de este ciclo asesino maniaco: El gobierno de los EU armó al régimen de Calderón y los fabricantes norteamericanos de armas vendieron armamento a los cárteles por medios tanto legales como de contrabando. La demanda estable o en aumento de drogas en los EU – y las ganancias grotescas derivadas del tráfico y las ventas — seguían siendo la principal fuerza generadora detrás de la ola de violencia y la desintegración social en México.

Las ganancias de las drogas, en el sentido más básico, se obtienen por la habilidad de los cárteles para lavar y transferir billones de dólares a través del sistema bancario de los EU. La escala y el alcance de la alianza del cártel de la banca-droga de los EU es superior a cualquier otra actividad económica del sistema bancario privado de los EU. De acuerdo a los registros del Departamento de Justicia de los EU, un solo banco, el banco Wachovia (que ahora pertenece al Wells Fargo), lavó $378.3 billones de dólares entre el 1ero. de mayo del 2004 y el 31 de mayo del 2007 (periódico The Guardian, mayo 11, 2011). Todos los bancos grandes de los EU han trabajado como socios financieros activos de los cárteles de la droga asesinos – incluyendo al Bank of America, Citibank y JP Morgan, al igual que los bancos extranjeros que operan desde Nueva York, Miami y Los Ángeles, así como desde Londres.

Mientras la Casa Blanca le paga al estado mexicano y al ejército para matar a mexicanos sospechosos de traficar con drogas, el Departamento de Justicia de los EU le impone una multa tardía y relativamente pequeña al principal cómplice financiero de EU con el tráfico asesino de la droga, el Banco Wachovia, protege a sus funcionarios bancarios de ser encarcelados y permite que caduquen jurídicamente casos grandes para ser desechados.

La agencia principal de la Tesorería de EU a cargo de la investigación de lavado de dinero, la Subsecretaría de Inteligencia para el Terrorismo y Finanzas, deliberadamente ignoró la colaboración descarada de bancos de EU con terroristas de la droga, concentrando a casi la totalidad de su personal y sus recursos en aplicar sanciones a Irán. Por espacio de siete años, el Subsecretario de la Tesorería Stuart Levey utilizó su poder como titular del Departamento de Inteligencia para el Terrorismo y Finanzas, en busca de la falsa “guerra al terrorismo” de Israel contra Irán, en vez de frenar las operaciones de lavado de dinero de Wachovia con los terroristas mexicanos de la droga. Se estima que en este período de tiempo los cárteles y el ejército han matado a 40,000 civiles mexicanos.

Sin el apoyo de las armas y los servicios financieros, tanto los regímenes mexicanos ilegítimos como a los cárteles de la droga – podría no haber una “guerra contra las drogas”, ni matanzas masivas y ningún terror de estado. Actos tan sencillos como detener el flujo de productos agrícolas subsidiados baratos de EU hacia México y des-criminalizar el uso y la compra de cocaína en los EU, acabaría con la disponibilidad de ‘soldados para los cárteles’ provenientes del campesinado mexicano en quiebra y recortaría las ganancias y la demanda de drogas ilegales en el mercado de los EU.

Los Traficantes de Droga, los Bancos y la Casa Blanca

Si los principales bancos de EU son los motores financieros que permiten operar a los imperios multimillonarios, la Casa Blanca, el Congreso de los EU y los organismos responsables de aplicar las leyes son los protectores básicos de estos bancos. A pesar de la participación profunda y generalizada de los bancos mas importantes en el lavado de cientos de billones de dólares de fondos ilícitos, los “acuerdos en la corte” procurados por los fiscales no han resultado en penas carcelarias para los banqueros. Uno de los acuerdos en la corte alcanzó una multa de $50 millones de dólares, menos de 0.5% de los $12.3 billones de ganancias de uno de los bancos (el Banco Wachovia/Wells Fargo) en el año 2009 (The Guardian, Mayo 11, 2011). A pesar de la muerte de decenas de miles de civiles mexicanos, una rama del poder ejecutivo de EU ordenó a la DEA, a fiscales federales y jueces que impusieran tal “castigo” risible a Wachovia por sus servicios ilegales a los cárteles de la droga. Los funcionarios de economía más prominentes de los regímenes de Bush y Obama, incluyendo a Summers, Paulson, Geithner, Greenspan, Bernanke et al, todos son socios, consejeros y miembros de mucho tiempo de las casas financieras y bancos mas importantes implicados en el lavado de billones de ganancias de la droga.

El lavado de dinero de la droga es una de las fuentes de utilidades mas lucrativas para Wall Street; los bancos cobran altas comisiones por la transferencia de las ganancias provenientes de la droga, que luego prestan a las instituciones de préstamos a tasas de interés mucho mas altas que las que les pagan a los depositantes narcos, si es que las pagan. Inundados de ganancias de la droga, estos titanes de EU del mundo financiero fácilmente pueden comprar sus propios funcionarios de elección popular para perpetuar el sistema. Aún más importante y menos obvio es el papel del dinero de la droga en la reciente debacle financiera, especialmente durante las primeras semanas más críticas.

De acuerdo con el titular de la Oficina de las Naciones Unidas para Drogas y Crimen, Antonio María Costa, “En muchos casos, el dinero de la droga (fue)…actualmente la única inversión líquida de capital… En la segunda mitad del 2008, la liquidez fue el principal problema del sistema bancario y en consecuencia el capital líquido se convirtió en un factor importante… los préstamos interbancarios fueron financiados con dinero proveniente del tráfico de drogas y de otras actividades ilegales… (hubo) señales de que algunos bancos fueron rescatados de esa manera”. (Reuters, Enero 25, 2009. edición de EU). Los flujos de capital de los millonarios de la droga salvaron al sistema financiero capitalista del colapso!

Conclusión

Al final de la primera década, ha quedado claro que la acumulación de capital, al menos en Norte América, esta íntimamente ligada a la violencia generalizada y al narcotráfico. Porque la acumulación de capital es dependiente del capital financiero, mismo que depende de las ganancias de la industria de los miles de cientos de billones de dólares del tráfico de drogas, todo el conjunto esta incrustado en la ‘guerra total’ por las ganancias de la droga. En tiempos de crisis profunda la misma sobrevivencia del sistema financiero de los EU – y a través de la misma, del sistema bancario mundial – está ligada a la liquidez de la “industria” de la droga”.

La destrucción de la sociedad mexicana y centro americana – que comprenden más de 100 millones de personas es – al nivel más superficial, el resultado de un conflicto entre los cárteles de la droga y los regímenes políticos de la región. A un nivel más profundo hay un efecto multiplicador o “reacción en cadena” relacionado con su colaboración: los cárteles se sirven del apoyo de los bancos para concretar sus ganancias; gastan cientos de millones en la industria armamentista de EU y otros lugares para asegurar sus suministros, transporte y mercados; emplean a decenas de miles de reclutas para sus enormes ejércitos privados y redes civiles y compran la sumisión de funcionarios políticos y militares en ambos lados de la frontera.

Por su parte, el gobierno mexicano funge como conducto del Pentágono/Policía Federal, Homeland Security, organizaciones de lucha contra las drogas y políticos que dirigen la ‘guerra’, que han puesto vidas mexicanas, propiedades y seguridad en riesgo. La Casa Blanca se encuentra en el centro estratégico de operaciones – el régimen mexicano sirve como verdugo de primera línea.

Por un lado de la “guerra contra las drogas” están los bancos más grandes de Wall Street; por el otro lado, la Casa Blanca y sus estrategas militares imperiales y en el “medio” están 90 millones de mexicanos y 40,000 víctimas de asesinatos hasta ahora.

Basándose en el fraude político para imponer desregulación económica en los ’90 (neoliberalismo), las políticas de EU llevaron directamente a la desintegración social, criminalización y militarización de la década presente. La sofisticada economía narco- financiera se ha convertido ahora en la etapa mas avanzada del neoliberalismo. Cuando los respetables se vuelven criminales, los criminales se vuelven respetables.

El asunto del genocidio en México ha sido determinado por el imperio y sus cómplices los banqueros y gobernantes cínicos.

Traducido por Herman Littlewood

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