martes, junio 07, 2011

Enemigo perfecto

Francisco Rodríguez / Índice Político

Habrá que quitarse el sombrero ante el señor Felipe Calderón. ¡Chapeau!, que dirían los francoparlantes. Porque puede ser, como lo define uno de sus colaboradores en Los Pinos, “antipático, con cada vez menos amigos, pero eso sí, de lo que no hay duda alguna, es de que ¡él es el enemigo perfecto!”.

Para su mala fortuna y tras más de cuatro años de tratarlo en la responsabilidad a la que arribó “haiga sido como haiga sido”, no lo han dimensionado así los priístas, quienes el sábado más reciente recibieron un golpe por debajo de su línea de flotación. Porque flotando es que los tricolores esperan regresar al poder a partir de 2012.

No esperaban el golpe bajo por dónde les llegó. Lo aguardaban por Durango o Tamaulipas. Quizá por Puebla o Oaxaca. Nada de eso. Les fue propinado desde la esquina superior izquierda del mapa del territorio nacional, con repercusiones en el centro mismo del país, más precisamente en el Estado de México donde se desarrolla un campaña electoral para renovar la gubernatura aún en manos de quien se observa cual principal contrincante priísta en los comicios del venidero 2012.

Tampoco esperaban que el instrumento empleado para asestarles la patada en los bajos fuese el Ejército Nacional. Menos aún que fuesen usados medio centenar de elementos pertenecientes a las Fuerzas Especiales –lo que antes eran los GAFE’s, de los cuales se desprendieran Los Zetas–, y no policías federales o de la AFI, quienes “regaron el tepache” en aquel operativo al que genéricamente se conoce cual “el michoacanazo”.

Fue, en ese tenor, una suerte de “reivindicación” para los dependientes de la Secretaría de la Defensa Nacional, tan vilipendiados a raíz de que se conociera –a través de WikiLeaks– la opinión que los gobernantes de EU tienen de la institución verde olivo: “lenta, sufre aversión al riesgo, está dividida y no es una garantía en la lucha contra el crimen organizado…”. La del sábado por la madrugada fue, en efecto, una rehabilitación de la operatividad de la Sedena… aunque, por violar los más elementales derechos de los aprehendidos, a largo plazo eso vaya a obrar en contra.

El Ejército, en pocas palabras, fue puesto al servicio de una causa político-electoral. Y tal tendrá sus repercusiones, claro está.

En los hechos, el no haber empleado a “sacerdotes cívicos” –no se ría, please– en el evento reivindicativo del Ejército, muestra la escasa o nula confianza que el señor Calderón profesa a los “cuicos” o genízaros de Genaro García Luna, no obstante las loas que en público le otorgue a tan cuestionado ocupante de la Secretaría de Seguridad Pública Federal.

El “enemigo perfecto”. Ese es Felipe Calderón.

Calculó hasta la fecha. Un día antes de que en Sonora y en todo el país se recordara con rabia la impunidad de la que gozan los funcionarios de su fallida Administración, incluso sus familiares políticos, al no asumir su responsabilidad en el incendio de la guardería ABC, en Hermosillo, donde perdieran la vida medio centenar de infantes y varias decenas más quedaran marcados física y emocionalmente de por vida. Tal conmemoración pasó a un segundo plano, tras la sui generis aprehensión de Jorge Hank Rohn en Tijuana.

Calderón es el enemigo perfecto de los priístas.

Lo advierte así el politólogo Luis Miguel Martínez Anzures, quien ha escrito que “tal parece que desde los instrumentos del gobierno, como la PGR –y ahora el Ejército, agrego yo–, se va a comenzar a orquestar una campaña de desprestigio político en contra de los adversarios de Calderón. Si la intención de someter a los gobernadores y ex gobernadores sigue en marcha y la detención de Hank Rhon es la punta del iceberg de lo que nos espera, la guerra sucia y la cacería de brujas está a la vuelta de la esquina. Pero como somos muy desconfiados, aún cabe la posibilidad de que esto forme parte de una cortina de humo que aún no tiene beneficiario declarado, esperemos a ver cómo continúa la siguiente escena.

“Los factores en contra de PRI son muchos, pero el principal viene de la institución presidencial. La frustración personal del presidente Calderón es que toda su vida ambicionó, desde chiquito, llegar a una Presidencia fuerte y con grandes poderes de mando, pero en cambio detenta un poder ejecutivo débil y gobierna con relativo desprecio de la división de poderes y de los niveles de gobierno. Un mal diagnóstico del presidente Calderón y del PAN: la vuelta a esas prácticas políticas del presidencialismo mexicano eran imposibles a partir de marzo de 1994. No habría forma. Zedillo entendió; hasta Vicente Fox a su manera. Calderón, no.

“En la antítesis de ese pretendido ejercicio presidencial diferente al priista, el establecimiento político reinauguró viejas prácticas gubernamentales, que hoy no sólo despiertan suspicacias, sino abiertos señalamientos de las oposiciones” y, claro, de la sociedad entera.

El enemigo perfecto, pues…

Índice Flamígero: Acordó el Poder Legislativo llamar a comparecer a todas aquellas autoridades que tuvieron qué ver con las negociaciones de Mexicana de Aviación. Por lo pronto, el director general de ASA, Gilberto López Meyer, deberá explicar porque no cuidó “los intereses del Estado y continuar financiándole el combustible a la aerolínea, aunque ésta dio pruebas de su insolvencia desde muchos meses, antes de declararse su incapacidad de pago”. Como usted recordará, éstas fueron las conclusiones de la Función Pública, después de la primicia que al respecto leyó usted en esta columna el 20 de enero inmediato anterior.

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