jueves, mayo 05, 2011

Televisa es parte, ministerio público y juez

Álvaro Cepeda Neri

Azcárraga-Televisa tienen una piedra dentro del zapato. La penúltima esposa del casi fundador de la empresa audiovisual: Encarnación Presa Matute, con su alias de cuando en el programa de 24 Horas daba a conocer los horóscopos: Paula Cusi, una de las herederas de Emilio Azcárraga Milmo, continúa disputando lo que según sus cuentas del testamento, se niega a entregarle el junior Azcárraga Jean (quien cesó de Televisa a los que tuvieron relación con su padre y se llevó, entre otros a Bernardo Gómez, su compañero viajante de cuando ocurrió un accidente). El lío civil inició en el 2007 y por estos días entró en una etapa penal, al ser detenida (al estilo de la Procuraduría de Ebrard-Mancera, prestos a otorgar favores), e internada en el Centro de Readaptación Social, de Santa Martha Acatitla.

Televisa tiene poder mediático, y por esto un agregado político que con un telefonema usurpa funciones de Ministerio Público, policía judicial y juez, siendo en estricto apego al imperio de la ley, una de las partes en el litigio. El junior Azcárraga odia a su madrastra (esta actitud es tradición en las relaciones familiares, muy bien retratada en el cuento de La Cenicienta) y más porque Paula-Encarnación (además de que ya casi concluye un libro de memorias), es la única de los y las herederas que insiste en ser dueña de una sexta parte de Televisa en términos de peso sobre peso y dólar sobre dólar. Así que la señora Cusi se ha convertido en el dolor de cabeza de su hijastro por 25 años que duró el matrimonio con su padre.

Sobre la marcha de escribir este texto, Paula Cusi fue puesta en libertad cuando un legal y legítimo juez en materia penal, conoció de la consignación que fue un abuso de la Procuraduría de Justicia (¿de justicia?) del Distrito Federal, que depende directa e incondicionalmente de Marcelo Ebrard (como Peña Nieto, servilmente a las órdenes de Televisa). Queda claro que las instituciones judiciales, policiacas y ejecutivas de todos los niveles, están sumidas en un relajamiento de sus funciones al estar a disposición de funcionarios que abusan del poder, hacen favores y reciben sobornos para que los que tienen dinero, influencia y poder político, hagan justicia por su propia mano.

Que Televisa, erigida nada más por su voluntad de hacer lo que se le pega la gana, con arreglo a la perversidad de usar sus medios de comunicación masivos para amedrentar a los poderes constitucionales, recibir propaganda disfrazada de información y atemorizar a los órganos judiciales, ya es un ministerio público y juez para resolver sus problemas. Azcárraga Jean presume de impunidad y de que gobernadores, Calderón y Ebrard, le tengan miedo o reciban favores pagados, hasta lograr que su ex madrastra fuera secuestrada de un juzgado para ejecutar una orden de aprehensión sustentada en la ilegalidad con tufo de Televisa. Y, sin embargo, la piedra en el zapato de Azcárraga Jean aumentó de tamaño, ya que doña Paula Cusi, además de un libro revelador, continuará su disputa con su ex hijastro.

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