jueves, junio 30, 2011

En 2012 será PRI vs PRD

Jorge Diaz

Después de la declaración del Presidente Calderón: “La cosa es que me lo platiquen y me lo digan, de veras. Yo he sido respetuoso de las aspiraciones de todos; antes me reclamaban que no los dejaba hacer nada, ahora me reclaman que los dejo hacer mucho” y que quiere decir todo lo contrario, se esperaba el alegre anuncio de Cordero, Lujambio y Lozano en sentido de volar fuera del nido y adentrarse en la aventura de llevarse la candidatura panista para la contienda electoral en 2012.

Pero no fue así, las declaraciones de estos tres personajes son exageradamente cautelosas, temerosas quizá. Al menos que la instrucción presidencial haya sido “voy a decir esto, pero Ustedes quietos”, no entiendo su apagado entusiasmo. Pareciera que si en realidad aspiran a ser los abanderados del blanquiazul, no aprendieron nada de su jefe y del ex presidente Fox que se brincaron las trancas sin más.

De cualquier manera los tiempos se acortan y la distancia que hay entre los panistas y sus contrincantes Peña Nieto, AMLO y Ebrard será en breve imposible de remontar. El tiempo de exposición en medios y bases partidistas, así como entre los indecisos, es central en el tema electoral.

Quienes creo que por madrugadores tienen más posibilidades de ganar simpatías en las bases panistas son Santiago Creel y josefina Vázquez Mota, que en la práctica nunca se han sujetado a los hasta ahora incomprendidos por mi, deseos presidenciales.

Pero con todo y eso, la rumorada falta de apoyo por parte de Los Pinos a estos últimos dos, les adelanta un panorama difícil.

Sólo como hipótesis y sin descartar a Ebrard, por lo visto los más febriles deseos de López Obrador tienen más posibilidades de cumplirse el próximo año, la contienda sería AMLO vs Peña Nieto con una candidatura panista tan simbólica como inútil. El mismo escenario que en las presentes elecciones del Estado de México. ¿Se repetirán también las mismas campañas nefastas? ¿El derroche ofensivo? ¿El resultado adelantado?

¿Veremos a un Peña Nieto bien chapeado administrando la ventaja que le dan las encuestas sin sentirse forzado a arriesgar ni un pelo del copete? ¿Y a un López Obrador gritando al elector desencantado de sus seis años de diarrea verbal?

También las peores pesadillas de Felipe Calderón se cumplirán: entregará la banda presidencial a un personaje ajeno al PAN.

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