El Economista
El presidente ejecutivo de Telefónica México y Centroamérica, Francisco Gil Díaz, rechazó que haya contradicción en su postura de bajar las tarifas de interconexión fijo-móvil.
En un comunicado, el ejecutivo de Telefónica dijo que, independientemente de la confidencialidad que uno esperaría cuando se trata de una propuesta de buena fe de un particular a una institución pública, la versión que se entregó al periódico es parcial y sesga por lo tanto su interpretación.
Este jueves, El Economista publicó que en el 2007, Gil Díaz solicitó la intervención de la Presidencia de la República, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), de la Comisón Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y de la Comisión Federal de Competencia (CFC) para que Telcel disminuyera sus tarifas de interconexión.
Sin embargo, cuatro años después, el presidente de Telefónica cabildea en la Corte en favor de los intereses de Telcel, que buscan mantener sin cambios los esquemas actuales de interconexión, y en contra de sus propios argumentos del 2007.
Al respecto, Gil Díaz aclara que “el planteamiento que hice de una menor tarifa de interconexión fijo-móvil es parte de una propuesta amplia y completa de reducciones de diversos costos, no fue sugerida como una medida aislada. Sin embargo, no se ha actuado desde entonces para disminuir uno sólo de los costos que consideramos indispensables para contar con un ambiente más propicio a la competencia y reducción de precios. Incluso la SCT dejó pasar la oportunidad de eliminar las áreas de marcación local no abiertas a la competencia”.
El ejecutivo de Telefónica afirma que la empresa no ha cambiado de parecer.
“Las tarifas deben ir a la baja como lo han hecho los últimos 5 años (60% en términos reales), mientras que algunas de las tarifas que pagamos no sólo no han bajado, sino que están en dólares. El problema ahora es que se proponen reducciones drásticas adicionales a las que hemos aceptado. Pero la disminución es parcial, afecta sólo un servicio de la industria sin tomar en cuenta sus impactos sobre las inversiones que requiere el sector ni sobre la penetración de servicios que demanda el país.
Precisa que “si como se discute ahora, se propone ajustar sólo una tarifa, la que representa parte de nuestros ingresos, sin haber reducido las tarifas que erogamos, solicitamos que eso se haga por lo menos respetando un procedimiento razonable y de acuerdo con prácticas internacionales: que se midan nuestros costos de red y que no se inventen números a partir de modelos teóricos carentes de información contable. Además, la propuesta concreta que hice para bajar las tarifas fue que se determinaran "a partir de una contabilidad analítica de costos con base en los estados financieros de las empresas", como lo establece la ley.
Pedimos también que, en tanto no se pronuncie la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el fondo, que se respete nuestro derecho a la suspensión en un amparo.
Sobre el supuesto "acuerdo panamericano" entre dos telefónicas, no merece la pena comentar más que se trata de una calumnia. Desgraciadamente, éstas son baratas de proferir, concluye.
El presidente ejecutivo de Telefónica México y Centroamérica, Francisco Gil Díaz, rechazó que haya contradicción en su postura de bajar las tarifas de interconexión fijo-móvil.
En un comunicado, el ejecutivo de Telefónica dijo que, independientemente de la confidencialidad que uno esperaría cuando se trata de una propuesta de buena fe de un particular a una institución pública, la versión que se entregó al periódico es parcial y sesga por lo tanto su interpretación.
Este jueves, El Economista publicó que en el 2007, Gil Díaz solicitó la intervención de la Presidencia de la República, de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), de la Comisón Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) y de la Comisión Federal de Competencia (CFC) para que Telcel disminuyera sus tarifas de interconexión.
Sin embargo, cuatro años después, el presidente de Telefónica cabildea en la Corte en favor de los intereses de Telcel, que buscan mantener sin cambios los esquemas actuales de interconexión, y en contra de sus propios argumentos del 2007.
Al respecto, Gil Díaz aclara que “el planteamiento que hice de una menor tarifa de interconexión fijo-móvil es parte de una propuesta amplia y completa de reducciones de diversos costos, no fue sugerida como una medida aislada. Sin embargo, no se ha actuado desde entonces para disminuir uno sólo de los costos que consideramos indispensables para contar con un ambiente más propicio a la competencia y reducción de precios. Incluso la SCT dejó pasar la oportunidad de eliminar las áreas de marcación local no abiertas a la competencia”.
El ejecutivo de Telefónica afirma que la empresa no ha cambiado de parecer.
“Las tarifas deben ir a la baja como lo han hecho los últimos 5 años (60% en términos reales), mientras que algunas de las tarifas que pagamos no sólo no han bajado, sino que están en dólares. El problema ahora es que se proponen reducciones drásticas adicionales a las que hemos aceptado. Pero la disminución es parcial, afecta sólo un servicio de la industria sin tomar en cuenta sus impactos sobre las inversiones que requiere el sector ni sobre la penetración de servicios que demanda el país.
Precisa que “si como se discute ahora, se propone ajustar sólo una tarifa, la que representa parte de nuestros ingresos, sin haber reducido las tarifas que erogamos, solicitamos que eso se haga por lo menos respetando un procedimiento razonable y de acuerdo con prácticas internacionales: que se midan nuestros costos de red y que no se inventen números a partir de modelos teóricos carentes de información contable. Además, la propuesta concreta que hice para bajar las tarifas fue que se determinaran "a partir de una contabilidad analítica de costos con base en los estados financieros de las empresas", como lo establece la ley.
Pedimos también que, en tanto no se pronuncie la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre el fondo, que se respete nuestro derecho a la suspensión en un amparo.
Sobre el supuesto "acuerdo panamericano" entre dos telefónicas, no merece la pena comentar más que se trata de una calumnia. Desgraciadamente, éstas son baratas de proferir, concluye.
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