Andy Novell F.
Recientemente diarios argentinos dan a conocer una noticia que deja mucho que pensar de las áreas de investigación del gobierno mexicano, esta noticia es que Joaquín el “Chapo” Guzmán vivió en el país sudamericano desde 2010 hasta marzo de este año, el motivo de su huida fue una petición de captura ordenada por la DEA.
Aunque no se precisa la ciudad, la información marca que el líder del cártel del Pacífico (Sinaloa) vivía con su esposa y una hijastra. Al huir, viajó a Paraguay, luego a Colombia y finalmente a Europa.
No es de extrañarse que el ahora enemigo número uno a nivel mundial de Estados Unidos y México haya estado en este país sudamericano en los últimos meses, esto se debe a que desde hace tres de años este país se convirtió en su base principal de operaciones.
Cabe recordar que en la actualidad algunos grupos criminales no sólo se tratan de invertir y lavar dinero en países de Latino América, sino también han establecido laboratorios y plataformas para el reenvío de la droga a las plazas que se tienen en Estados Unidos y Europa.
En el caso de cártel del Pacífico que encabeza Joaquín “El Chapo Guzmán” ha fincado en los últimos tres años sus centros de operaciones para la distribución de droga a México y Estados Unidos, además para fabricar drogas sintéticas.
El país sudamericano se ha convertido en un campo fértil para elaborar drogas sintéticas y esto debe a la flexibilidad de sus leyes para importar químicos destinados al sector farmacéutico, como la efedrina precursor para la creación de metanfetaminas.
El cártel del Pacífico, compra la efedrina y los precursores químicos para la elaboración de esta droga en Argentina, debido a que en este país es legal la compra de estos químicos en cantidades pequeñas, sobre todo para droguerías.
Los precursores químicos son importados de la India y China, por las droguerías argentinas para la elaboración de jarabes y medicamentos para las vías respiratorias; sin embargo en los últimos dos años de acuerdo con las autoridades locales se han detectado el incremento de droguerías que sirven para la importación de efedrina, así como para el lavado de dinero del narcotráfico mexicano y colombiano.
La incursión del también denominado cártel de Sinaloa que encabeza Joaquín “El Chapo” Guzmán en este país sudamericano, se descubrió el 18 de junio del 2008, cuando la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de la Policía Bonaerense logro desmantelar un narcolaboratorio en la localidad de Ingeniero Maswichtz.
En esta acción policial se logró la captura de nueve narcotraficantes que de acuerdo a su testimonio eran originarios de la ciudad de León, Guanajuato y presumiblemente vinculados al cártel de Sinaloa.
Días después, el 13 de agosto del 2008 en Buenos Aires, fueron ejecutados al estilo del narcotráfico mexicano Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, empresarios vinculados con la actividad de la industria farmacéutica y la compra en grandes cantidades de efedrina.
Informes de la división Tráfico de Drogas Ilícitas de la Policía de Argentina, señalan que la efedrina en esta nación sudamericana le cuesta al cártel del Pacífico entre 2 mil y 3 mil pesos el kilo, mientras en el mercado negro de México este precursor químico tiene un costo de más de 100 mil pesos.
Una de las formas inusuales de tráfico de efedrina se dio el pasado 20 de septiembre del presente 2009 en el aeropuerto internacional de Ezeiza, cuando elementos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, detuvieron a dos presuntos turistas mexicanos que tenían en su poder algunas botellas de vino blanco de 1.5 litros , que aparentaban ser souvenirs y artículos típicos regionales, pero en realidad, dentro de los envases había efedrina diluida por medio de un proceso químico.
De acuerdo con los informes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria “Cada dos días salía un mexicano con falsos souvenirs, que en realidad era efedrina en estado líquido”, esta investigación también aportoó datos que señalan que los turistas mexicanos usados como mulas estaban menos de 24 horas en el país sudamericano.
La efedrina se compra en la India y china, de ahí la transportan vía marítima a Argentina, donde es legal la utilización de este precursor en pequeñas cantidades, de Argentina los narcotraficantes mexicanos transportan el precursor vía marítima con destino a las aduanas de Manzanillo, Colima y Lázaro Cárdenas, Michoacán.
También se hace vía aérea a través de avionetas tipo Cessna con escalas en Perú, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala; de ahí su destino final es Michoacán, Sinaloa y Durango.
De acuerdo con la Asociación Antidrogas de Argentina al norte de la nación sudamericana se han detectado mil 500 pistas clandestinas utilizadas por narcotraficantes mexicanos y colombianos.
Con todos estos datos es de sorprenderse que las autoridades mexicanas no sepan dónde se encuentra uno de los narcotraficantes más buscado por todas las agencias antidrogas de México y Estados Unidos. Uno se pregunta, si la Policía Federal pusiera mayor énfasis para detener al “Chapo” Guzmán como lo hizo con Julio de Jesús Radilla Hernández, alias “el Negro”, otro gallo nos cantaría.
Recientemente diarios argentinos dan a conocer una noticia que deja mucho que pensar de las áreas de investigación del gobierno mexicano, esta noticia es que Joaquín el “Chapo” Guzmán vivió en el país sudamericano desde 2010 hasta marzo de este año, el motivo de su huida fue una petición de captura ordenada por la DEA.
Aunque no se precisa la ciudad, la información marca que el líder del cártel del Pacífico (Sinaloa) vivía con su esposa y una hijastra. Al huir, viajó a Paraguay, luego a Colombia y finalmente a Europa.
No es de extrañarse que el ahora enemigo número uno a nivel mundial de Estados Unidos y México haya estado en este país sudamericano en los últimos meses, esto se debe a que desde hace tres de años este país se convirtió en su base principal de operaciones.
Cabe recordar que en la actualidad algunos grupos criminales no sólo se tratan de invertir y lavar dinero en países de Latino América, sino también han establecido laboratorios y plataformas para el reenvío de la droga a las plazas que se tienen en Estados Unidos y Europa.
En el caso de cártel del Pacífico que encabeza Joaquín “El Chapo Guzmán” ha fincado en los últimos tres años sus centros de operaciones para la distribución de droga a México y Estados Unidos, además para fabricar drogas sintéticas.
El país sudamericano se ha convertido en un campo fértil para elaborar drogas sintéticas y esto debe a la flexibilidad de sus leyes para importar químicos destinados al sector farmacéutico, como la efedrina precursor para la creación de metanfetaminas.
El cártel del Pacífico, compra la efedrina y los precursores químicos para la elaboración de esta droga en Argentina, debido a que en este país es legal la compra de estos químicos en cantidades pequeñas, sobre todo para droguerías.
Los precursores químicos son importados de la India y China, por las droguerías argentinas para la elaboración de jarabes y medicamentos para las vías respiratorias; sin embargo en los últimos dos años de acuerdo con las autoridades locales se han detectado el incremento de droguerías que sirven para la importación de efedrina, así como para el lavado de dinero del narcotráfico mexicano y colombiano.
La incursión del también denominado cártel de Sinaloa que encabeza Joaquín “El Chapo” Guzmán en este país sudamericano, se descubrió el 18 de junio del 2008, cuando la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas de la Policía Bonaerense logro desmantelar un narcolaboratorio en la localidad de Ingeniero Maswichtz.
En esta acción policial se logró la captura de nueve narcotraficantes que de acuerdo a su testimonio eran originarios de la ciudad de León, Guanajuato y presumiblemente vinculados al cártel de Sinaloa.
Días después, el 13 de agosto del 2008 en Buenos Aires, fueron ejecutados al estilo del narcotráfico mexicano Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, empresarios vinculados con la actividad de la industria farmacéutica y la compra en grandes cantidades de efedrina.
Informes de la división Tráfico de Drogas Ilícitas de la Policía de Argentina, señalan que la efedrina en esta nación sudamericana le cuesta al cártel del Pacífico entre 2 mil y 3 mil pesos el kilo, mientras en el mercado negro de México este precursor químico tiene un costo de más de 100 mil pesos.
Una de las formas inusuales de tráfico de efedrina se dio el pasado 20 de septiembre del presente 2009 en el aeropuerto internacional de Ezeiza, cuando elementos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, detuvieron a dos presuntos turistas mexicanos que tenían en su poder algunas botellas de vino blanco de 1.5 litros , que aparentaban ser souvenirs y artículos típicos regionales, pero en realidad, dentro de los envases había efedrina diluida por medio de un proceso químico.
De acuerdo con los informes de la Policía de Seguridad Aeroportuaria “Cada dos días salía un mexicano con falsos souvenirs, que en realidad era efedrina en estado líquido”, esta investigación también aportoó datos que señalan que los turistas mexicanos usados como mulas estaban menos de 24 horas en el país sudamericano.
La efedrina se compra en la India y china, de ahí la transportan vía marítima a Argentina, donde es legal la utilización de este precursor en pequeñas cantidades, de Argentina los narcotraficantes mexicanos transportan el precursor vía marítima con destino a las aduanas de Manzanillo, Colima y Lázaro Cárdenas, Michoacán.
También se hace vía aérea a través de avionetas tipo Cessna con escalas en Perú, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala; de ahí su destino final es Michoacán, Sinaloa y Durango.
De acuerdo con la Asociación Antidrogas de Argentina al norte de la nación sudamericana se han detectado mil 500 pistas clandestinas utilizadas por narcotraficantes mexicanos y colombianos.
Con todos estos datos es de sorprenderse que las autoridades mexicanas no sepan dónde se encuentra uno de los narcotraficantes más buscado por todas las agencias antidrogas de México y Estados Unidos. Uno se pregunta, si la Policía Federal pusiera mayor énfasis para detener al “Chapo” Guzmán como lo hizo con Julio de Jesús Radilla Hernández, alias “el Negro”, otro gallo nos cantaría.
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