El Duende Preguntón
¿Lo vieron ayer, pajaritos? Era la imagen viva de la impunidad y del poderoso que se sabe protegido por lo único que garantiza la justicia en este México nuestro: el dinero. Jorge Hank Rhon salió ayer ante las cámaras y micrófonos en Tijuana para mofarse, casi burlarse, de los que quisieron utilizarlo para dar un escarmiento político: “Aquí estoy, dispuesto a acudir ante las autoridades cuando me lo pidan”, dijo con una sonrisa que sólo puede tener quien se sabe protegido por su poder y su dinero.
Era de verse y no creerse, pajarracos, Hank Rhon ya no era el hombre descuidado, con barba sucia y en pijamas que fue sacado de su mansión en Tijuana la madrugada de aquel sábado 4 de junio. No era, para nada, el maloso acopiador de armas que, según las autoridades, tenía un arsenal en su propiedad para quien sabe que fines perversos. No parecía el empresario corrupto, símbolo de la degradación del viejo PRI, que nos fue presentado hace unos días como ejemplo y escarmiento de los malvados priÍstas que quieren regresar al poder.
No, el Hank que apareció ayer estaba rasurado, bien peinado, mejor vestido y con una sonrisa que, sin decir nombres ni ofender a nadie, lo decía todo. Que tan seguro y tan intocable se siente este señor que ayer mismo decía, casi en tono de diva que se sabe deseada, "si mi partido me lo pide, ahí estaré para ser su candidato" al gobierno de Baja California. Casi como escuchar a los viejos políticos priÍstas de las épocas de su padre, el profesor Carlos Hank González, que solían decir cuando querían disimular sus ambiciones de poder: "Si el pueblo me lo pide, yo me sacrifico".
¿Qué habrán sentido en la PGR la procuradora Marisela Morales y su amiga la sub Patricia Bugarín a las que se les fue vivo el zopilote del Hank? ¿Qué pensarían cuando veían esa sonrisa que era caso dedicada para ellas dos, las responsables de que, según la juez federal que lo liberó, no se haya integrado bien el expediente con el que lo culpaban de tener armas prohibidas en su domicilio? ¿Les habrá dado coraje no haber hecho bien su trabajo?
Porque está claro que Jorge Hank Rhon está provocando a los que lo quisieron hundir y no pudieron. Ayer, antes de salir a los reflectores, con su actitud de cínico, el empresario priÍsta había pagado sendos desplegados en los principales diarios de Tijuana para agradecer las muestras de apoyo que recibió durante su brevísimo proceso judicial que terminó con su liberación, dos veces en un día, la semana pasada. "Gracias a las autoridades por devolverme lo más preciado que tiene el ser humano: la libertad", dice Hank.
¿A qué autoridades le dedicaría ese agradecimiento pajarracos? ¿A la procuradora Morales y la subprocuradora Bugarin? ¿al gobernador de Baja California Guadalupe Osuna? ¿A la juez federal que consideró que no había pruebas en su contra? ¿Al presidente Felipe Calderón cuyo gobierno, queriendo hundirlo, lo hizo víctima y casi lo catapultó para que ahora se sienta casi candidato?
"Gracias México", dice el empresario que, así, como una superestrella que reaparece ante su público, tras un pasaje difícil, se presentó ante los medios para dejar claro que, al menos hasta ahora, no le quitaron ninguna pluma a su gallo y que más bien los que querían desplumarlo salieron ellos desplumados.
Todo este asunto hizo que la Mafufa me trajera a la memoria el "Quinazo" de Carlos Salinas de Gortari, ¿se acuerdan pajaritos?
Cuando Salinas decidió cobrarle las facturas al poderoso líder del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia "La Quina", por no haberlo apoyado en su campaña por la presidencia, le armó un expediente en el que lo acusó de no se cuántas cosas y hasta un muertito le sembró en su casa. Cuando los policías federales llegaron a detener a "La Quina", las evidencias en su contra, aunque hechizas, eran contundentes, de tal modo que el poderosísimo cacique de los petroleros terminó en la cárcel, acusado y sentenciado por los jueces.
¿En eso se inspirarían los achichincles del presidente que le sugirieron que fuera sobre Hank? No pues se ve que para aprendices de brujos todavía les falta.
¿Lo vieron ayer, pajaritos? Era la imagen viva de la impunidad y del poderoso que se sabe protegido por lo único que garantiza la justicia en este México nuestro: el dinero. Jorge Hank Rhon salió ayer ante las cámaras y micrófonos en Tijuana para mofarse, casi burlarse, de los que quisieron utilizarlo para dar un escarmiento político: “Aquí estoy, dispuesto a acudir ante las autoridades cuando me lo pidan”, dijo con una sonrisa que sólo puede tener quien se sabe protegido por su poder y su dinero.
Era de verse y no creerse, pajarracos, Hank Rhon ya no era el hombre descuidado, con barba sucia y en pijamas que fue sacado de su mansión en Tijuana la madrugada de aquel sábado 4 de junio. No era, para nada, el maloso acopiador de armas que, según las autoridades, tenía un arsenal en su propiedad para quien sabe que fines perversos. No parecía el empresario corrupto, símbolo de la degradación del viejo PRI, que nos fue presentado hace unos días como ejemplo y escarmiento de los malvados priÍstas que quieren regresar al poder.
No, el Hank que apareció ayer estaba rasurado, bien peinado, mejor vestido y con una sonrisa que, sin decir nombres ni ofender a nadie, lo decía todo. Que tan seguro y tan intocable se siente este señor que ayer mismo decía, casi en tono de diva que se sabe deseada, "si mi partido me lo pide, ahí estaré para ser su candidato" al gobierno de Baja California. Casi como escuchar a los viejos políticos priÍstas de las épocas de su padre, el profesor Carlos Hank González, que solían decir cuando querían disimular sus ambiciones de poder: "Si el pueblo me lo pide, yo me sacrifico".
¿Qué habrán sentido en la PGR la procuradora Marisela Morales y su amiga la sub Patricia Bugarín a las que se les fue vivo el zopilote del Hank? ¿Qué pensarían cuando veían esa sonrisa que era caso dedicada para ellas dos, las responsables de que, según la juez federal que lo liberó, no se haya integrado bien el expediente con el que lo culpaban de tener armas prohibidas en su domicilio? ¿Les habrá dado coraje no haber hecho bien su trabajo?
Porque está claro que Jorge Hank Rhon está provocando a los que lo quisieron hundir y no pudieron. Ayer, antes de salir a los reflectores, con su actitud de cínico, el empresario priÍsta había pagado sendos desplegados en los principales diarios de Tijuana para agradecer las muestras de apoyo que recibió durante su brevísimo proceso judicial que terminó con su liberación, dos veces en un día, la semana pasada. "Gracias a las autoridades por devolverme lo más preciado que tiene el ser humano: la libertad", dice Hank.
¿A qué autoridades le dedicaría ese agradecimiento pajarracos? ¿A la procuradora Morales y la subprocuradora Bugarin? ¿al gobernador de Baja California Guadalupe Osuna? ¿A la juez federal que consideró que no había pruebas en su contra? ¿Al presidente Felipe Calderón cuyo gobierno, queriendo hundirlo, lo hizo víctima y casi lo catapultó para que ahora se sienta casi candidato?
"Gracias México", dice el empresario que, así, como una superestrella que reaparece ante su público, tras un pasaje difícil, se presentó ante los medios para dejar claro que, al menos hasta ahora, no le quitaron ninguna pluma a su gallo y que más bien los que querían desplumarlo salieron ellos desplumados.
Todo este asunto hizo que la Mafufa me trajera a la memoria el "Quinazo" de Carlos Salinas de Gortari, ¿se acuerdan pajaritos?
Cuando Salinas decidió cobrarle las facturas al poderoso líder del sindicato petrolero, Joaquín Hernández Galicia "La Quina", por no haberlo apoyado en su campaña por la presidencia, le armó un expediente en el que lo acusó de no se cuántas cosas y hasta un muertito le sembró en su casa. Cuando los policías federales llegaron a detener a "La Quina", las evidencias en su contra, aunque hechizas, eran contundentes, de tal modo que el poderosísimo cacique de los petroleros terminó en la cárcel, acusado y sentenciado por los jueces.
¿En eso se inspirarían los achichincles del presidente que le sugirieron que fuera sobre Hank? No pues se ve que para aprendices de brujos todavía les falta.
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